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Marca Fútbol: El santo sorbo amargo
En medio de la ‘Guerra de las Cervezas’ del Descentralizado 1996, el recordado Deportivo San Agustín se robó la atención mediática con una sorpresiva mudanza al norte de la mano de su sponsor Pilsen Trujillo. Fue la antesala de un final nada feliz. A tono con las fechas, vaya el recuerdo de la última campaña (y camiseta) que el cuadro santo vivió en Primera División.
San Agustín, también conocido como Agustín de Hipona, nació en el año 354 en un pueblo al norte de África, el que hoy forma parte de Argelia. En el tradicional distrito limeño de Lince, más de dieciséis siglos después, nació un equipo de fútbol con nombre de otro santo: San Francisco. Dos años después de su fundación, en 1972, el equipo se mudó a un distrito también con nombre de santo: San Isidro. Durante diez años, jugó en la liga distrital como Huracán San Isidro, hasta que el colegio San Agustín lo tomó bajo su tutela en 1983 e inició una aventura increíble que acabaría en el fútbol profesional.
Ascendido a Primera División para 1985, apenas en su segunda temporada en la máxima categoría el Deportivo San Agustín sorprendió a propios y extraños al convertirse en campeón nacional. De la mano de Fernando Cuéllar, aquel recordado plantel donde destacaban los jovencísimos José del Solar y Roberto Martínez, así como el experimentado capitán Jaime Duarte, llegó a la Copa Libertadores tras derrotar a Alianza Lima en una recordada final con gol de José Pajuelo.
Así, desde las esferas religiosas, el nombre San Agustín pasó a hacerse famoso en el escenario futbolero local, donde durante los años siguientes mantuvo un rendimiento regular, con lo que se hizo de un espacio estable en la máxima categoría. Sin embargo, a fines de los '80, el padre Cesáreo Fernández de las Cuevas, principal impulsor del equipo entre las autoridades del colegio, fue trasladado a Centroamérica por su Congregación, con lo que la institución educativa perdió todo interés en seguir apoyando al club. Este terminó en manos de diversos dirigentes, entre los que destacó -por su pujanza en mantener al equipo- el delegado José Onetto.
Durante los años posteriores, San Agustín -que en 1989 ya habia salvado angustiosamente la categoría ante La Palma de Huacho- pasó por más de un dolor de cabeza tanto para afrontar el pago de las remuneraciones de sus jugadores así como para costear el alquiler de canchas de entrenamiento, situación que llegó a su punto más grave a inicios de los '90. Solo en 1995, el club consiguió firmar un convenio con el Ejército Peruano, el cual le permitió utilizar sus instalaciones para realizar trabajos deportivos. 
En agradecimiento, San Agustín lució durante la temporada del '95 una frase alusiva a los héroes de la Guerra del Cenepa en el pecho de su camiseta, ello en medio de la efervescencia post-conflicto. Cabe indicar que el club no había tenido auspiciadores destacados hasta el momento, lo que quizás agravó aún más sus dramas financieros.
La sorpresa
En 1995, contra lo esperado, San Agustín hizo una buena campaña de la mano del hasta entonces desconocido Óscar Hamada (quien sucedió en pleno torneo a Ronald Amoretti y Carlos Daniel Jurado), en la que incluso dejó al Sport Boys fuera del octogonal final del Descentralizado. Si bien el equipo nunca había tenido más hinchas salvo el infaltable anciano albino conocido como 'Popeye' -y los niños que lo acompañaban alentando en Occidente Baja a cambio de caramelos-, su vinculación con el Ejército le permitió llevar a cientos de soldados que hicieron el ruido necesario en las tribunas en los partidos que el cuadro canario jugaba "de local" en Lima.
La gran expectativa generada durante ese año llevó a los dirigentes del club a pensar en su mudanza para la siguiente temporada, ello con miras a captar nuevos hinchas. Entre las distintas opciones de ciudades figuraba Trujillo, plaza que fue elegida a raíz de que el Carlos A. Mannucci había descendido en 1994. Había demanda por satisfacer.
De manera paralela, en las oficinas de marketing de las tres principales cervecerías del Perú solo se respiraba ambiente futbolero. Se estaba cocinando la que sería la ‘Guerra de las Cervezas’.
