Sin Páez ni cabeza
Si algún día hay que hablar del desarrollo del fútbol venezolano, será imprescindible mencionar a Richard Páez. Entrenador que logró dar pasos lentos y seguros en pro del avance del fútbol llanero. Pero como siempre, en el fútbol la lógica no pinta. Prensa e hinchas pedían su cabeza, a pesar del auspicioso futuro inmediato. Páez pateó el tablero y se fue de la 'Vinotinto'.
Hace algunos años, mientras todos en Sudamérica hablaban del buen trabajo que realizaba el recordado ‘Pato’ José Omar Pastoriza al frente de la selección venezolana de fútbol, eran muy pocos los que sabían de la existencia del director técnico de las divisiones menores de la ‘Vinotinto’.
De la mano de Pastoriza, el mote de "patito feo" que se adjudicaba a la selección venezolana de fútbol iba poco a poco desapareciendo. En el año 2001, la dirigencia llanera optó por darle la oportunidad de continuar el trabajo iniciado por Pastoriza a un entonces ignoto director técnico de las categorías menores; la responsabilidad de continuar el proceso iniciado años atrás.
Richard Alfred Mayela Páez Monzón (Mérida, 31 de diciembre de 1952) es, aparte de director técnico, médico especialista en traumatología y ortopedia. Fue jugador de fútbol por 16 años, e inició su carrera como futbolista en el Estudiantes de Mérida en 1972. Jugaba como volante creativo, y al terminar su carrera de futbolista profesional, en 1988, siguió estudios para entrenador de fútbol.
Sabedor de las limitaciones de su selección, el haber trabajado con la mayoría de los jugadores del equipo desde las divisiones inferiores, le brindó a Páez una ventaja comparativa para realizar un trabajo ad hoc con la realidad de "cenicienta" que cargaba de procesos anteriores. Páez siguió el manual del trabajo silencioso y eficiente, sin mayores sobresaltos alrededor y, en caso se presentara alguno, se acostumbró a cortarlo de raíz con disciplina a rajatabla.
El nuevo proceso para la ‘Vinotinto’ de la mano de Páez pasó seis meses sin saber de triunfos. El primer encuentro lo perdió jugando contra Argentina en el Monumental de River Plate, por las Eliminatorias a Corea-Japón 2002, con un contundente 5-0. Nadie, y mucho menos el entrenador, se amilanó y el comando técnico continuó trabajando sin problemas, como corresponde a una apuesta de largo plazo. Entonces Venezuela realizó un partido amistoso contra Costa Rica y empató a dos goles por bando.
Luego continuaron las derrotas y
empates. En agosto de 2001, por Eliminatorias, se produce el
primer triunfo de la era Páez. La víctima fue Uruguay. Un triunfo en Maracaibo por 2-0 fue el aliciente
que necesitaba el doctor Páez para desarrollar su trabajo con mayor confianza alrededor. Luego vinieron tres triunfos seguidos
más en la competencia eliminatoria, en la que Venezuela pudo alejarse del último lugar, al que relegó a Chile.
Como ínterin hubo Copa América en Colombia. Y si bien el equipo venezolano perdió sus tres encuentros, se empezaban a esbozar los cimientos del trabajo de Páez. Hubo equipos que ganaron un partido o clasificaron a siguientes rondas que no dejaron esa sensación de equipo en proceso que sí logró Venezuela. Ña propuesta realista que le dio al fútbol venezolano poco a poco los resultados esperados.
Pero mientras habían motivos para felicitar el trabajo del director técnico, empezaron a oírse voces sobre su manera de convocar. Sobre todo cuando llamaba a su hijo Ricardo David Páez como parte del seleccionado.
El hijo del técnico no deslumbraba en el cuadro titular y eso era motivo de cuestionamientos constantes de algún sector de la prensa. Además, Richard Páez, por diferencias con su estilo de trabajo, tachó de su lista de convocados a jugadores imprescindibles para otros procesos, como Gabriel Urdaneta o Héctor 'El Turbo' González. Y como era esperable, eso despertó más cuestionamientos para el estratega ‘llanero’.
En los sucesivos compromisos oficiales de la 'Vinotinto', con los buenos resultados palpables por toda Sudamérica durante los últimos años, el DT mantuvo el mismo patrón de juego para su equipo. No dependía de la figura estelar venezolana, Juan Arango, sino que había fortalecido el trabajo de conjunto, generoso en la marca, ordenado en defensa y conocedor hasta el tuétano de sus limitaciones.
Sin embargo, los hinchas y periodistas venezolanos no quisieron esperar más el ansiado despegue definitivo. Ni siquiera el haber logrado insertar a la 'Vinotinto' en un más que decoroso puesto 48 de la clasificación de la FIFA sirvió para que lo dejaran trabajar. El último encuentro de las Eliminatorias, disputado el último 20 de noviembre contra Bolivia, marcó el punto de quiebre. Ni siquiera la increíble remontada que derivó en el 5-3 final sirvió para acallar las críticas de todos los ángulos que recibían Páez y su manera de trabajar, incluidos los cánticos que el estadio de San Cristóbal entero bramó diciéndole al técnico "saca a tu hijo" (Video: You Tube / Usuario: 15evad). Por ello, seis días después, el 26 de noviembre, Richard Páez presentó su renuncia con este sucinto comunicado:
"Deseo manifestar con profundo dolor, pero con firmeza irrevocable e impostergable, la decisión de dar un paso al costado en mi cargo de seleccionador nacional de fútbol de Venezuela (...) Como no voy a cambiar mi estilo de trabajar en la selección nacional que tantos resultados tangibles y positivos nos ha dado, no quiero ser obstáculo ni la piedra en el camino que pueda bloquear la misión que nos hemos trazado, como es la clasificación al Mundial".
Luego de esto, los candidatos a ponerse el buzo venezolano no están perfilados. Los mismos medios que originaron su salida, ahora lanzan candidatos tan diferentes como bizarros. Nombres de todo calibre: desde Diego Armando Maradona hasta Velibor 'Bora' Milutinovic han sido mencionados durante las últimas semanas, pasando por el inefable Miguel Company, quien se autosugirió como un posible candidato al recordar su afinidad ideológica con el régimen político que gobierna Venezuela. No obstante, las mayores opciones han estado del lado de un técnico llanero: Noel Sanvicente, entrenador del Caracas FC, aunque el último jueves 13 se informó que las negociaciones entre este y la Federación Venezolana de Fútbol encabezada por Rafael Esquivel no habían llegado a buen término.
Queda la duda sobre si fueron justificadas o no las críticas encarnizadas hacia Páez y su proceso. En frío, el entrenador renuncia deja a su equipo en un puesto más que expectante de cara a lo que falta para las Eliminatorias (en quinto lugar, jugadas las cuatro primeras fechas). También deja al equipo con un sistema de juego más que claro. Y sobre todo, ante los rivales, una imagen que ya no permite considerar la visita a la tierra de las telenovelas como tres puntos seguros para seguir sumando.
Sin embargo, como suele suceder en esta parte del continente, lo que se vislumbra desde el exterior no coincide con la visión doméstica. Parecería que el pueblo futbolero venezolano está obnubilado con su presente y creyera que su equipo ya es una potencia mundial y no un equipo en el camino correcto de evolución. Y como siempre, eso corta la pita por el lado más débil.
escrito por conciencia vinotinto , April 04, 2008