Lo que bien empieza...

Para inicios de 1932, la ahora añeja rivalidad entre Alianza Lima y Universitario de Deportes, llamado por entonces Universidad, empezaba a forjarse. Como se conoce, el primer encuentro fue de la U que se impuso con un solitario gol de Pablo Pacheco. Luego se enfrentaron otras seis veces antes de que Lolo Fernández se volviera protagonista de estos encuentros. Siempre fueron empates a un gol o triunfos blanquiazules por 2-0. Cuando los cremas obtuvieron el título de 1929, los victorianos no participaron por sus problemas con la FPF.
El Cañonero, como se le conocería después, acaba de debutar hacía unos meses en el equipo principal de Universitario, junto a sus hermanos Arturo y José. Contaba con apenas 19 años, por lo que para el Clásico se le consideraba un inexperto delantero que conformaría el ataque al lado de otros jóvenes jugadores. En la previa, los medios señalaban como favorito al equipo estudiantil pues contaba con sólido bloque posterior conformado por el portero Criado y los fullbacks Del Río y Arturo Fernández. El medio campo era considerado excelente y determinante para el partido, pero también se resaltaba el poco recorrido de los delanteros. En oposición, Alianza contaba con jugadores recorridos en cada línea, des del portero Valdivieso, hasta llegar a Manguera Villanueva, pasando antes por Soria, Lavalle, Montellanos, Neyra y Sarmiento.
El partido dio inicio a las 16:00 del domingo 27 de marzo y, tal como se podía presumir, fue de trámite intenso desde el inicio de las acciones. El dominio inicial correspondió a Alianza Lima, cuyo ataque, vigente campeón, mostró lo mejor de su repertorio y complicó a la defensa que lideraba el hermano mayor de Lolo. Sin embargo, con el correr de los minutos, la que empezó a destacar, tal como predijeron los medios, fue la línea de tres volantes que empleó Universitario, la misma que se adueñó del balón y anuló los ataques blanquiazules. De hecho empezó a hacerse figura Valdivieso, quien en los minutos finales de la primera mitad no vio vencida su valla por los errores en la definición de Pacheco, Góngora y Tovar.
No habría de llegar la hora de Lolo en este match, pero sí llegaría el triunfo crema pues a poco de iniciado el complemento, Carlos Tovar pudo derrotar a la valla aliancista ya bastante acechada para ese momento. Para la anécdota quedó la incapacidad del réferi Domingo Donayre, a quien acusaban sin atenuantes de tenerles miedo a los jugadores y que estos hacían lo que les venía en gana dentro del campo. De quien sería el héroe de Universitario en tantas tardes no se dijo más en ese encuentro, pero empezó ganando en los Clásicos. De ese mismo modo habría de terminar, pero ya dueño del protagonismo.
Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com
Recortes: diario La Crónica; Foto: Facebook

Saludos.