Pedro Chinchay, Édgar Astudillo y Eddy Carazas en Tigres: Tigrillos con DNI
Ahora que Tigres viene al Perú con un equipo alterno, es oportuno recordar a los jugadores peruanos que pasaron por sus filas sin la notoriedad ni la fama de Gerónimo Barbadillo. Fueron tres, algunos de modo más opaco que otros: Pedro Chinchay, Édgar Astudillo y Eddy Carazas.
Hablar de Tigres significa, para el fútbol peruano, evocar a Gerónimo Barbadillo. 'Patrulla' pasó por filas auriazules durante siete temporadas en las cuales, coincidentemente, volvió la camiseta número '7' un auténtico mito, al punto que ella acabó siendo retirada por el club de Nuevo León en homenaje a los 59 goles que el puntero peruano marcó a lo largo de los 259 cotejos en que la vistió.
Sin embargo, hubo otros peruanos que, con menor nombre, supieron sudar la -como se diría en México- playera de Tigres. Y no solo desde el buzo de la dirección técnica, como sucedió con Marcos Calderón y Claudio Lostaunau, quienes pasaron por su banquillo con relativo suceso, sino en el propio campo de juego. Se trató de un volante de marca, otro ofensivo y un puntero izquierdo.
Chinchay suyo
En 1980, hizo su llegada a Nuevo León nadie menos que Pedro Juan Antonio Chinchay Valenzuela (Lima, 19 de octubre de 1958). Pundonoroso volante de recuperación surgido en Sporting Cristal, fue el peruano que mejor paso tuvo por Tigres fuera de Barbadillo. Debutó en el balompié azteca el 10 de enero de 1981, en la victoria auriazul por 3-2 sobre Curtidores en casa, en la que ingresó en el complemento por Salvador Carrillo bajo la batuta de Claudio Lostaunau.
En lo que restó de la temporada 1980/81, Chinchay tuvo presencia en todos los partidos disputados por Tigres, generalmente como titular; mantuvo esa presencia a despecho de que recibió una tarjeta roja -que no le generó suspensión- en la fecha El equipo, que desde marzo de 1981 pasó a ser dirigido por Marcos Calderón -quien, no obstante, ya tenía un preacuerdo con el equipo mexicano desde meses antes-, culminó ubicado en tercer lugar del grupo 4 y no accedió a los cuartos de final.
En el arranque de la temporada 1981/82, en el segundo cotejo, Chinchay sufrió una lesión ante Tigres que lo alejó dos meses de las canchas. Solo pudo volver ante Atlas en noviembre de 1981, y luego de eso retomó su lugar hasta que el 13 de febrero de 1982, en un cotejo ante Campesinos en Nuevo León que culminó 0-0, fue expulsado a un minuto del final luego de haber ingresado instantes antes por Barbadillo. Eso le quitó la confianza del técnico Carlos Miloc, quien no volvió a utilizarlo hasta el final de la temporada que consagró campeón de Primera División a Tigres. Así, Chinchay llegó a sumar, en dos temporadas, 41 cotejos disputados en el club y dos tarjetas rojas, además de un título ganado.
El poco brillo de Astudillo
Otro jugador llevado a Tigres a instancias de Marcos Calderón, quien lo tuvo en Sporting Cristal, fue el puntero izquierdo Édgar Astudillo Díaz (Lima, 1960). Él, quien como Chinchay había sido bicampeón con Cristal en 1979 y 1980, llegó al equipo auriazul en la segunda mitad de la temporada 1980/81.
Astudillo debutó el 24 de enero de 1981, en la derrota 1-0 ante Atlético Español en el DF, cuando ingresó en el complemento por el brasileño Edú. No pudo consolidarse como titular, condición que solo ocupó en dos cotejos: los últimos que disputó, ante León en la fecha 34 y contra Potosino en la jornada 37. En este último partido, solo actuó un tiempo: fue reemplazado justamente por Edú.
Así, Astudillo sumó en Tigres apenas 8 cotejos disputados, sin goles o tarjetas que registrar, y luego pegó la vuelta al Perú. Sin embargo, su paradero posterior es un auténtico misterio: hasta donde DeChalaca tiene registro, no volvió a jugar profesionalmente. Si algún lector tiene luces al respecto, se agradecerá las haga conocer.
Carazas no muy felices
El último peruano llegado a Tigres fue nadie menos que Eddy Javier Carazas Elías (Lima, 27 de febrero de 1974). El 'Diablo' apareció en tierras mexicanas luego de haber pasado por la selección peruana en las Eliminatorias a Francia 1998, pero fundamentalmente en aquella Copa América de Bolivia en la que anotó en el triunfo 2-1 sobre Argentina, argumento suficiente para convencer a la dirigencia de Tigres de que podía tratarse de un refuerzo de jerarquía.
Carazas, quien para entonces ya actuaba más como volante ofensivo, fue presentado en Tigres como delantero y quizá por eso desde el saque tuvo una presión extra. Debutó en el arranque del Torneo de Verano 1998 y desde ese momento las cosas salieron mal: el cuadro auriazul fue goleado 0-3 en casa por Atlante. Ese fue el único partido del 'Diablo' con Tigres en el que actuó los 90 minutos, y aunque apareció otras seis veces como titular, lo suyo fue bastante discreto. De hecho, jugó en su contra el mal momento del equipo: aquel arranque con tres derrotas consecutivas y sin goles anotados, bajo la batuta de Osvaldo Batocletti, es uno de los tres peores de la historia de Tigres en el profesionalismo mexicano.
En aquel año, Carazas tenía por delante al brasileño Aílton Goncálvez y a Jorge Santillana como titulares en el ataque del elenco de Nuevo León. Fue muy resistido por los aficionados, al punto que hoy en algunos foros no vacilan en sindicarlo duramente como uno de los peores extranjeros de la historia del club. Pese a eso, sobre el final de la temporada recibió la confianza del técnico y acabó jugando como titular los últimos tres cotejos ante Estudiantes Tecos, América y Santos Laguna. Al final, Carazas en Tigres totalizó 10 cotejos disputados, sin goles y con tres tarjetas amarillas recibidas. Igual, pegó la vuelta al país y fue recibido nuevamente por Universitario, en el que formó parte del plantel campeón con Osvaldo Piazza en 1998. El fútbol le daría más revanchas, pues luego llegó a militar en Argentina y Portugal, con distintas peripecias que son parte de otras historias.
Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com
Recortes: revistas Balón y Once
Mostrar/Ocultar comentarios