Salud con goles
La batalla de 1996 empezó con Cervesur, que remeció el mercado al convertirse, mediante su producto Cusqueña, en el nuevo sponsor del Sport Boys, club históricamente vinculado a Pilsen Callao de la Compañía Nacional de Cerveza. En contraparte, esta última cerveza había entrado a la camiseta de Alianza Lima y, a raíz de su mudanza a Trujillo, su matriz sumó a San Agustín con miras a promocionar otra de sus cervezas: Pilsen Trujillo, históricamente vinculada al descendido Mannucci. No queda claro si fue el auspicio de la otra Pilsen el que llevó a San Agustín a decidirse por Trujillo como su nueva sede, aunque resulta lo más probable.
La idea no era descabellada. Le permitía a la cerveza trujillana tener una exposición nacional con miras a ganar recordación de marca frente al terreno que venían ganando otras cervezas del interior como Cusqueña (que estaba en las camisetas de Universitario, Boys y Cienciano) o Arequipeña, también de Cervesur (sponsor de Melgar). 
Fuera de la guerra no podía quedar Cristal, la cerveza históricamente más vinculada al fútbol a raíz del Sporting, que para la referida campaña sumó al Alianza Atlético de Sullana y al Unión Minas.
Así, se dio el pitazo inicial de un partido aparte, el de las cervezas en el fútbol peruano, cotejo que tendría un resultado más que sorpresivo. Durante el referido año 1996, la Compañía Nacional de Cerveza terminó fusionándose con Backus, propietaria de Cristal, en la cristalización de una compra de acciones que se había dado dos años antes.
Mudanza cerrada
Sorpresivo también sería el resultado de campaña para San Agustín, que inició la pretemporada con bombos y platillos al anunciar a Carlos 'Kukín' Flores -quien el año anterior se había ido de Universitario peleado con Sergio Markarián- como nueva contratación. El brasileño Paulo Leite, el argentino Aníbal Muggione y Salomón Paredes, volante trujillano muy identificado con el Mannucci durante los '90, fueron los otros jales rutilantes. Se mantenía toda la base del año anterior y, por supuesto, Óscar Hamada seguía como DT.
Pero más allá de ello, lo llamativo fue el cambio en el modelo de gestión del club: durante todo el '96 no tuvo problema económico alguno, a diferencia de años anteriores, principalmente como consecuencia del ingreso de Pilsen Trujillo como sponsor. A esto se sumó el contrato de transmisión de sus partidos como local con Tele Cable, firma de televisión de paga que lanzó un canal exclusivamente para encuentros del Descentralizado, con miras a combatir la naciente competencia de Cable Mágico y gracias al vínculo que Genaro Delgado Parker, propietario de la empresa, mantenía con varios clubes a través de Panamericana Televisión.
Y así, un 16 de marzo San Agustín debutó en su nueva casa, el estadio Mansiche. El rival fue Melgar, equipo que terminó derrotado 2-1 ante tribunas llenas de trujillanos interesados en su nueva experiencia en Primera (ver primera parte del video).
El buen inicio duró poco. En la siguiente fecha del Descentralizado, San Agustín perdió de visitante por el mismo marcador ante Alianza Atlético, derrota que fue acentuada por el vergonzoso 6-0 que recibiría a manos de Alianza Lima en Matute dos fechas después. Esta goleada es recordada pues le permitió al argentino Marcelo Sozzani anotar los que serían sus dos únicos goles durante su estadía en el cuadro íntimo.
Final de finales
Si bien derrotó a La Loretana de local en la fecha 5, seguirían solo derrotas para San Agustín. Por eso, tras la fecha 10, la dirigencia optó por nombrar a Roberto Chale como segundo técnico, ello con miras a que acompañe en la dirección a Hamada, quién se mantenía en el cargo desde el año pasado. Previamente, y como parte de una de sus tantas indisciplinas, ‘Kukín’ (jugó solo 8 partidos) ya había dejado el plantel. Pese al cambio, las derrotas continuaron y tras la fecha 16 (primera de la segunda rueda), con el cuadro en la cola, ambos técnicos fueron cesados. La conducción del equipo fue entregada al ignoto Guillermo Nué, con lo que se sugería que ya no había mucho por pelear.
