Luis Ramírez y Rinaldo Cruzado juegan cada vez mejor y eso se va notando poco a poco. Las palmas y las portadas se las llevan otros, pero ellos dos son los cimientos del equipo.

 

Rinaldo Cruzado, al igual que Luis Ramírez, se complementan bien en la medular y son el sostén de la selección (Foto: José Salcedo / DeChalaca.com)Para el partido con Venezuela se discutió el hecho que se haya decidido jugar sin un volante de contención neto. Se conoce que a Perú le acomoda, mejor que cualquier otro, el sistema 4-3-2-1 tantas veces explicado en este espacio, en el que se coloca un “ancla”, en esa línea de tres, en el medio de Cruzado y Ramírez. Con ese volante tapón (necesario para otras oportunidades) o sin él (ausencia obligada para choques como el que se sostuvo frente a Venezuela), el funcionamiento de la primera línea de volantes está garantizado con ellos.

Contra la ‘vinotinto’ quedó demostrado que el recuperador no siempre es necesario y más bien que con Ramírez y Cruzado en la cancha, Perú no carecerá de recuperación. El recorrido largo de ambos, apoyado -eso sí- por los trajinadores carrileros, le da a la selección nacional tranquilidad en lo referido a la protección del arco propio. Más de esto se tendrá, seguramente, cuando se suelte al perro de presa de turno en medio de ellos. Eso sin mencionar todo el peligro que llevan a la portería rival, la especialidad de este par que tiene más características ofensivas que vocación de recuperación.

Es un alivio tenerlos juntos en el equipo, entre otros temas, porque se complementan y potencian sus virtudes. Rinaldo es el que pone el pase largo, el más “lento” pero muy eficiente con los balonazos que entran como cuchillo en las defensas oponentes. ‘Cachito’ es el vistoso, el que está en el toque y en la conducción elegante del balón. Él ha aprendido a hacerlo todo bien en el arte de amasar el balón: lo pone debajo de la suela y se queda allí hasta que él lo decida, por más oposición que presenten los contendientes. Si van a chocarlo, abre el compás de las piernas y nadie entra en su círculo, donde la pelota está siempre inalcanzable en el centro. Nunca le falta espacio; si no se lo dan, él lo fabrica con pequeños y sesudos desplazamientos. Si le tapan la derecha, pisa pelota y sale por la izquierda. O viceversa. Mantiene la cabeza en alto y ello le permite saber en todo momento qué pasa y quién está en cada sector de la cancha, con lo que optimiza todos sus pases. El hombre piensa uno o dos segundos antes que el resto, lo que sumado a su técnica depurada hace que verlo jugar se convierta en un deleite para los que amamos el fútbol bien jugado.

Se habla si debemos jugar con cuatro o tres “fantásticos”, se sufre porque la defensa no se completa y se polemiza sobre quién debe ser el arquero titular. A los que nadie discute son a ellos dos, quienes silenciosamente se convirtieron en las piedras basales del equipo. Por ellos nadie se preocupa, porque fuera de la cancha la hacen tan bien como dentro de ella. Cuidémoslos, querámoslos, respetémoslos y, sobre todo, disfrutémoslos porque son lo mejor que tenemos. Aunque no se estampen sus caras en los polos que venden fuera del estadio.

Foto: José Salcedo / DeChalaca.com

Comentarios ( 2)add
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escrito por lord , September 08, 2012
La verdad, que muy rápido para decir que son los pilares. Hay que econtrar un volante de marca urgente, se necesita.
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escrito por Mencheli , September 08, 2012
Totalmente de acuerdo ... con Cachito nunca tuuve dudas de que minimo seria una valiosa pieza de recambio pero con el roce en Brasil ha llegado a un nivel de intensidad que ya lo convierte en imprescindible (en Corinthias ya esta peleando la titularidad) ... Cruzado es una grata sorpresa, independientemente de que todos sabemos que sabe, pero parecia tan frio que verlo ahora sudando los 90 es conmovedor ... Gracias a ambos y al Mago por juntarlos
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