El ingreso de Silva por Tapia: Silva contra la corriente
A Perú no le servía la derrota ante Chile. Por ello, el ingreso de Luiz Humberto da Silva por Renato Tapia no fue un riesgo, sino una decisión de acuerdo con la necesidad que tuvo la blanquirroja. Un cambio, además, argumentado por lo que ocurrió en Santiago en el segundo tiempo.
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Jair Villanueva | @Jair_Villanueva Editor |
Se cumplen cuatro años del último punto que sacó Perú de visita en Eliminatorias. El 12 de octubre del 2012, con un increíble gol de Juan Carlos Mariño y otro de muy buena factura vía Alejandro Chumacero, el entonces equipo dirigido por Sergio Markarián empató 1-1 en La Paz. Aquella tarde, la blanquirroja salió convencida, como pocas -quizás la única- veces desde su última victoria como visitante: en Montevideo en 2004, con goles de Nolberto Solano, Claudio Pizarro y Jefferson Farfán. Esta necesidad de sacar una victoria en tierra paceña, sin embargo, no bastó pues se fallaron ocasiones claras, por poca fortuna -el derechazo de Juan Cominges al palo- o falta de jerarquía en definición -el pase, y no remate, de Joel Sánchez en el segundo tiempo-.
El duelo en La Paz (2012) y el de Montevideo (2004) representan los dos últimos partidos en que la selección peruana sacó puntos de visita. Dos partidos en que se salió con la convicción de ser más que Bolivia en lo colectivo, y tener individualidades que puedan resolver ante Uruguay. Ante Chile, por ende, la selección debió tener esa convicción; aunque no la tuvo desde un primer tiempo por sus deficiencias y el rival -contexto-, sí hubo una reacción de acuerdo a ello desde el banco de suplentes. La búsqueda fue la victoria y las formas correctas.
La caída del Rey
Cuando llegó el gol de Edison Flores, el juego presentaba un contexto particular: Perú había crecido en su posesión y Chile, perdido prolijidad para tenerla. El factor trascendente para que ello ocurra fue la poca movilidad de Arturo Vidal, golpeado o afiebrado, no lo sabemos. Allí el equipo de Juan Antonio Pizzi perdió una opción de pase para cada línea y bloque formado. Vidal, como en Bayern, es un todoterreno y su eficiencia no solo se basa en configurar una línea más de construcción, sino en poder profundizar o cambiar el ritmo desde cualquier parte del campo.
Con Vidal casi estático, Perú pudo soltarse más con Renato Tapia, desde primera línea, y Christian Cueva, de derecha hacia adentro. Edison Flores hizo lo mismo y los laterales pasaron con mayor frecuencia. El segundo tiempo fue, en suma, la caída del 'Rey Arturo' y el aprovechamiento rápido de un Perú con Raúl Ruidíaz en campo. Ello generó, además, que Guerrero entrara en juego desde el tercer cuarto de cancha, despejara a rivales fijándolos o en el uno contra uno, y liberara a Flores y Cueva.
El levantamiento de 'Beto'
El contexto estuvo dado para tomar decisiones que no necesariamente representaron riesgos: por la casi ausencia de Vidal en labor defensiva y el tiempo -último cuarto de hora- que presionó a la selección peruana. Entonces, ¿qué riesgo hay cuando se puede perder más de lo que se puede ganar? Si se observa la tabla: ninguno. Tampoco lo hubo puestas las opciones peruanas en el contexto del partido. El gol de Edison Flores, luego de un movimiento regular de la selección peruana -los extremos terminan por dentro como dobles enlaces-, finalmente, igualó el marcador. La reacción inmediata del mismo 'Oreja' y el resto del equipo no fue celebrar el gol, sino correr hacia su propio campo para que el juego se reanude lo antes posible. Un mensaje claro: solo le sirve la victoria y la confianza es plena para conseguirla.
Si un equipo siente que tiene una tarea muy difícil o no encuentra caminos para lograrla, lo lógico es que deshogue su frustración o se muestre sorprendido al conseguirla. No ocurrió ello en el gol de Flores. Los rostros adustos de varios seleccionados demostraron que la convicción de la blanquirroja era alta en busca de terminar por voltear el marcador. Sí: en Santiago, donde nunca se ganó en Eliminatorias. Desde el banco de suplentes el mensaje fue el mismo: 'Beto' Da Silva ingresó para darle un corte más agresivo a la volante por Renato Tapia.
Con el ingreso de 'Beto', Edison Flores se ubicó al lado de Pedro Aquino, pero no en la función de Renato Tapia, sino en la de Yoshimar Yotún. Perú, entonces, quiso evocar su mejor juego de local en ataque, cuando el zurdo de Mälmo -ausente por suspensión- se dedicó a romper líneas y tomar la zona central. Flores debió cumplir ese rol y Da Silva sostener la amplitud que el 'Oreja' proporcionó en Lima. Por ende, no era una novedad la distribución que adoptó Perú que, además, tuvo a Cueva en la misma función (extremo con finalizaciones interiores) cuando Raúl Ruidíaz y Paolo Guerrero se juntan en ataque.
Precisamente el hecho de sostener a Ruidíaz y Guerrero y que ninguno vigilara o hiciera sombra a Marcelo Díaz -el ancla de Chile-, antes que el ingreso de Da Silva por Flores, representó la oportunidad para que Vidal resurgiera. Pedro Aquino y 'Oreja' se movían bien como interiores; pero el jugador de Cristal se vio obligado a presionar la posición de Díaz, pues Ruidíaz quedó lejos de la marca del '21' rojo. Los pasos adelante que dio Aquino y la rotación veloz chilena hacia la banda de Jean Beausjeour culminaron en un pase fuerte y al pie de Arturo Vidal. Este, ubicado como enganche, solo tuvo que controlar, girar y rematar con la facilidad que su depurada técnica le faculta; con la contundencia que solo un jugador de su jerarquía tiene, así sea con fiebre o lesionado. Factor que pesó más sobre un equipo al que le sobra hambre de victoria, pero no contundencia.
Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com
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