O mais grande sorpresa
La coyuntura no es la mejor: la selección Sub-20 perdió todos sus partidos en el hexagonal final y el futuro inmediato no parece ser muy esperanzador. Más allá de los resultados -que siempre importan-, el equipo del ‘Chino’ Víctor Rivera no ha mostrado un buen funcionamiento colectivo y sus individualidades aparecen a cuentagotas. Pero no siempre fue así.
Cuesta arriba
El domingo 30 de marzo de 1958, en el estadio de Playa Ancha, en Valparaíso, Brasil y Perú se enfrentaron por la penúltima fecha del Torneo Juvenil. En ese entonces solo participaban seis equipos, y el ‘Scratch’ tenía opciones al título: llegó invicto tras vencer 1-0 a Argentina y 4-0 a Venezuela, y empatar 2-2 contra Uruguay.
La blanquirroja, por su parte, venía de ganarle 3-2 a Chile, empatar 5-5 con Argentina y 1-1 con Venezuela, y de caer 4-2 ante Uruguay. Su DT era el húngaro Gyouri Orth y la idea principal era ver jugadores interesantes para el futuro, que no tengan minutos, por lo que no llevó a algunos valores que asomaban como Miguel Loayza (de Ciclista Lima) o Claudio Lostaunau (del Deportivo Municipal).
Ese día Orth alineó a Miguel Timarchi en el arco; Hugo Carmona, Willy Alcalde -hijo de Teodoro 'Prisco' Alcalde- y Daniel Earl en la zaga; Gerardo Biselach y Alipio Escate en el mediocampo; y quedaron Figueroa, Víctor ‘Pitín’ Zegarra, Nicolás Nieri, Alberto ‘Cachito’ Ramírez y Jesús Escate en el ataque. Al promediar el segundo tiempo, Orth mandó al campo a Rafael Custodio por Figueroa, para refrescar el ataque, y ese resultó ser un cambio clave. Letal.
Brasil, por su parte, jugó con Milton; Hércules, Paulo y Oswaldo; Geraldo y Joel; Alvisio, Djalma, Da Silva, Manoel y Humberto. El partido fue parejo de inicio a fin, lleno de emociones. Jesús Escate, uno de los mejores elementos de la bicolor en el sudamericano, fue marcado en posta por Oswaldo y Paulo, pero igual se las ingenió para complicar. Aunque fue Manoel quien abrió el marcador a los 25’, y parecía que la verdeamarelha se llevaría la victoria. Pero la alegría le duró poco.
A los 28’ Nicolás Nieri puso el empate en Valparaíso. No fue un gol cualquiera: cuenta Teodoro 'Lolo' Salazar, enviado especial del diario La Crónica al torneo, que el remate cruzado de Nieri fue tan potente que rompió la red y causó el asombro de todos los espectadores.
En el complemento el encuentro siguió siendo de ida y vuelta. Eso sí, hay que resaltar que Perú mejoró mucho en defensa, luego de recibir cinco goles de Argentina y cuatro de Uruguay. Parecía que el empate estaba sellado pero, a un minuto del final, Rafael Custodio puso el 2-1 sorpresivo, tras una buena asistencia de Jesús Escate.
Vale la pena soñar
El partido ante Brasil fue tan intenso que Earl terminó con el tobillo hinchado y Nieri con el ojo morado. Era el precio que había que pagar. Total, ganarle al ‘Scratch’, y remontando el marcador, no se da todos los días. Se ganó con actitud y fútbol, cualidades que siempre queremos ver en la bicolor.
Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com
Recortes: diario La Crónica, revista Estadio de Chile