Foto: AUFLa Sub-20 no dio la talla en su última presentación en el Sudamericano y sucumbió por 2-0 ante Uruguay, con lo que selló su eliminación. Más allá de la diferencia de niveles entre una y otra selección, los dirigidos por Fernando Nogara volvieron a evidenciar carencia de conceptos a lo largo de los 90 minutos.

 

    Kenny Romero | @kenny_romero
    Director Periodístico

No se puede negar: el inicio del partido en el estadio Olímpico de Ibarra despertó una pequeñísima ilusión en torno de las posibilidades de Perú en el Sudamericano Sub-20. Aquellos primeros 7 minutos del juego, al menos, arrojaron un aspecto que el plantel de Fernando Nogara no había expuesto en sus anteriores presentaciones. Había desenfado y también algo de actitud para mostrar un funcionamiento colectivo, pero sobre todo ganas de querer vulnerar las redes del rival. Sin importar los colores de la camiseta de enfrente. Un avance, se puede pensar. Lo cierto es que -lamentablemente- volvió a ser un espejismo.

Los chispazos de Raúl Tito, Roberto Siucho y Fernando Pacheco -el bloque creativo de la blanquirrojita- se echaron a perder en un abrir y cerrar de ojos luego de la imperceptible falta de Ronaldo Andía sobre Rodrigo Amaral dentro del área. Aquel penal, que se transformó en el primer gol de Uruguay, trastocó por completo el resto de las acciones. Y a partir de él se comenzó a labrar la misma historia de siempre, esa que tantas amarguras ha instalado al seguidor del fútbol peruano común y corriente, pero que se sigue ahogando en su propio vaso y difícilmente salga de dicho círculo vicioso. Se perdieron el coraje y el hambre por salvar el honor, pero a la vez se desencajó por completo aquel intento de propuesta de juego.

La tónica, pues, paso a ser una escena repetida que por fortuna del meta Carlos Gómez no terminó en algo más abultado. Las diferencias de biotipo y preparación entre los dos rivales también quedó más evidenciada. Tito, quien comenzó las acciones con la mecha encendida, pasó a ser un interprete improvisado y que ya no tuvo más acompañamiento táctico ni motivacional. Adrián Ugarriza, aquel delantero que llegó como la principal carta de ataque en este plantel Sub-20, fue solo corazón puro. Pero esto no basta en un tipo de competencia en la que el rigor está a la orden del día. Claro, más de un aficionado ya se hizo la pregunta: ¿acaso este Perú no estaba preparado para afrontar cuatro partidos en un lapso de ocho días?

Perú no pasó de las ganas en los primeros minutos. (Foto: prensa FPF) 

Aunque en la transmisión televisiva local se haya reforzado dicha idea, cuando en realidad el sorteo del certamen fue hace apenas algunas semanas y realmente Perú no sabía que su calendario -para variar- iba a ser el más apretado que el resto de participantes de su grupo, este argumento se pierde en lo anecdótico. Importa muy poco. Lo realmente trascendente proviene de la base, que en realidad corresponde a la parte formativa de los clubes y de la que tanto difieren los proyectos a largo plazo que se desarrollan en varias de las otras confederaciones que integran la Conmebol.

Las taras, claramente, son demasiadas, pero son incorregibles cuando determinado jugador ya está cuajado y dio el salto al ámbito profesional. Las carencias técnicas son pulibles, pero la adquisición de rodaje tarda y muchas veces no llega. Para mejor muestra, el segundo gol que recibió la Sub-20 peruana: una terrible pasividad en la marca, en toda la franja derecha, que desembocó en el zapatazo de Nicolás Schiappacasse que hizo inútil el esfuerzo de Gómez. A partir de eso se liquidó la historia de este grupo de Nogara, que ni con un hombre más en los minutos finales -fue expulsado Santiago Viera en Uruguay- pudo siquiera convertir el gol del descuento.

Perú, nuevamente, quedó eliminado en primera fase de un Sudamericano de esta categoría. Como no ocurría desde 2011, situación que en cierto modo hace suponer que se ha dado un paso atrás con relación a lo que se produjo en los torneos de 2013 y 2015, que vieron a Perú llegar hasta el hexagonal. Pero los contextos fueron distintos. Acá, ya se recalcó hasta el cansancio, hay responsables inmediatos: el comando técnico por no encontrar una propuesta de juego idónea a un plantel con notorias falencias tácticas, y el grupo de jugadores por no sobreponerse mentalmente al golpe -futbolístico- del rival.

Como es habitual, el fracaso de la Sub-20 traerá consigo una infinidad de comentarios. (Foto: prensa AUF) 

¿Y hay culpables -que no es lo mismo- de esta eliminación? Sí y no, aunque la parte afirmativa de la respuesta envuelve a prácticamente todo el aparato futbolístico local. Culpables van a ser todos, cada dos años, hasta que se empiece a labrar un verdadero camino para que el trabajo de menores sea competitivo y marque un diferencial con los países que constantemente nos sacan de manera anticipada de este certamen. El efecto Nogara y la antipatía gratuita que se ha ganado solo durará unos cuantos días. Si nada se hace para cambiar los cimientos, en 2019 vendrá otro protagonista a repetir exactamente la misma historia llena de bilis e impotencia por no ver trascender a una selección peruana a nivel juvenil.

Los goles

Fotos: prensa FPF y prensa AUF


Comentarios ( 1)add
...
escrito por Luis , January 26, 2017
No solo Perú ha jugado 4 partidos seguidos: también están Brasil, Chile y Bolivia, y por lo menos Brasil y Bolivia están con chances de clasificar. La excusa de los periodistas mediocres.
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