Lo curioso es que, salvo la aparatosa caída en Matute, las derrotas de San Agustín fueron casi todas por uno o dos goles de diferencia, como máximo. Pero donde sí perdió por goleada el cuadro canario fue en las asistencias al Mansiche. A excepción del estreno ante Melgar, los partidos frente a Alianza Lima y la ‘U’ (donde llegaron más de 9,000 espectadores) y el partido ante Cristal (algo más de 4,000), el club nunca registró más de mil asistentes al coso trujillano. El punto más bajo se alcanzó en la fecha 17 ante Alianza Atlético: solo se registraron 55 asistentes.
Finalmente, en la fecha 25, el sábado 28 de setiembre de 1996, la baja de San Agustín se consumó luego de su derrota de local frente al Pesquero. El cotejo se inició con un tanto para los locales anotado por Paulo Hurtado a los '40, resultado que fue volteado con los goles de Dennis Lutcke e Isidro Fuentes -un ex santo- durante la segunda mitad (ver segunda parte del video).
Con la idea de que Trujillo le había traído mala suerte, el club -ya descendido- jugó la fecha 27 como local, frente a Minas, en el Elías Aguirre de Chiclayo. Como es de presumirse, la asistencia no cambió: llegaron 110 espectadores. 
En la jornada 29 le dijo adiós a Trujillo recibiendo a Boys, y en la fecha 30 se despidió para siempre de la Primera División con una victoria en Lima por 1-4 frente al Ciclista Lima, que también había descendido y tenía como técnico nada menos que al 'Gato' Cuéllar, el hacedor del principal logro de la historia canaria. Un hecho llamativo fue que, al igual que el San Agustín, descendieron ese 1996 Ciclista y Guardia Republicana, equipos que también habían dejado Lima para buscar sedes alternas: los tallarineros lo hicieron en Chincha, y el cuadro policial se asentó en Cañete.
Con ello, San Agustín se despidió para siempre de la Primera División. Un año después jugó la Segunda, y descendió otra vez para terminar en 1998 en la liga de San Juan de Lurigancho, en la cual parece haberse extinguido para siempre. Como cuando una cerveza se acaba y no queda chance para tomar otra más.
Ilustraciones: Sandro Mena / DeChalaca.com
Fotos y recortes: diarios Líbero, El Bocón y Todo Sport; revista Ovación
Video: Red Global
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San AgustÃn usó en 1996 una base muy similar a la del año anterior. El único jugador que actuó todos los minutos por el cuadro canario en los 30 partidos de aquella temporada fue el golero Carlos Silvestri.
Fran,
Entre las marcas que mencionas, CervecerÃa San Juan fue sponsor de La Loretana de Pucallpa.
Antonio Serrano, efectivamente, debutó aquel año en Primera con camiseta de San AgustÃn. Para consolidar la información, estos fueron los jugadores que actuaron al menos un minuto por San AgustÃn en aquel año:
Arquero: Carlos Silvestri
Defensas: Joel Chicoma, Dante Chumpitaz, Rubén DÃaz, Manuel Ganoza, Paulo Leite (brasileño), Guillermo Salas, Omar Salas, Marco Okuma, John Pacheco y Juan Carlos Sandi
Volantes: Antonio del Pozo, Carlos Flores, Giorgio Ferrari, Rafael Gallardo, Carlos Ibarra, Luis Armando Mendoza, Salomón Paredes, Luis Salguero y Pavel Villavicencio
Delanteros: Paulo Hurtado, AnÃbal Muggione (argentino), Óscar Nalvarte, Ricardo QuÃmper, Roberto Salazar, Antonio Serrano, Franco Silvestri y Ernesto Zapata
saludos
Sin embargo, lo alcancé en el Club CompañÃa Peruana de Teléfonos, donde fue mi "coach"; luego, tuve la suerte de jugar a su lado por el año 72, donde fuimos campeones en la Liga de Lima, y que fue el inicio de la otrora gran campaña que realizó nuestro querido equipo en la Liga Mayor.
Emilio, falleció el 23 de febrero pasado, tuvo una partida muy rápida, lamentable para sus familiares y nosotros que lo quisimos como un hermano; hasta pronto "Tigre", nos veremos en las famosas reuniones de los "TIOS DE MIERDOLES".
SOLAMENTE DEFENSOR LIMA Y UNION SUPE PARTICIPARON EN SUS RESPECTIVAS LIGAS ILISON