Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.comSe cumplieron 10 años del debut de Reimond Manco en el fútbol profesional, que describen una carrera que ejemplifica uno de los peores males del fútbol nacional: la pobre formación integral. Múltiples idas y venidas enrolan la vida de un jugador al que se presionó mucho y dio poco, pero que a sus 26 años aún puede salvar algo de su talento.

 

    Diego Rodríguez | @diroda86
    Redactor


Tras clasificar al Mundial Sub-17, Reimond Manco fue nombrado como mejor jugador del Sudamericano de la categoría por sus tres goles y buena actuación ante Brasil. El nacido en Lurín fue endiosado como la gran esperanza del fútbol peruano cuando apenas tenía dieciséis años de edad.

Merced a esa parafernalia, Alianza Lima lo hizo debutar apenas un mes después, el 7 de abril de 2007, cuando ingresó por Juniors Ross en la victoria del conjunto íntimo ante Alianza Atlético. Manco, quien saltó al campo en medio de una ovación digna de una súper estrella, fue rápidamente recibido por Pedro Plaza, quien se ganó una amarilla; además, mandó un par de fintas para el deleite del público. Posteriormente ‘Rei’, como se atrevieron a llamarlo en atrevida y poco feliz metáfora con Pelé, fue rapado como se acostumbra con los debutantes.

Reparto de culpas

Los comentarios periodísticos del día siguiente y el subsiguiente abundaron en presagios. Los archivos permiten leer desde juicios categóricos sobre cómo el 7 de abril pasaría a ser una efeméride importante en la historia del fútbol peruano hasta comparaciones socio-geográficas entre Lurín y Villa Fiorito.

En su debut con Alianza Lima, Reimond Manco se animó a realizar algunas jugadas para animar al público que esperó demasiado de él. (Recorte: diario El Bocón) 

Lo cierto es que el destino de Manco fue cualquiera menos uno consagratorio en esos términos, y en ese sentido las acusaciones de culpa navegan entre cualesquiera que hayan tenido algo que ver con su carrera, sobre todo él mismo. La evidencia muestra que, en realidad, muchos pusieron su maderito de leña al fuego para atizar el incendio de un futuro promisorio.

UNO: ALIANZA. El conjunto dirigido por Gerardo Pelusso, el día del debut de Manco, era líder del Torneo Apertura. Contaba con un plantel importante: Renzo Benavides, Martín Ligüera, Junior Viza y Johan Sotil eran sus armas ofensivas principales; sin embargo, exactamente tras ese triunfo sobre Alianza Atlético, apareció una racha de siete partidos sin poder ganar, incluido un clásico perdido en el propio Matute –aquel del gol agónico de Donny Neyra-.  Además, los blanquiazules fueron presas de una deducción de cuatro puntos por deudas con Gustavo Roverano y Raúl Vera.

Así, los íntimos quedaron sextos en el Apertura, por lo que el concurso de Manco era un buen distractor mediático para paliar un momento difícil, acentuado por la salida de Pelusso y su fallido reemplazo por el también uruguayo Diego Aguirre. En el Clausura, con el exjotita como vedette con un gol anotado a Bolognesi y cerrando la campaña con Miguel Ángel Arrué en el banquillo, Alianza quedó cuarto y afuera de todo torneo continental. Paradójicamente, en esa temporada comenzó también la racha vigente de los íntimos sin títulos nacionales.

Luego de su debut entre bombos y platillos, la temporada 2017 le deparó con camiseta de Alianza Lima un gol ante Bolognesi y la puerta para que su carrera en el exterior se diera al año siguiente. (Recorte: diario Líbero) 

DOS: LA MIGRACIÓN APRESURADA. La presencia de Jefferson Farfán en el PSV posibilitó la llegada de Manco al cuadro holandés a mitad de 2008. El contrato fue por cinco años y cerca de 2 millones de dólares. El futuro fuera del Perú convenía teóricamente al jugador: sin cumplir la mayoría de edad, su nombre ya había empezado a sonar en noticias alejadas a la profesión.

Ya con 18 años, Manco debutó en la Eredivisie con asistencia incluida, y también jugó Champions League frente al Liverpool. No consiguió la titularidad deseada pues apelaba a un juego excesivamente individual, y tampoco se adaptó al fútbol europeo. Así, en enero de 2009 fue cedido al Willem II, en el que su debut demoró por problemas de permisos. En Holanda apenas jugó 7 partidos sin gol alguno. Tras un año sin continuidad y pese ya haber debutado en la selección, el futuro de Manco ya no prometía tanto como se había vaticinado en su debut, y la presión mediática era mayor.

TRES: LA PRENSA Y EL ENTORNO. Tras no adaptarse al fútbol europeo y no lograr un mejor estado físico, Manco volvió al Perú: en calidad de cedido, llegó a Juan Aurich. Hizo una buena Copa Libertadores, pero sus escándalos lo crucificaban; el seguimiento de cada momento de su vida a un jugador que apenas tenía 22 años y más relaciones amorosas que títulos en su haber no lo controlaban.

