Gálvez - Áncash: Patrón en altamar
Para el individual: A su medida real
Ceñirse en una actuación descollante en la noche chimbotana, automáticamente invita a destapar el champán y sintetizar el show de César Medina, hombre que ya merecía un cotejo de esta índole para saltar a la palestra, pese a que ya se encuentra consolidado como titular en la oncena galvista. En la noche decisiva, el dorsal ‘10’ estuvo a su medida, por lo que fue el real artífice de la avalancha de goles que se fueron concretando. El jugador forjado en la Academia Francisco Ríos cuando quiso fue socio -como en los tantos de Santacruz- o, en su defecto, se convirtió en el protagonista principal con tres anotaciones -dos de gran factura-. Todo Sport Áncash lo sufrió, pero de manera muy especial Cleque, Regalado y Cartagena; estos dos últimos fueron una bisagra, acaso porque no han estado jugando seguido en el torneo de ascenso.
Para el táctico: Popular, pero enigmático
Revisar las conformaciones de ambos conjuntos difícilmente escape de lo habitual, y lo mostrado en esta final tampoco fue la excepción. Dentro del fútbol peruano, tanto Gálvez como Áncash deben ser de los pocos equipos cuya estructura casi no ha variado a lo largo del año; los chimbotanos con su tradicional 4-cuadrado-2, mientras que la ‘Amenaza Verde’ con su ambicioso 4-1-3-2 que no lo trastoca ni cuando juega en condición de visitante. Se trata, pues, de dos sistemas arrolladores, que les ha otorgado grandes réditos en la Segunda, pero que increíblemente esta tarde estuvieron absolutamente desbalanceados.
En este decisivo encuentro, quedó claro que la clave para los dueños de casa fue absorber a Arturo Bustinza, el único hombre neto de contención en los auriverdes. Al encontrarse neutralizado el ‘4’ ancashino, el césped sintético de Chimbote se convirtió en un parque de diversiones para todo el frente ofensivo galvista. Por ello, como se apreció casi de forma inaudita, el terreno de juego otorgó enormes espacios para Cordero, Medina, Santacruz y Garcete, todos ellos de actuación descomunal.
Para el emotivo: Corazón contento
Si alguien pensó que la gran final del Torneo Intermedio estaría plagada de goles, pues tiene que lanzar la primera piedra. Amén de la propuesta de ambos clubes en el presente año, el partido más tenía destino apretado, y hasta acaso con el principal distintivo del certamen: la definición desde los doce pasos. Pero las sorpresas aparecieron en el acto. Antes de los primeros 20 minutos, el encuentro ya aparentaba gozar de un afortunado. Y es que los tantos de Luis Cordero -a los 4’-, César Medina -a los 14’- y Sixto Santacruz -a los 18’-, además de evidenciar el nerviosismo del meta Carlos Laura al momento de resolver, empezaban a imprimir la gesta chimbotana.
No obstante, la historia adoptó ribetes escandalosos cuando el paraguayo Santacruz convirtió por segunda vez a los 40’, y tras la notable definición de Medina sobre los 49’ que estiraba a cinco la diferencia. Luego de ese episodio, se pensó que Áncash buscaría la sobrehumana tras los descuentos del goleador del torneo, Fabricio Lenci -a los 56’ y 62’-, pero la gran figura de la noche, César Medina, quiso marcar su hat-trick y, sobre los 74’, le puso freno a la embestida local y selló un insólito 6-2 que, seguramente, será el estandarte por naturaleza que mostrará Gálvez cada vez que se vea las caras ante su más enconado rival.
Para el estadístico: Se rompieron los esquemas
Este 6-2 de Gálvez sobre Áncash pasará a la historia no solo por tratarse del score con que se consagró el primer campeón del Intermedio, sino por ser una definición que reunió tantos goles en un solo partido. Fuera de ese detalle, los enfrentamientos entre estos clásicos rivales siempre fueron ajustados; de hecho, en esta temporada, los otros dos duelos se resolvieron por estrecho margen (2-1 a favor de Áncash, en la Segunda, y 1-1 en el encuentro de ida de esta final).
Para el anecdótico: Un campeón sin corona (por el momento)
También pasará a la historia, y largamente. Es común imaginarse el postpartido tras la final de un campeonato, y sospechar los rostros de felicidad y las amplias sonrisas durante la coronación al vencedor. Pero esto quedó en el plano ficticio. Georges Buckley dio por concluido la brega y más parecía que el torneo volvía a entrar en receso. Las tribunas empezaron a desocuparse y el plantel de José Gálvez no sabía si ensayar la vuelta o hacer el ridículo. Lo cierto es que la ADFP, en un acto de rigidez a prueba de balas, decidió coronar a la oncena chimbotana en una ceremonia externa, a realizarse en los próximos días y en la capital. Qué ganas de arruinar la verdadera fiesta en la cancha, donde siempre tiene que regocijarse al campeón, ¿no?
Fotos: Diario de Chimbote
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escrito por el mejor futbol del mundo peru , August 05, 2011
como es posible que ningun dirigente de a.d.f.p y f.p.f no los premien como es debido encima de sacrificar dos torneos los del galvez y ancash sin copa,sin medallas en la misma cancha como se estila en todo el mundo aca nuestros dirigentes les falta creo que deben ir a otro pais para que vean que es organizacion de un torneo no darle importancia la federacion debio dar de premio un millon de dolares para que asi se pongan las pilas los clubes de primera sera para la proxima o no habra proxima?.
saludos