U América - Acosvinchos: No está para esos lujos
Dos equipos muy identificados con Segunda ofrecieron un partido típico de la categoría: de esos con más emociones que fútbol, con poca gente en las tribunas pero con gritos que resuenan. En el Monumental pelado, con menos de 80 personas, las señoras que nunca dejan de acompañar a Acosvinchos se la emprendieron contra Carlo Baldo y su peinado largo, repletándolo de epítetos y grititos. El local también tuvo lo suyo: un solo palco de todo el coso de Ate tuvo gente y allí se instaló una corneta que resonaba cada vez que U América iba al frente. Aunque para que acompañara un gol, le faltaba decididamente alguien.
Para el individual: Cuando el goleador marca diferencias
Hubo actuaciones claramente mejores que otras en el partido. En U América destacó la solvencia de Chávez en el fondo, y también la madurez que Leyva y Baldo ratifican en primera línea del mediocampo. Pero el más rutilante de los que arrancaron fue Wilmer Vilela: el '7' cumplió rol de volante en ataque y marcador en defensa, y por eso acabó agotado. Claro que el desequilibrio llegó solo vía Wilkin Cavero: el goleador ingresó en el segundo tiempo, se metió como cuña entre Gamarra y Cuadros y convirtió.
En Acosvinchos, en tanto, todo fue más parejo. El 'Huevito' Ruiz, en posición atípica, tuvo a mal traer por izquierda a Raúl Casas, y el que resultó especialmente sólido fue Boris Narvarte. En su reaparición tras una jornada de suspensión, el experimentado volante disparó dos veces a los postes del portero Francisco Naquira, quien se estrenó en el arco americanista como reemplazante de Josué Castells, transferido a la Vallejo.
Para el táctico: Huevos en la canasta
Dos apuestas atípicas marcaron tácticamente el partido. En el local, el 'Huevo' César Adriazola ensayó, como está dicho, una labor mixta para Vilela: él iba de marcador para que jugara con cuatro al fondo en posición defensiva, pero en ataque se desdoblaba para ir como carrilero por izquierda y dejar a Saco Vértiz en posición análoga por derecha, de modo de configurar un 3-4-1-2. En la visita, en tanto, el 'Huevito' Ruiz fue enviado por Jesús Oropeza como volante por izquierda que en la praxis acababa siendo un segundo delantero que acompañaba a Goya; Portilla, en cambio, era retrocedido a ir como volante por derecha, en un 4-1-4-1 que tendría que haber resultado un poco más contundente aun a despecho de las características defensivas de Novoa y Coavoy, quienes sí fueron al frente.
Para el emotivo: Tensión ulterior
Hasta el empate de Cavero, conquistado a los 71' tras conectar en segunda instancia una barrida del irresoluto Gamarra, las emociones habían estado muy reducidas en el Monumental, y apenas la palomita de Novoa para poner el 0-1 parcial en el primer tiempo había levantado al escaso público de sus asientos. Pero los 20' finales fueron de otro voltaje. Dos tiros al palo de Narvarte y dos goles increíblemente errados por Gamarra, además del vértigo que las salidas temerarias de Jhonny Soto -quien está atajando bien, pero cuando juega con los pies pone los pelos de punta a las señoras vitartinas-, elevaron la temperatura en el Monumental. El árbitro Alarcón puso lo suyo porque se olvidó de las tarjetas todo el partido y solo se acordó de ellas en los instantes finales, y hasta llegó a expulsar a Saco Vértiz por un exceso verbal inevitablemente audible en un estadio vacío.
Para el estadístico: No hay quinto malo
Wilkin Cavero volvió al gol luego de tres jornadas. El goleador no anotaba desde que en la décima fecha le anotó a Atlético Minero, y totaliza ya cinco tantos en la presente temporada. Igual, todavía anda lejos de Fabricio Lenci, pero queda evidentemente claro que un equipo que se está jugando el descenso no puede tener a un sinónimo dle gol como Cavero en la banca de suplentes.
Fotos: Paul Arrese / DeChalaca.com