Blind date
Como ‘Ñol’, Oblitas había vestido las camisetas de la ‘U’ y de Cristal. Como ‘Ñol’, el último título de Oblitas como futbolista había sido con camiseta crema (1985). Como ‘Ñol’, Oblitas no había cumplido cuarenta años cuando le encargaron uno de los proyectos más ambiciosos que puede recibir un entrenador inexperto: dirigir a Universitario de Deportes.
Los paralelismos no garantizan, de modo algún, que Solano siga la senda de Oblitas. Encadenan, simplemente, una serie de coincidencias, como que fue el ‘Ciego’ quien hizo debutar a ‘Ñol’ como jugador profesional y que Solano, tal como Oblitas, se estrenará oficialmente como técnico crema en el inicio del invierno, este 16 de junio contra Inti Gas; o, para decirlo con otros números, veinticinco años y dos días después de que Oblitas, en el viejo estadio Lolo Fernández, se pusiera por primera vez el buzo de la ‘U’.
Veda de truchas
Para nadie es un secreto que, hacia mediados de los ochenta, la dirigencia de Universitario contaba con dos entrenadores como proyectos al futuro: uno era Oblitas y el otro era nada menos que Percy Rojas, quien se había retirado un año antes que el ‘Ciego’, en 1984. El ‘Trucha’ era quien encabezaba la línea de sucesión, pues por entonces era considerado, aunque parezca insólito (porque la carrera de Rojas como técnico, al menos en Primera, concluyó con el Meteor de 1990), el mayor prospecto de entrenador nacional. Lo comprueba el hecho que, a mediados de 1986, cuando Marcos Calderón dejó el cargo, asumió interinamente la conducción de la ‘U’ hasta la llegada del brasileño José de Souza Texeira. Una vez que el brasileño se marchó, a principios de 1987, fue Rojas quien fue designado como entrenador de Universitario. Oblitas, en tanto, asumió un cargo en las divisiones menores del club y, paralelamente, a fines del ’86, dirigió a la selección juvenil peruana que participó en los Juegos ODESUR (que tuvo, entre otros, a ‘Chemo’ Del Solar, Juan Reynoso, Juan Carlos Bazalar y los fallecidos Luis Escobar y ‘Pacho’ Bustamante).
Tal era la línea de ambas carreras, la del ‘Trucha’ y la del ‘Ciego’, hacia la mitad de 1987. El destino cambió el lunes 8 de junio de dicho año: un día después de que la ‘U’ derrotara 3-2 a CNI (resultado que lo ubicó segundo, a tres puntos del líder Unión Huaral), Rojas renunció a la dirección del primer equipo, acusando continuas intromisiones de la directiva en sus decisiones. Según las crónicas periodísticas, uno de los directivos que más se opusieron al trabajo del ‘Trucha’ fue nada menos que Alfredo González, por entonces presidente de la Comisión de Fútbol. Tras la salida del ‘Trucha’, Oblitas subió automáticamente a dirigir al primer equipo.
El interino Oblitas
“Le pedí a Jorge Nicollini (nota nuestra: por entonces, presidente de la ‘U’) que por favor no me presentara ante los muchachos, porque nos conocemos bastante y, además, por el tiempo que voy a estar al frente del equipo, me pareció inadecuado”, declaró Oblitas después de su primer entrenamiento, el martes 9 de junio. La idea era que el ‘Ciego’ solo dirigiera el partido de ese fin de semana, contra Octavio Espinosa en el ‘Lolo’; es decir, que fuera un técnico para salir del apuro. Oblitas aseguró que solo había aceptado por un “compromiso personal con Nicollini”. Tan es así, que la directiva buscaba nuevo entrenador en Argentina e, incluso, Alfredo González deslizó dos nombres ante la prensa: el del consagrado Humberto Maschio y el del ex entrenador de Newell’s, Juan Carlos Montes. “Los cremas serán dirigidos por Juan Carlos Oblitas por única vez”, enfatizó el diario La Crónica en la víspera del encuentro ante los iqueños.
Llegó el domingo 14 de junio de 1987: en el Lolo Fernández, el rival fue el Octavio Espinosa de Víctor ‘Kilo’ Lobatón. Oblitas mandó el siguiente once, su primer once en Primera: en el arco, César Chávez Riva; en defensa, Leo Rojas, José Carranza, Pedro Requena y Arturo Ulloa; al medio, Luis Reyna, Javier Chirinos y Eduardo Malásquez; en ataque, Eduardo Rey Muñoz, Juvenal Briceño y el argentino Néstor Fernández.
Todo parecía indicar que la ‘U’ resolvería el partido sin contratiempos: a los 35’, el ‘Flaco’ Malásquez peinó un balón y venció la valla de Eusebio Farfán: 1-0. Sin embargo, solo cuatro minutos después surgieron las angustias: Nibardo Aguirre, con remate de fuera del área, decretó la transitoria paridad.
Las sorpresas no acabaron allí: Espinosa adelantó el score a los seis minutos del reinicio, con gol de Freddy Torrealba. Oblitas realizó su primera variante: sacó al argentino Fernández e hizo ingresar al hermano de ‘Chucky’, Jesús ‘Chucho’ Torrealba. Instantes después, su apuesta fue más arriesgada: retiró a un volante de marca (Reyna) para dar paso a otro delantero (Fidel Suárez).
Los cambios le dieron resultados: a los 70’, Rey Muñoz fue trabado en el área y el árbitro César Cachay marcó penal: Briceño, con un remate bien esquinado, puso el 2-2. Seis minutos después, el propio Briceño, de cabeza, anotó el gol de la primera victoria de Oblitas como técnico. La ‘U’, que terminó con diez (fue expulsado Rey Muñoz a muy poco del final), venció 3-2 a Espinosa. Solo 1’416 espectadores acudieron al ‘Lolo’ para ver el debut del ‘Ciego’ como entrenador en Primera División.
Confianza a ciegas
El resto de la historia es más o menos conocido: la ‘U’ no contó con presupuesto para traer a ningún técnico argentino y Oblitas recibió un respaldo que fue retribuido con resultados: el ‘Ciego’, que pensó que solo le encargaban un partido, se quedó tres años como entrenador de la ‘U’, consiguiendo un título (1987) y un subcampeonato (1988) nacional; así se inició la carrera del entrenador peruano más ganador (cuatro campeonatos locales) y cuestionado de los últimos veinticinco años.
Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com
Recortes: diario La Crónica
escrito por Guti , June 15, 2012