Galileo Pércovich: Ciencias algo ocultas
Galileo Galilei Pércovich López (Montevideo, Uruguay, 28 de abril de 1969) llegó a Alianza Lima para disputar el Descentralizado del 2000, así como las Copas Libertadores y Merconorte. Contaba, en aquel entonces, con amplia experiencia en el fútbol de su país y de Brasil. Por este motivo se le incorporó al plantel aliancista: para brindarle madurez y experiencia.
En tal sentido, el uruguayo no decepcionó. Se ganó el respeto y la consideración de la totalidad de los jugadores íntimos por su personalidad fuerte, sinceridad y amplio sentido de compañerismo. Sin embargo, su desempeño deportivo estuvo señalado por los altibajos, mientras que el del equipo, sin llegar a ser catastrófico, dejó muchísimo que desear. Para la siguiente temporada, el club victoriano ya no lo tendría en sus filas.
Galileo encuentra su vocación
Galilei descubrió su gusto por la matemática mientras estudiaba medicina en la Universidad de Pisa. Allí encontró que prefería experimentar más que aferrarse a la teoría. Pércovich -contaba alguna vez mientras trabajó en nuestro país- empezó a jugar al fútbol a los cinco años pero era un muy mal jugador de campo, a decir de él mismo. Se dio que en un partido, como suelen ser las historias de muchos porteros, el suyo se ausentó y, por ser él el más alto de Intermezzo, su equipo, le tocó ocupar dicha posición que ya nunca más dejaría. Le encantó la experiencia, la responsabilidad y el desafío de cuadrarse bajo los tres palos, donde rendía mejor en el deporte que desde esa edad ya amaba. Lloraba siempre que perdía; y, el árbitro (recordaba que Benavides era su apellido), lo sacaba cargado del campo al tiempo que lo consolaba.
El tiempo pasó y Pércovich mostró que sus capacidades en el arco eran mayores. Se hizo grande (llegó a medir 1.90 mts. y superar los 90 kilos) y llegó a formar parte del plantel principal del Club Nacional de Football de su país, el ‘Bolso’, club del cual es hincha, cuando apenas rozaba la mayoría de edad.
A ritmo de candombe y samba
Con los ‘bolsilludos’ ganó la última Copa Libertadores que logró algún club del Uruguay. Claro que no fue titular en la campaña, pero formó parte del grupo campeón. Entonces tenía 19 años y aprendía lo que era ganar cosas grandes. Al año siguiente, lograría la Copa Interamericana y la Recopa Sudamericana. Antes, por supuesto, supo alcanzar la Copa Intercontinental, para lo cual su equipo tuvo que vencer por penales al PSV Eindhoven de Holanda. Con los tricolores se quedó hasta 1993, suficiente para lograr el campeonato uruguayo en la temporada anterior. Ese año cambió la casa para ir al Bellavista. Con el equipo papal disputó la Libertadores y probablemente no quiera recordar que en Ecuador el Barcelona le ganó 2-0 y El Nacional le metió la mano: 5-0. En Montevideo perdió 0-1 con Nacional (su anterior club) y se tomó revancha contra los ecuatorianos al derrotar por 2-1 al Barcelona y 2-0 a El Nacional.
Galilei miraba las estrellas, pero nunca dejó su Italia. Pércovich buscó una nueva liga donde brillar y enrumbó al Brasil, país que lo acogería por varios años. Allí tuvo buenas actuaciones en el Atlético Mineiro, Bangú y en el Guaraní, antes de llegar al Fluminense. En el ‘Flu’ halló su mejor lugar para asentarse. Se quedó cuatro temporadas en las que destacó mientras que el equipo pasaba sus peores épocas. Debe aclararse que la mitad del tiempo que Pércovich permaneció en el ‘tricolor carioca’, disputó la Segunda y hasta la Tercera División. Es así como viene al Perú, con cartel de jugador serio y maduro que habría de aportarle toda su experiencia al arco de Alianza Lima.
Íntimamente observado
Galilei fue llevado a Roma, al sur de su Florencia, en sus años finales, para ser juzgado por la Santísima Inquisición. Salió bien librado luego de aceptar públicamente que sus ideas estaban erradas -aunque, como se sabe, ello no era cierto- y así esquivó la tortura inquisidora. Pércovich llegó a Alianza Lima a inicios del 2000 como figura, pero no tardó en ser puesto bajo tela de juicio por el Comando Sur. Apenas se jugaban cuatro fechas del Descentralizado cuando ‘Robocop’ vio la primera tarjeta roja en el Perú. Sport Boys le ganó 4-0 a Alianza y el uruguayo perdió los papeles: le lanzó la pelota al línea Jorge Molina por considerar dudoso uno de los goles rosados. El partido culminó con Bratzo Gil en el arco.
Así fue condenado a perder la titularidad por primera vez en el año. No eran pocos los aliancistas que querían que el arco sea de Marco Flores y la expulsión de Pércovich fue la oportunidad perfecta para que el juvenil portero se haga del puesto. Para coronar el error de Galileo, el siguiente partido fue el clásico que la 'U' ganó 0-2 en Matute. A pesar de la derrota, Flores tapó bien y ganaba la pulseada, más aún porque Galileo no había colmado las expectativas en sus presentaciones. Sin embargo, la mala suerte de unos es la puerta que se abre para otros: para la octava fecha, Pércovich volvía al titularato por una inoportuna lesión de Flores.
