Círculo vicioso
Mientras la indignación mediática surge a partir de la hora de una conferencia o alguna declaración, lo auténticamente relevante pasa desapercibido: un sistema que admite postergaciones, clubes que las utilizan a su antojo y un calendario trastocado.
Las bases lo permiten. Los clubes las utilizan a su conveniencia. El resto calla o lo susurra, y se vuelve cómplice. Las postergaciones, pan de cada Descentralizado, afectaron al calendario y desvirtuaron el sentido del torneo como comentó DeChalaca el último martes 11. Pero algunos clubes ni se inmutan; por el contrario, sacan ventaja a estas deficiencias en el colmo del cinismo y la falta de ética. Es tierra de nadie y se puede hacer lo que se quiere gracias a que el sistema, vía sus endebles bases, lo permite. Entonces, basta de postergaciones; de dar permisos a la mediocridad, de premiar la falta de planificación y el cortoplacismo, de hacer normas que motiven los ventajismos y de creer que todos los clubes son lo suficientemente responsables para buscar un bien común. Basta de todo eso.
Este miércoles 12 de noviembre, Alianza Lima enfrentó a Los Caimanes, partido que ganó, pero con un saldo negativo considerable: la expulsión de Christian Cueva. Es decir, el jugador trujillano está suspendido para disputar el siguiente partido que será ante Cristal el día jueves 20 -juego importante para decidir al ganador del Clausura-, pues el encuentro que iba a desarrollarse este fin de semana por la fecha 13 frente a Unión Comercio fue postergado gracias a una solicitud del mismo Alianza.
No obstante, tras la suspensión de Cueva, se ha conocido que el cuadro íntimo solicitó a Comercio, según informó la cuenta de Twitter del club neocajamarquino y como pudo confirmar DeChalaca a través de fuentes dirigenciales, el restablecimiento de la programación inicial de la fecha 13 para el domingo 16 de noviembre. ¿Qué habría sucedido en tal caso? Cueva sí podría quedar habilitado disputar el encuentro clave frente a Cristal, luego de cumplir con la fecha de suspensión. Sin embargo, Comercio rechazó este nuevo cambio por parte de Alianza por motivos principalmente económicos: programar el cotejo a última hora le resultaba costoso y desorganizado. No obstante, horas luego de la publicación original de este artículo, Alianza Lima emitió un comunicado oficial rechazando la versión de que hubiera hecho tal pedido, versión que hay que adscribir de parte del cuadro íntimo.
En cualquier caso, hay que decir frente a este escenario que DeChalaca ha defendido desde un inicio a las Administraciones Temporales en beneficio de su tranquilidad para llevar a cabo las gestiones por las que fueron creadas, pues los anticuerpos y obstáculos que han encontrado dentro de cada club podían perturbar lo que parecía una salida para clubes en crisis. Sin embargo, tras observar lo que va del año y las reacciones del público ante lo ocurrido esta semana, ha quedado claro que, pese a la tranquilidad conseguida, las maneras en que se las induce desde el entorno de sus propios clubes empuja, en diversos casos, a revivir las costumbres de dirigencias nefastas que pasaron por ellos. La informalidad, las formas más cercanas a un barrabrava que a un dirigente, la conducción populista y las explicaciones a medias tintas: todas siguen allí. Características para enmarcar y poner en el patio trasero de la vergüenza de los clubes peruanos, ahí donde también están cómodos los González, los Pacheco, los Alarcón, los Silva, etc.
El sistema ha permitido que ocurra este bochornoso final de un campeonato mal estructurado de raíz desde el absurdo cambio de sistema para reimplantar los torneos cortos; una decisión sin coherencia deportiva y con escaso criterio económico que arrojará paupérrimos ingresos a comparación de años anteriores. Se tiene mucha voluntad para decidir de manera pésima. La norma que admite postergaciones debe DE-SA-PA-RE-CER, salvo casos de fuerza mayor para todo el plantel; sino, tal como ocurre en este campeonato, resulta aprovechable por dirigentes sin escrúpulos deportivos, ventajistas y criollos.
Mientras tanto, hay quienes postergan lo importante para darle paso a lo irrelevante; hacer alharaca porque el técnico de la selección programa una conferencia un domingo por la noche, pero no decir ni pío acerca de lo vergonzoso que es que el Descentralizado vaya a terminar, sí o sí tras las últimas postergaciones inducidas por Alianza y San Martín, después de la fecha programada desde inicios de año. ¿Será tan complicado que se den cuento? No: solo existe, como en los demás ámbitos del medio, falta de voluntad para cambiar y mejorar. Por eso, entre otros tantos vicios, el fútbol peruano sigue postergando su rehabilitación.
Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com
Foto: Cortesía Ovación Digital
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