Manco tuvo una buena Libertadores con Aurich. Tras ello, se le presentó una nueva oportunidad en el extranjero, pero no se pudo consolidar. (Foto: diario La Industria de Chiclayo) 

Tuvo una buena nueva oportunidad en el exterior; pese al famoso escándalo del Casino Veneto en Panamá con la selección, el Atlante mexicano solicitó su cesión a Aurich, que ya contaba con su pase completo. Pero en México apenas jugó 7 partidos, y sus constantes actos de indisciplina le dieron salida del cuadro azteca. Así, 2010 y el 2011 fueron años catastróficos para el mejor jugador del Sudamericano 2007; en contraposición, James Rodríguez, también estrella de ese torneo, era en paralelo vendido al Porto tras haber debutado en el Envigado y destacado en Banfield.

CUATRO: ÉL MISMO. Aurich volvió a acogerlo, pero su estancia otra vez fue breve. Nuevos problemas de indisciplina lo sacaron de Chiclayo tras 42 partidos y 3 goles en el ‘Ciclón’ para refugiarlo en León. La historia en Huánuco fue similar: un nuevo capítulo ajeno a lo deportivo lo alejó del cuadro crema.

Manco tuvo, entonces, una oferta nueva en el exterior, viajó a Qatar hacia el Al-Wakrah, en que por problemas de cupo de extranjería no pudo ser inscrito. Volvió al Perú para enrolarse en UTC, en el que sus conflictos por disciplina también fueron recurrentes y su rendimiento deportivo, cada vez más decadente. En 2014, la comparación con James Rodríguez era todavía más cruel: el colombiano acaba de fichar por el Real Madrid tras buenas temporadas en el Porto y en el Mónaco, además de ser figura del Mundial Brasil 2014 con la selección colombiana.

Salvo algunos pasajes de buen fútbol, Manco estuvo lejos de mantenerse en UTC. (Foto: AFP) 

CINCO: LAS EXPECTATIVAS DEL RESTO. En realidad, el parangón con el astro colombiano es parte adicional de la fufulla mediática. Porque el de Rodríguez, en realidad, fue el caso excepcional a la norma. Lulinha, goleador de aquel Sudamericano Sub-17 de 2017, hoy juega en Corea del Sur tras haber pasado por 9 equipos en Brasil y sin éxito alguno en Portugal; ni siquiera llegó a debutar alguna vez en el ‘Scratch’ absoluto. Y Cristian Nazarit, con 6 goles aquel Sudamericano para Colombia, tampoco debutó en la selección absoluta y ha pasado por seis equipos de su país, Chicago Fire de Estados Unidos, Deportes Concepción de Chile y FC Gifu y Consadole Sapporo de Japón.

Las penas, pues, han sido mayores que las glorias para esos jugadores categoría 90; todos quisieron ser ‘El Otro James’, pero ninguno lo logró. La diferencia, en realidad, es que los países de Lulinha y Nazarit sí van a los mundiales, mientras que el Perú se quedó esperando un ‘Rei’ mesiánico que lo llevara a alguno más que al Sub-17 de Corea del Sur 2007.

¿Hay futuro?

Quizá sea mejor preguntarlo de modo más directo: ¿qué puede salvar la carrera de Reimond Manco? Después de un nuevo ida y vuelta fugaz al exterior -aunque esta vez volvió del Zamora venezolano más por los problemas del país-, ya es totalmente complicado que tenga una carrera exitosa. Sin embargo,  al parecer la llegada de sus dos hijos le ha conferido una madurez tardía que debe explotar; como fuere, su posicionamiento como jugador indisciplinado solo se paliará con goles, lo cual no es fácil de lograr pero también es causa-efecto directos.

¿Tiene Reimond Manco alguna chance de volver a vestir la camiseta de la selección peruana? (Foto: AFP) 

Es también harto complicado que Manco tenga una vuelta rápida a la selección. Jugadores de su misma edad que no fueron ‘jotitas’ y con menos parafernalias pese a ser también mediáticos, como André Carrillo o Paolo Hurtado, tienen más seguro el puesto. Manco, en consecuencia, no debería quedarse mucho tiempo en el Perú: quizá destinos como la MLS o el fútbol chino podrían darle la chance de rescatar algo de su talento.

Con 26 años, la clave para Manco es no mirar más al pasado; oportunidades va a seguir teniendo pero cada vez menos, y también será menor la confianza. “Está comenzando, no podemos llenarlo de presiones” declaró Gerardo Pelusso luego lanzarlo al campo hace una década; nadie le hizo caso y el ‘Rei’ de los rulos de Lurín terminó rapando un futuro que, con todo, todavía está a medio camino.

Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com
Recortes: diarios El Bocón, Líbero y La Industria de Chiclayo, AFP

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