Perú - Colombia 1961: Tren al sur

Es harto conocido que, en 1961, la selección peruana tenía servida la clasificación al Mundial de Chile; es más, contaba con la ventaja de que el ganador de su llave eliminatoria iba a actuar como local en la sede de Arica. La blanquirroja, pues, tenía todo listo para jugar en la máxima justa casi como un anfitrión. Y es que su único rival para acceder al Mundial era la por entonces "débil" Colombia, de la cual su mayor referencia en realidad era el torneo local, que justamente se encontraba en la post época del famosísimo dorado colombiano. No obstante, a nivel de selecciones no había realizado nada importante desde que comenzó a competir.
La historia estaba encaminada para que Perú, de la mano de un joven Marcos Calderón, consiga por segunda vez su clasificación al Mundial. Tenía todos los argumentos a favor: un mejor plantel y la opción de definir en casa. Sin embargo, la derrota por 1-0 en El Campín de Bogota lo obligó a ganar en casa para forzar un partido extra, situación que, amén a las versiones de la época, era posible, aunque finalmente no se pasó del 1-1 en Lima y se resignó la chance de avanzar a la élite mundialista. En esta ocasión, DeChalaca.com quiere marcar una brecha con el caractéristico "qué habría pasado" que distingue a esta sección y jugar con la posibilidad que a la antigua generación se le escapó -increíblemente- de las manos.
Todo parte de las altas esferas
En esta página web ya se hizo una cronología de lo que vivió la selección peruana en el antes, durante y después del encuentro de revancha ante los cafeteros, la cual se jugó seis días después de la caída por 1-0 en El Campín y narró las peripecias que atravesó el grupo dirigido por Marcos Calderón en su concentración, así como las consecuencias inmediatas que orginaron su increíble eliminación del Mundial a manos de una selección "ganable", como por ese entonces se le calificaba a nuestro par colombiano. Pese a ello, es imprescindible aterrizar en algunos detalles que rodearon el ambiente eliminatorio.
Para empezar, el 'Oso' Marcos Calderón, desde que asumió la dirección técnica, jamás tuvo la aceptación del aficionado y del periodismo: se lo criticaba por su escasa experiencia como entrenador -solo ostentaba un título con Boys en 1958- y, además, porque se lo había nombrado como DT en lugar del húngaro Gyorgy Orth, quien recientemente había cumplido una buena actuación en el preolímpico y la posterior participación en las Olimpiadas de Roma 1960. Por tal razón, las especulaciones llegaban incluso hasta el presagio de una debacle futbolística, sobre todo por la inexperiencia de la cabeza visible del plantel.
El otro aspecto fundamental en esta historia está enmarcada en el grupo de seleccionados que afrontaron los partidos de ida y vuelta ante Colombia. Por aquel entonces, Perú gozaba con una camada de futbolistas consagrados en el exterior, y era evidente que su aporte resultaría fundamental para acceder a Chile 1962. Sin embargo, causó sorpresa que, a la hora de entregar la relación de 30 convocados para los cotejos eliminatorios, se dejó increíblemente de lado a algunos jugadores llamados a ser el sostén de blanquirroja. Solo para hacerse una ídea, en esta nómina nunca se incluyó a los pesos pesados del plantel, los cuales estaban encabezados por Víctor Benítez y Miguel Loayza (Boca Juniors), Juan Seminario (Sporting Lisboa), Óscar Gómez Sánchez (Gimnasia y Esgrima de La Plata), Juan Joya (Peñarol) y Guillermo Delgado (Deportivo Cali); no obstante, la razón escapó de las manos del 'Oso' Calderón: los dirigentes de la FPF fueron incapaces de negociar con los clubes de estos jugadores para que se les otorgue el permiso de defender a su selección. Por esta razón, la base de los jugadores que enfrentaron a los cafeteros eran una mezcla de hombres que recién aparecían en el firmamento futbolístico con otros de dilatada experiencia en el medio local.
Historia exitista
Aquella tarde del 7 de mayo de 1961, Perú alineó con Fernando Cárnepa en el arco; Adolfo Calenzani, José Fernández, Joe Calderón y Juan De La Vega en la defensa; Luis Cruzado y Óscar Montalvo en el medio sector; y Ángel Uribe, José 'Sucre' Flores, Manuel Márquez y Faustino Delgado en el ataque. Como se aprecia, una oncena netamente local (el único que emigró en los meses posteriores fue Montalvo -al Deportivo La Coruña-). Para la ocasión, la selección peruana tenía que ganar por cualquier marcador en el estadio Nacional, con lo cual forzaba un partido extra en Valparaiso. La historia cuenta que el 'Chino' Delgado abrió el marcador apenas a los 2', pero luego, a los 23', el colombiano Héctor Gonzales selló el definitivo 1-1.
