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Fotos: elpais.com, marca.com, archivoddf.com

 

En una época donde los jugadores actúan más como gitanos que como deportistas, la firma de un contrato vitalicio parece escapar del contexto futbolístico. Cada día que pasa, los futbolistas van restando importancia a lo que antes era prioritario para comenzar a pensar más en cuántos contratos publicitarios van a recibir si es que la rompen en el partido. Y no es solo eso: el apego a un club ahora parece cosa del pasado y el jugador que demuestra cariño por una camiseta cuenta con el peligro de ser acusado de "romántico". Entonces, es natural que la firma de un contrato vitalicio genere tanto revuelo en todo el universo que rodea al fútbol.

 

DEVOCIÓN BLANCA

El azar, el destino o probablemente Ramón Calderón fueron los encargados de elegir el 14 de febrero para dar a conocer la noticia al mundo. En el ‘Día del Amor’, el presidente madridista salió acompañado de los dos íconos del club merengue para anunciar que los dos jugadores habían estampado su firma en un contrato que prácticamente los ligaba de por vida -futbolística- al Real Madrid.

Aunque en el papel firmado no se especifique que el contrato es vitalicio, en la práctica sí llega a serlo. Ya que cuando Raúl y Casillas terminen sus contratos contarán con 34 y 36 años, respectivamente. A esto se suma la posibilidad de alargar el contrato un año siempre y cuando jueguen 30 encuentros en la temporada previa.

 

Esta medida generó mucho revuelo en la prensa internacional y española, y el que menos quería opinar sobre lo ocurrido en el club merengue. Esto generó que se comiencen a filtrar algunos datos falsos sobre los contratos. Por ejemplo, el diario As aseguró que con estos contratos los jugadores tenían asegurado un puesto directivo en el club apenas terminen su carrera futbolística. Y revisando bien cada palabra dicha por Ramón Calderón, no se encuentra por ningún lado lo que afirmó el periódico español.

 

Además, la concentración por parte de todo el mundo en los contratos de por vida firmados por Raúl y Casillas hizo que ese fin de semana en tienda merengue se pensara en todo menos en el Betis -rival del Madrid aquella fecha- con lo cual el encuentro terminó en derrota generando la molestia de Bernd Schuster. Debido a esta distracción, el contrato vitalicio que debía firmar Guti -siempre al final de la cola-  la semana pasada ha sido pospuesto hasta nuevo aviso tras la derrota del Real ante la Roma por la Champions League.

 

 

BLINDAJE LUSO

 

Siguiendo el ejemplo del Madrid y ante el posible asedio al cual será sometido su estrella por parte de los clubes españoles en julio, el Manchester United le quiere ofrecer un contrato vitalicio a Cristiano Ronaldo. Esta idea si podría sonar totalmente jalada de los pelos a diferencia de lo que ha hecho el Madrid. Para empezar, Cristiano Ronaldo no es ninguna figura emblemática en el equipo dirigido por Sir Alex Ferguson, y aunque el luso esta pasando por el mejor momento de su carrera es muy difícil asegurarse de esa manera a un jugador cuando este tiene apenas 23 años.

 

Quizá la idea fue propuesta por Ferguson, quien -todos lo saben- tiene también prácticamente un contrato vitalicio en el Manchester (lo dirige desde 1986) y quiere asegurarse con la pieza más importante de su equipo actualmente.

 

La pregunta que queda por hacer es: ¿tanta necesidad hay de asegurarse a los jugadores de por vida? Quizá sí. En un mundo donde un día Figo entrena en el Barcelona y al día siguiente es presentando en el Santiago Bernabéu. En un mundo donde un día Alianza anuncia la contratación de un jugador para que un par de horas después salga Universitario con un papel firmado por el mismo jugador en el cual se comprometía a jugar en el club merengue. En un mundo así, donde la palabra del hombre y el amor por un club se han perdido, lo único que te asegura algo es la firma.

 

 

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