Mascherano fue el líder de Argentina, pero Bauza le dio la cinta a Messi. Mientras el primero fue el eje de la victoria, el segundo inventó el gol de la misma. Con ambos como figuras, Argentina derrotó 1-0 a un limitado Uruguay en Mendoza.
Jair Villanueva | @Jair_Villanueva
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El estadio Malvinas Argentinas esperó con expectativa el estreno de Edgardo Bauza al mando de Argentina. Además de la presencia de Lionel Messi, el capitán del barco que advirtió abandonarlo luego de la fatídica final ante Chile en la Copa América Centenario 2016.

Pero más que un capitán para liderarlo, Argentina tuvo un Jefe frente a Uruguay. Uno que puso orden y criterio a su salida. Que procuró la tranquilidad y el ascenso de Ángel di María, Lionel Messi, Lucas Biglia y Paulo Dybala. Ese líder fue el defensor central en Barcelona y ascendido a comandante en jefe de su selección, Javier Mascherano.

Alrededor de él, el ‘Patón’ enlazó los dos bloques de Argentina que tanto se polarizan por su jerarquía: el defensivo y el ofensivo. Fue el detalle que unió a Nicolás Otamendi con Lucas Biglia, tan distintos como la sal y el azúcar. Así dominó el equipo albiceleste a una selección uruguaya que mostró poco. No tuvo recursos para neutralizar a su rival. Ató nudos como siempre entre sus centrales y volantes interiores. Aplicó el doble lateral y se mantuvo atento. Es decir, hizo lo mínimo para resistir y no lo necesario para neutralizar.

La Uruguay de Oscar Tabárez, por su parte muestra nada extraordinario ni nuevo desde Sudáfrica 2010. Solo un estilo más cuidadoso, además de haber mutado del 4-3-3 al 4-línea-2 como eje de su formación. Ello debido a la ausencia de un atacante de jerarquía como Diego Forlán para acompañar a Luis Suárez y Edinson Cavani.

Con ese esquema y siete jugadores titulares que participaron en el Mundial africano, la celeste enfrentó con un rendimiento flojo al último subcampeón del mundo y de dos Copas América. Uruguay fue solo regular en defensa con el 1-0 abajo y pésimo en ataque cuando su rival le cedió espacio. Resultó predecible e impreciso, además, en sus decisiones para filtrar balones entre Mascherano y Biglia.

En Mendoza el Clásico del Río de La Plata fue el de la ambición argentina y la mezquindad uruguaya. Un duelo impulsado por el ímpetu de Paulo Dybala -mal expulsado al final del primer tiempo-, la determinación -para bien o para mal- de Lionel Messi  y la jerarquía de Javier Mascherano. Un capitán sin cinta desde el proceso de Alejandro Sabella, cuando fue cedida a Lionel Messi por argumentos que explica bien Ezequiel Scher en un reciente artículo publicado en la página web Goal.com.

Antes que Messi, el capitán del barco argentino fue Mascherano. Un jefe que guió a Argentina con un ejemplo menos espectacular que el del '10'. Pero con una presencia abrumadora, una característica más cercana para el común denominador del plantel argentino. Por eso, ante Uruguay se vio a un equipo seguro de sí mismo como su Jefe. Porque si los conejos de la galera los saca Messi -como en la jugada de gol-, de mantener la galera se encarga Mascherano.

Los Goles

Foto: AFP


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La ficha del Argentina 1 - Uruguay 0

 

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