Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.comLa selección de Ricardo Gareca acumula 12 partidos sin perder mostrando solidez y convicción, pero el entorno no demuestra la misma madurez. El debate sobre la relación dentro y fuera de la cancha de Cristian Benavente con sus compañeros camina por la cornisa de lo absurdo.

En medio de la algarabía y los festejos tras el partido ante Nueva Zelanda, algunas voces –susurrantes para no llamar la atención- proclamaron una idea interesante “no merecíamos la clasificación, pero la necesitábamos”.

Yendo a la segunda parte de la frase, era necesaria la clasificación para levantar el ánimo en nuestro tan alicaído fútbol y acompañar la fiebre del Mundial con cambios positivos en clubes, hinchada, periodismo y todo lo que rodea al balompié nacional. Y es ahí donde se sigue tropezando con la misma piedra. En vez de disfrutar del buen momento futbolístico de la selección se comienzan a inventar fantasmas en la interna.

Cristian Benavente es un buen jugador a opinión de este redactor y se ha ganado el cariño incondicional de la hinchada peruana sin poder todavía devolverlo en la cancha. Su convocatoria actual responde a un gran momento suyo en Bélgica, pero la obsesión –sí, obsesión- del hincha peruano en verlo en la lista de los 23 comienza a tener efectos negativos. Desde que inició la gira en Estados Unidos, las redes sociales se vieron invadidas por comentarios como “No veo en la foto a Benavente”, “¿Por qué lo dejan de lado al ‘Chaval?”, “Sean un grupo con todos, no solo entre amigos”. Como los papás que eligen los amigos de sus hijos, el hincha quería forzar y ser testigo de momentos que se deben dar natural y orgánicamente dentro del grupo.

Benavente no tuvo los espacios para hacer daño con su juego. (Foto: AP) 

Y lo que se insinuaba ante de los partidos se convirtió en realidad ayer de la manera más absurda. Benavente tuvo su prueba de fuego en la casi media hora que tuvo ante Islandia. Ingresó como segundo delantero para buscar las sociedades en ataque. Y no encontró muchas. Y eso no se explica por los ridículos comentarios de argollas o preferencias que los hinchas han decidido vociferar. Este equipo viene jugando hace 2 años con la misma base e idea por lo que han desarrollado asociaciones y costumbres típicas de jugadores que conocen de memoria los movimientos del otro. A Benavente le costó entrar al circuito y está bien, y es normal.

El actual jugador del Charleroi belga es una muy buena opción en ataque pues tiene un perfil distinto al del resto de sus compañeros. A opinión del que escribe estas líneas, debería integrar la lista de 23 a Rusia. Pero si no lo hace, no debería haber ningún drama. El grupo es más fuerte que todo y estos jugadores ya han demostrado una y otra vez que confían ciegamente en su entrenador y responden ante las ideas planteadas.

¿Está el hincha peruano dispuesto a sacrificar el buen ambiente del equipo para que llamen a su jugador preferido? ¿Van a seguir llenando las redes sociales de los futbolistas con comentarios exigiéndoles que integren a Benavente y llamándolos egoístas? ¿Se comenzará a darles la espalda a jugadores que se han alimentado del cariño de la hinchada por especulaciones sin pruebas? Es momento de responder esa pregunta y entender que el Mundial también se juega en la tribuna. Puede que ya estemos 1-0 abajo.

Fotos: AP


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