Más allá del resultado del partido, con el clásico el fútbol le ganó una batalla a quienes quieren que el mejor estadio de Sudamérica no sea utilizado para jornadas importantes.

Fotos: ANDINA, Abelardo Delgado / DeChalaca.com

El estadio crema recibió a un público enfervorizado, ante todo, por el juego más hermoso del mundo: el fútbol (Foto: Abelardo Delgado / DeChalaca.com)El Monumental ha visto, para bien, destrozarse complejos imbuidos en esta sociedad durante la semana. Primero el miércoles, cuando el 'Loco' Vargas se sentó en todos los que dan por perdidos los partidos antes de tiempo y le dio al Perú una alegría inesperada. Y ahora, cuando el clásico, ese partido que recibía tratamiento mediático de marcha de la CGTP porque se suponía que nadie podía controlar a quienes van a sus tribunas, fue una fiesta de fútbol en un estadio que merecía recibirlo.

Es cierto, en las tribunas siempre habrá violentos y no han faltado algunos golpes -hasta las cámaras de televisión lo delataron-, felizmente sin consecuencias mayores. Pero hay que decirlo clarito: los violentos son los menos, y los que quieren ver fútbol y gozarlo, en un buen estadio, son los más. Por lo tanto, y casi por matemática, los más pueden y deben controlar a los menos.

La construcción del estadio de Ate es una de esas elegías a la improvisación que son típicas de un sector de la peruanidad. De ese segmento que cultiva la prepotencia para construir sin parámetros técnicos, la burocracia para dinamitar un cerro, el papeleo burdo para culminar el trazo de una avenida. La fiesta en la tribuna es para todos: los violentos no pueden ganarle al fútbol (Foto: ANDINA)De los que admiten absurdos como que la entidad bancaria que es dueña de un pampón contiguo no permita utilizarlo como playa de estacionamiento. De los que pagan la coimita para lograr lo que quieren del policía o para que Defensa Civil emita una aprobación. De la juntita parroquiana a la que solo le importa lo que pasa en sus cuatro cuadras y no se preocuparía, por ejemplo, de que los vecinos de Matute o del Campeones del '36 de Sullana tuvieran mejores condiciones de seguridad en su entorno.

La utilización del estadio de Ate, por el contrario, es un aplauso -solo uno- al hecho de que cada cual haga su parte, como ocurre en una sociedad moderna y eficiente. En esta página web nadie es devoto de Gino Pinasco o mucho menos de Carlos Franco, pero sí queda claro que sentándose en la mesa como gente grande las cosas pueden funcionar.  Más allá de la 'U' y Alianza, el ganador en el clásico fue el balón (Foto: ANDINA)En esta página web no nos hemos dejado de quejar de la Policía en múltiples ocasiones, pero esta vez -como quiera que se haya decidido a hacerlo- cumplió con su función y lo hizo bastante bien. En esta página web saludamos que el fútbol se haya impuesto a la violencia y al cierrapuertas facilista.

La de hoy es, pues, una batalla ganada -solo una- en medio de una larga lucha social. Vienen muchas más, porque para empezar habrá que ver cuán sostenible en el tiempo será movilizar seis mil efectivos para que el orden se imponga. Y habrá que volverlas a ganar, porque los que realmente queremos el fútbol no podemos dejar que, aun en medio del caos dirigencial, este siga siendo una isla de mediocridad en un país en crecimiento económico donde de un tiempo a esta parte muchas cosas han empezado a funcionar.

Que vengan muchos clásicos más en el estadio más moderno de esta parte del mundo.

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