Fue, a todas luces, una tarde desafortunada, en la que incluso Perú estuvo a un tris de perder luego de un penal de Rolando Serrano que se estrelló en el palo. La inmediata pregunta que se puede hacer el lector es, ¿estaba al alcance de las manos el triunfo? Si bien cada partido es una historia diferente, no se puede negar que, con este mismo grupo de jugadores, los dirigidos por Marcos Calderón jamás se quitaron el cartel de favoritos para dejar en el camino a los colombianos.
Partiendo de esta premisa, la gran interrogante de este Virtual Replay cae por demolición: ¿cómo se habría ganado el partido? En realidad, de varias maneras: o aguantando el 1-0, o hasta incluso con una rápida reacción tras el 1-1 cafetero; en realidad, tenía más de 65 minutos para conseguir esa gesta. Como la temática de esta sección obliga a darle un giro radical a la historia, habría de imaginarse un encuentro planteado de manera inteligente, lo sufiente como para ganar y forzar el partido de repechaje en Valparaiso. En este último duelo eliminatorio, la lógica también debería haber jugado a favor de los nuestros, con lo cual el pasaje a Chile 1962 se habría cristalizado.
Hemisferio sur
¿Qué habría pasado si, en Valparaiso, la selección peruana sellaba su acceso al Mundial? El giro radical de la historia, en un solo abrir y cerrar de ojos, podría haber tenido consecuencias alucinantes. Para empezar, la primera clasificación en cancha de Perú habría despojado de las críticas inmediatas a Marcos Calderón, quien probablemente habría tenido suficiente piso para continuar en el cargo y, obviamente, no habría esperado hasta 1978 para reivindicarse con el buzo blanquirrojo. Quien sabe si, la realidad del 'Oso', con el paso de los años, más bien lo terminaría catapultando en el exterior con un cartel grande, y probablemente se habría convertido en un ícono de la dirección técnica en esta parte del continente.
Asimismo, los grandes recuerdos de las posteriores generaciones estarían enmarcados en el estadio Municipal de Valparaiso (Playa Ancha), como el primer estadio en el que una selección peruana obtuvo una clasificación al Mundial, y no tanto en la Bombonera de Argentina; en ese sentido, para la llamada generación dorada de los años ciencuenta, un Mundial a cuestas habría sido el perfecto colofón a su extraordinario recorrido futbolístico, que injustamente no recobró tanta notoriedad por carencia de logros deportivos a nivel de selección. En este aspecto, la apuesta por el grupo de convocados, en su totalidad del medio local, abre una curiosa interrogante: ¿Marcos Calderón se la habría jugado por ellos en el Mundial? La respuesta, es un hecho, la habría tenido la FPF. Es de imaginar que, ante tanta expectativa, esta vez los dirigentes sí habrian agostado recursos para ponerse los pantalones y repatriar a los jugadores consagrados en el exterior.
Ya para el Mundial, con toda su artillería pesada, Perú habría conformado el grupo en el que recaló Colombia; o sea, el Grupo A, con Uruguay, Unión Soviética y Yugoslavia. A todas luces un sector complicado, aunque el plus para la blanquirroja habría sido el que ya se tenía planificado antes del proceso eliminatorio: el tener como sede a la ciudad de Arica y, obviamente, sentirse casi como local en este territorio.
Sueño hecho realidad
El debut peruano en su segundo mundial habría sido el 30 de mayo de 1962 en el estadio Carlos Dittborn de Arica y, a diferencia de Colombia, que cayó 2-1 ante una selección uruguaya en pleno recambio generacional, probablemente habría obtenido un resultado auspicioso, lo cual le debería haber permitido llegar con el ánimo al tope para su segundo compromiso, ante la poderosa Unión Soviética que contaba con el gran Lev Yashin en el arco. Si los inexpertos cafeteros regalaron un espectáculo y protagonizaron uno de los mejores partidos de dicha justa al igualar 4-4, solo basta imaginarse las diabluras que habrían hecho Juan Joya, Miguel Loayza, 'Huaqui' Gómez Sánchez, junto a la efectividad de un Luis Seminario que ya estaba en el Real Zaragoza, para pensar en que el compromiso pudo estar al alcance de las manos, igual que en el posterior duelo ante Yugoslavia.