Solo dejó de estar en el once inicial una vez más hasta el final de aquel Apertura en el que los blanquiazules ocuparon el quinto lugar a 12 puntos del campeón, Universitario. Las críticas, dudas y acusaciones se fueron acentuando con el correr de ese torneo y antes de medio año las especulaciones de su alejamiento del club por adelantado eran cada vez mayores. Sin embargo, ‘Leo’ -como fue rebautizado en Brasil- no se rindió, trabajó fuerte y mejoró su desempeño. Se acostumbró a trabajar sin preparador de arqueros como hizo por varios años y aprendió a acoplarse con Arakaki y Chacón, sus centrales. Al final del Apertura, ya nadie lo cuestionaba.
Alianza dejó de ser un equipo tibio para convertirse en uno bien frío en el Clausura. El técnico Jorge Luis Pinto fue dado de baja y en su reemplazo llegó Arthur Bernardes, quien volvió a alinear bajo los tres palos a Marco Flores, en buena parte porque Pércovich fue expulsado en la cuarta fecha -aunque esa roja fue injusta pues pisó casualmente a James Angulo-. Así, nuevamente se perdió el clásico (que volvió a perder Alianza como local) y no regresó al titularato hasta la decimosétima fecha. En la anterior fue el clásico que la 'U' ganó por 4-1, tapó cuatro partidos y en las dos fechas finales los arqueros fueron Marco Flores y Joel Pinto, quien hizo su debut. Así terminaron los días de Galileo Pércovich en Alianza, con 26 partidos jugados (18 en el Apertura y 8 en el Clausura), 25 goles en contra, 5 tarjetas amarillas y 2 rojas.
Dejó sus enseñanzas
Si hay algo por lo que se destacó Pércovich en el año que estuvo en La Victoria fue por su sinceridad. Siempre frontal y noble, no tenía empacho en decir las cosas de frente en un tiempo en el que el relajo al interior de Alianza era bastante grave. Ese año, Arístides Rojas, el delantero paraguayo que jugó el Mundial de Francia, llegó al cuadro grone y se fue bien rápido entre quejas de y hacia sus compañeros por falta de profesionalismo. Pércovich también habló, pero sin irse. A pesar de ser consciente de que no renovaría, decía todo lo que él consideraba que sería lo mejor para sus compañeros. Así fue que una vez ‘cuadró’ a todos en el vestuario. “Tú eres un borracho y así no vas a llegar a ninguna parte” le llegó a decir a un juvenil y cuando Carlos Basombrío lo quiso parar, le gritó “tú no me digas nada porque acabas de llegar”. Poco le importó que el ‘Gato’ tenga cuna aliancista, él lo vio como el que acababa de llegar de Grecia y no conocía al grupo.
Otra lección de compañerismo la dio el día que Alianza enfrentó al Necaxa mexicano por la Copa Merconorte. Pércovich no era titular, pero su equipo que deambulaba en el Descentralizado y torneos internaciones (en la Libertadores quedó muy lejos de la clasificación y en esta Merconorte fue último de su grupo) logró derrotar por 1-0 al equipo de Don Ramón. El defensor Sergio Almaguer era parte del cuadro azteca, perdió la cordura y con mucha deslealtad le fracturó el pómulo a Rafael ‘Patucho’ Villanueva. Al ver esto, Pércovich se desconoció y desde el banco fue a perseguirlo a Almaguer incluso adentro del camarín para hacer justicia con sus propias manos. Para suerte del mexicano no lo logró, porque si lo alcanzaba lo ponía como camote.
El final de Galileo
Mientras que su científico tocayo trabajó hasta el fin de sus días, Galileo Pércovich tuvo que dejar el fútbol tempranamente aunque se dedicó a la dirección técnica. En 2001 pasó a formar parte del Racing de Ferrol de la Tercera División del fútbol español y en este equipo fue que dejó de ser un jugador profesional a los 32 años. En esa temporada también se graduó como técnico y pasó lo siguientes años realizando prácticas en diferentes equipos de Brasil, Francia, España, Corea, Alemania y Turquía a manera de preparación de su nueva carrera.
Lo que último que se sabe de él es que ha ejercido como preparador de arqueros del Colorado Rapids y del Chivas USA. En el 2009 y 2010 fue asistente técnico del Toronto FC y en este 2011 que empieza asumió el mismo cargo en el Chicago Fire. También es reconocido como agente FIFA. Sin tener la genialidad de Galilei, este Galileo es un buen tipo. Con sus antiguas y nuevas experiencias, quizás no estaría mal tenerlo de vuelta por aquí, ¿no?
Composición fotográfica: Gian Saldarriaga / DeChalaca.com
Recortes: revista Once
Video: Panamericana televisión
escrito por JulioAL1901 , January 26, 2011
escrito por ELIAS DE HVACHO , January 29, 2011
Bien por Galileo y si me gustaria q vuelva a Alianza, asi como El loco Enrique, Barrionuevo, Kopriva, el yorugua Olveira, Martel, ta' q esos jugadores tenian h....
escrito por Roiskcomer , February 01, 2011
escrito por jose navarrete , May 23, 2011
escrito por Julio Garcia , August 25, 2011
Jamas olvidare lo que hizo por Sandra Bettochi, la chica que ayudo a recaudar fondos para un transplante de medula para salvarle la vida. Ayuda Charrua para sus hermanos Peruanos.
No merecias irte
Gracias Galileo!
escrito por david , January 17, 2013
escrito por JUAN KARANKA , October 13, 2016