Dorados mucho antes del horno
Cobresol no descendió en el momento en que Juan Diego Gutiérrez, a despecho de su enanura, se elevó en el área sur del Monumental y mandó el balón a la derecha de Sotillo y al centro del corazón de Moquegua. Tampoco bajó el día en que casi lo hace de oficio, agobiado por las deudas. Ni siquiera cuando las derrotas seguidas en casa, acentuadas por los puntos perdidos en mesa, lo relegaron al fondo de la tabla.
No, Cobresol no bajó entonces. Lo hizo el día en que su gente, esa que en la campaña de Segunda División metía 10 mil espectadores por partido, dejó de ir en masa al estadio. Descendió cuando ese entusiasmo provinciano de ver al equipo en Primera se apagó, cual novedad que pasa de moda, y se dejó de sentir la localía en el 25 de Noviembre. Se fue extinguiendo en hechos tan simples como que en el ascenso cada partido de Cobresol recibía decenas de comentarios en DeChalaca.com y ya con el equipo en la máxima categoría ese volumen se redujo sustantivamente.
Lo que ha ocurrido, pues, con Cobresol, es reflejo de un mal endémico del fútbol peruano y sobre todo de sus hinchas: el exitismo del momento. Estar en las buenas pero no en las malas; afanarse con la vida para ganar un título, sin importar de qué categoría sea, para después no poner el hombro en pos de objetivos mayores. Querer celebrar como sea un campeonato, lo que hace que acabes metiendo 20 mil personas contra San Marcos y que cuando te visitan Alianza o Universitario no llegues a las 5 mil.
Es verdad que a Cobresol este año las empresas de la región le dieron la espalda. No fue casualidad: la nefasta gestión de Luis Murillo no ofrecía garantías para invertir. Pero en realidad, si la gente hubiera estado detrás del equipo, a ninguna empresa -menos extractiva- se le habría ocurrido salirse del patrocinio; es un simple juego de oferta y demanda. Por eso, centralmente, el deshaucio dorado fue anticipado.
Moquegua es una buena plaza y la administración nueva del club, al menos, ha mostrado la voluntad de comenzar a pensar en 2013 con la contratación de Octavio Vidales. Entender a Segunda como un escalón al cual se cae y del que uno puede levantarse antes que como un pantano apocalíptico es el primer paso para emprender el retorno. Al aficionado moqueguano lo que le toca es madurar con su equipo y emprender el camino de regreso estando siempre alIí, en las buenas en las malas, sin que un descenso los separe.
Fotos: Roice Zeballos, José Salcedo / DeChalaca.com
escrito por Alex F. , October 01, 2012
escrito por Matias , October 01, 2012
escrito por juan , October 01, 2012
OJALas este año por copa peru ascienda un equipo historico como S.HURACAN O UGARTE,AURORA,UTC,GRAU estos equipos nunca desapareceran por su historia y por sus hinchas.
VAMOS MELGAR que este equipo con 98 años de historia el año pasado cuando estubo a punto de descender fueron como 20 mil espectadores a apoyarlo y lo salvaron.cuando jugo con alianza lima que estaba en la punta ha
escrito por RICK , October 01, 2012
escrito por Jose , October 01, 2012
Creo que el tema da para un analisis mas profundo. Y tambien explica porque una Primera Division con 16 equipos (es por ahora) una situacion insostenible. Soy el primero en creer que un minimo de 16 equipos en Primera es lo ideal, pero la realidad me dice que por ahora no deberian haber mas de 10 o 12. El sistema tiene que ser piramidal y los equipos (clubes?, ja!) afianzarse en las categorias de ascenso.
Ojala que Cobresol siga los pasos de la Vallejo que en su incursion inicial en Primera descendio rapidamente, pero se afianzo en Segunda y volvio como una institucion mas consolidada.
escrito por Angel , October 01, 2012
escrito por KALAMUL , October 01, 2012
escrito por j. la torre , October 01, 2012
escrito por WILLIAM , October 01, 2012
escrito por juan , October 02, 2012