Imaginar una clasificación a cuartos de final, pues, tampoco habría resultado utópico; más bien, de haber quedado primero o segundo en el Grupo A, los rivales de Perú habrían sido el anfitrión Chile o Alemania Federal. El solo hecho de mirar los resultados que se produjeron en esta instancia invitan a un posible desenlace apretado, por lo que pensar en una histórica clasificación a semifinales o rozar el infinito siempre va a estar en la baraja del destino y, obviamente, resultaría fantasioso terminar de desarrollarlo en el Virtual Replay. Lo único que habría sido concreto, a sazón de lo que hizo Colombia, el rival que sí fue al Mundial (con el valor agregado de su conocida capacidad y el nivel que mostró), es que nuestra selección habría cumplido una campaña digna en esta justa. Lo suficiente para cimientar un mayor grado de competitividad en los años posteriores.
Por ejemplo, los jugadores que ya destacaban en el exterior habrían recalado en equipos top de Europa, y más bien a los hombres que actuaban en el medio local les habría tocado mudarse al exterior, con lo cual cabía la posibilidad de una fuga de talentos que terminaría nutriendo a la misma selección en el futuro. Asimismo, una buena actuación en el Mundial le habría permitido a Perú ponerse siempre la valla más alta, por lo que no sería incalculable pensar en una seguidilla de clasificaciones a los siguientes justas y encararlas con mayor ambición; por ejemplo, en México 1970 y Argentina 1978, a las cuales se habría arribado con un cartel más poderoso. Para las nuevas generaciones, por cierto, los Loayza, Benítez, Joya, Seminario, De La Vega, Delgado, Gomez Sánchez y Flemming serían también parte de la historia más rica del fútbol peruano y sus nombres estarían asociados al éxito.
No obstante, toda este viaje se deshace en el mismo imaginario con el solo hecho de regresar a la realidad y recordar que, por incapacidad dirigencial -y acaso exceso de confianza-, Perú se quedó con los crespos hechos en casa, en la que probablemente fue la eliminatoria más sencilla que tuvo para acceder a un Mundial.
Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com
Recortes: diario La Crónica

De todos modos, creo que si Perú hubiera clasificado al mundial de Chile 1962, se hubieran sentido "locales" y hasta hubiera perdido en exceso de confianza. ¿SerÃa posible que hubiera sucedido una catástrofe de enormes proporciones como la de Argentina en Suecia 1958 ó Colombia en 1994? Quizás, el equipo colombiano le hizo un favor al peruano... puede ser... habrÃa que investigar más...
Pero, leyendo este "virtual replay", me doy cuenta que lo que busca el autor es darle un reconocimiento a la generación de Joya, Seminario, Loayza, Gómez Sánchez... una generación que no pude conocer... hace tiempo, leà un artÃculo de Alberto Rendo (jugador argentino de la eliminatoria de 1969) que dijo que era el mejor equipo peruano que ha visto jugar... incluso, mucho mejor que el que clasificó a México 1970.
Esa generación merece un reconocimiento... gracias por rescatarla del olvido. :)
Saludos,
Renzo
A partir de 1960, en los preparativos para Chile '62 se vienen dos estruendosos fracasos, una contra una tibia y anciana España (1-3), que serÃa derrotada por la selección de Argentina por 2-1, dÃas después, y que sólo era D’Stéfano, sobre él descansaba la responsabilidad de esa selección anciana y parchada con algunos extranjeros (D’Stéfano, SantamarÃa, etc), y luego la estrepitosa derrota ante Chile en el verano del 61.
Asisten a estos fracasos Dimas Zegarra, Angel Uribe (promocionado por los diarios de la época como el peligroso crema), Montalvo, el sucrense TardÃo, y muchos más. Orth, impotente y al no poder contar con las figuras “extranjerasâ€, renuncia. Llega Marcos Calderón y luego la eliminación.
En 1962, llega Inglaterra y nos devuelve la moneda de 1959; el entrenador de nuestra selección era el brasileño Jaime de Almeida (entrenador de Alianza Lima); él exigió la presencia de Joya, BenÃtez, Gómez Sánchez, Seminario, Lostaunau y otros en nuestra selección a los dirigentes de la época y éstos hicieron oÃdos sordos porque existÃa ese vil contrato suscrito en contra nuestra. Luego viene el Zaragoza con el gran Seminario y se despide con victorias. Seminario, injustamente es abucheado por un minúsculo sector del Estadio. Lo dicen los periódicos de la época.
Colombia nos humilló, Perú quedó por los suelos. ¿Y saben ustedes quién se cobró la revancha? Un Selección Amateur con base provinciana en los Juegos Bolivarianos de Barranquilla. Esos muchachos del Grau de Piura, con arequipeños, trujillanos y huachanos le ganaron al equipo cafetero que planeaba ser campeón. Fue de ida y vuelta, incluso a combo y patado porque los cumbiamberos se llevaron tremendos bailes en su propia tierra. Esto ocurrió también en 1961 pero la historia nadie la sabe.