Enrique Labó: La voz de Labó
Por casualidades de la vida, Alemania y Argelia jugaron el lunes 30 de junio y los flashbacks del sorpresivo triunfo argelino de España 1982 pusieron el nombre de Enrique Labó Revoredo (n.1939) en todas las previas del planeta. Labó fue nuestro penúltimo juez mundialista (antes de Alberto Tejada Noriega). Casualidad y fatalidad: la mala nueva llegó el miércoles 2 de junio, cuando un mail del exárbitro César Mongrut informó a DeChalaca que Labó acababa de fallecer.
Silbatos dorados
Labó comenzó su carrera arbitral en la Segunda de 1965. Unos años después, ya en los setenta, dirigía en Primera con frecuencia. Luego, su ascenso fue maratónico: comenzó a ser programado en los partidos más importantes y 1972 resultó un año clave. Dirigió su primer clásico del fútbol peruano, recibió la credencial FIFA y tuvo su debut internacional en la Copa Libertadores, con un empate 0-0 entre Deportivo Cali y Millonarios en el Pascual Guerrero.
La generación de Labó fue, tal vez, la más excepcional que tuvo el arbitraje peruano. Después de Arturo Yamasaki (por logros, el árbitro peruano más importante en la historia), el Perú tuvo a tres jueces distintos en los mundiales: Edison Pérez Núñez en Alemania 1974, César Orosco en Argentina 1978 y Enrique Labó, que cerró el ciclo en España 1982. Varios años después, el esfuerzo individual de Alberto Tejada Noriega lo puso en dos mundiales (EEUU 1994 y Francia 1998) y Víctor Hugo Carrillo quedó como juez suplente en el presente Brasil 2014.
Labó internacional
Labó condujo la victoria de Argelia por 2-1 sobre Alemania Federal en Gijón, por España 1982. No tuvo contratiempos: apenas sacó dos tarjetas amarillas (al alemán Horst Hrubesch y el argelino Rabah Madjer). Además, fue juez de línea en otros cuatro partidos de la primera fase: Polonia 3 - Bélgica 0, Irlanda del Norte 1 - Honduras 1, España 0 - Irlanda del Norte 1 y Yugoslavia 1 - Honduras 0.
El peruano venía ya precedido de otros torneos importantes. En 1980, arbitró dos encuentros en los Juegos Olímpicos de Moscú: dirigió los partidos de Checoslovaquia contra Nigeria (empate 1-1) y Cuba (victoria 3-0). Ese mismo año, en Montevideo, fue designado para el Mundialito que organizó la FIFA para conmemorar los 50 años del primer mundial de la historia: dirigió la victoria de Uruguay por 2-0 sobre Holanda.
Años más tarde tendría su última experiencia mundialista: en 1987, fue árbitro en el mundial Sub-20 realizado en Chile y dirigió el empate 2-2 entre Italia y Canadá.
Por Eliminatorias, arbitró dos partidos, ambos entre Brasil y Bolivia: el triunfo brasileño (1-2) en La Paz, así como el empate 1-1 en San Pablo en 1985. Tuvo tres participaciones en Copa América: condujo los encuentros entre Chile y Venezuela en 1979 y 1983, y también fue designado para el empate 0-0 entre Paraguay y Bolivia en Argentina 1987.
Por Copa Libertadores, llegó a sumar 37 partidos: el último fue el triunfo 2-0 de América de Cali sobre Oriente Petrolero, el 28 de septiembre de 1988, apenas unos días antes de su retiro.
Por el túnel de los banderines
La trayectoria de Labó incluyó doce clásicos del fútbol peruano: seis triunfos aliancistas, tres triunfos cremas y tres empates. El primero fue el 12 de junio de 1972, con victoria de Universitario por 2-1 sobre Alianza: goles de Juan Carlos Oblitas y Percy Vílchez, y descuento de Luis ‘Babalú’ Martínez. El último fue exactamente dieciséis años más tarde: el 12 de junio de 1988, con victoria íntima por 0-1 con gol de Juan Illescas. Pese a su impecable carrera, Labó nunca dirigió una final del campeonato local.
A punto de llegar a los cincuenta años, era momento de entregar la insignia FIFA. El 16 de octubre de 1988, se le hizo el tradicional homenaje de despedida: pasó por el túnel de banderines antes de que Universitario y Unión Huaral jugaran el último partido de la liguilla del Regional. Fue en el estadio Nacional, ante 15 mil personas. Labó le entregó el silbato a su colega César Pagano, quien se encargó de conducir el partido.
Sin embargo, Labó salió del retiro y reapareció para dirigir algunos encuentros del Plácido Galindo de 1989. Y volvió a hacerlo dos años después, el domingo 27 de octubre de 1991, cuando, debido a una huelga arbitral, varios jueces jubilados fueron convocados de emergencia: Labó se encargó de pitar el triunfo de Municipal por 2-0 sobre Inter (goles de Ricardo Besada y Wilfredo Quevedo). Fue su último arbitraje profesional.
Que en paz descanse.
Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com
Foto: AFP; recorte: diario La Crónica