• TAPADOS. Mosca no puede lograr rematar con comodidad debido a la oportuna intervención de Oña, quien con una barrida incomoda al volante argentino. (Foto: REUTERS)
  • PRESIONADO. Michael Hoyos no puede hilvanar un ataque albiceleste debido a la marca de Andrés Oña. (Foto: REUTERS)
  • DEMASIADA FUERZA. Leonel Galeano no puede impedir que Edson Montaño logre controlar un balón en las inmediaciones del área argentina. El delantero ecuatoriano fue una verdadera pesadilla. (Foto: REUTERS)
  • CANTAN VICTORIA. Ante la incredulidad albiceleste, Montaño se presta a celebrar su conquista, la única del encuentro entre argentinos y ecuatorianos. (Foto: REUTERS)
  • AMENAZA NORTEÑA. El arquero albiceleste, Esteban Andrada, trata de impedir que Juan Cazares decrete un tanto ecuatoriano. (Foto: REUTERS)
  • SIEMPRE ATRÁS. Walter Chala logra impedir que Germán Pezzella pueda quitarle el balón. Los delanteros ecuatorianos supieron jugar adecuadamente de espaldas. (Foto: REUTERS)
  • PARA NO CREERLO. Michael Hoyos y Leonel Galeano no terminan de asimilar la sorpresiva derrota que sufrieron a manos de Ecuador. Los jugadores argentinos se vieron anonadados por el poderío de los norteños. (Foto: REUTERS)

 

La frecuencia: CMD

Con la narración de Daniel Peredo, los comentarios de Alberto Beingolea y el trabajo a ras de campo de Fernando Egúsquiza, llego a nuestras pantallas el partido que jugaron Argentina y Ecuador. Para destacar la activa participación del comentarista, algo ausente en otras oportunidades, en esta estuvo además de acertado, frecuente. Especialmente para el análisis táctico. Peredo en lo suyo, darle dinamismo y alegría al relato, y Egúsquiza siempre atento con los detalles, como que esta es la primera victoria de Ecuador sobre Argentina en esta categoría. Si acaso todos se demoraron para advertir que Araujo se resbaló y momento de ejecutar el penal que falló.

La pizarra: Bien cuadrados

Ambos técnicos optaron por un claro 4-cuadrado-2 en los que destacaron las defensas por su orden, reciedumbre y eficiencia. Así las cosas, eran los hombres de ataque los que debían aparecer desequilibrantes. Edson Montaño, el mejor de la cancha, y su par de ataque, Caicedo, anduvieron en gran nivel mientras estuvieron en el campo. Chalá e Ibarra, sus soportes ofensivos en la volante cumplieron una buena labor al meterle mucho dinamismo al juego ecuatoriano. En Argentina, Hoyos no estuvo en una buena noche y Ferreyra y Funes Mori fueron absorbidos por el muro amarillo. Ahí estuvo la diferencia en el score y la justicia del mismo.

Los cambiazos: Más delanteros no hacen mejor ataque

De poco le sirvió a Perazzo sacar gente de atrás para acumular hombres arriba. Los ingresos de Iturbe, Araujo y Martínez solo sirvieron para desbalancear a los platenses que lucieron bastante ordenados en la primera mitad. El gol cambió no solo el marcador, sino también el equilibrio emocional de los gauchos, incluido el técnico. Ahí nomás los tres puntos empezaron a tomar rumbo norte.

El capo: Edson Montaño

Un delantero insoportable... para los defensas argentinos. Potente, rápido, inteligente y hábil, jamás pudo ser detenido por sus oponentes que se rompían la cabeza pensando para donde iba a arrancar en cada ocasión. Además pudo convertir el gol, a través de un cabezazo altivo en el que superó a Pezella, el mejor defensor del torneo.

El extraviado: Marlon de Jesús

El reemplazante de Montaño fue lo peor que le pudo suceder al partido. Así de mal. No solo sacó del campo a El Capo -ya agotado- y nos dejó sin su juego vistoso, sino que cortó los circuitos ofensivos, pero de su propio equipo. Cada vez que le llegó la pelota, decidió mal y arruinó los pocos ataques que pudieron armar sus compañeros. Pudo definir el partido y no lo hizo. Argentina pudo igualar, pero no lo hizo. Por suerte para De Jesús, porque de otro modo estarían crucificándolo.

Jailaits

Un Montaño de tranquilidad: Al final del primer tiempo, el mejor de la cancha demostró que en verdad lo era. Edson Montaño saltó por encima del capitán rival para poner arriba a su equipo. No tenía cómo saberlo, pero esa anotación definiría todo a favor de su equipo.

Mala pata: Araujo fue uno de los atacantes que Perazzo tiró al campo y quizás fue el que entro con más ganas. También logró generar peligro de entrada, porque consiguió que Arroyo le cometa torpemente una falta penal. El mismo Araujo quiso ejecutarlo pero al momento de conectar el balón se resbaló y la posibilidad de empatar se fue a las nubes junto a la pelota. Argentina terminó de perder el partido y la moral.

Nada pasa con Narváez: Que es muy diferente a decir que no pasa nada con él. Pues es exactamente lo contrario. Mientras que Oña, Fuertes y Arroyo fallaban en el intento de alejar el peligro del arco de Jaramillo, el central se lució en eso. Una verdadera muralla, un cerrojo inviolable con el que se topaban los argentinos cuando atacaban. Sin duda fue muy importante para asegurar el triunfo de su selección.

Fotos: Reuters

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Comentarios ( 1)add
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escrito por sheikh , January 31, 2011
Muy bien por Ecuador al finalizar la primera etapa.
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