Primer clásico en el Monumental: Apertura definitiva

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Roberto Gando | @Roberto_Gando Editor |
Complicado desde su misma inauguración (el 2 de julio de 2000 con triunfo de la ‘U’ por 2-0 sobre Cristal), el estadio Monumental tuvo que esperar otras dos temporadas para que en su cancha se dispute el duelo más esperado de todos: el clásico ante Alianza Lima.
Desde el primer día la violencia confabuló siempre en contra del coloso de Ate, que ya una vez había visto cómo se cancelaba la pretensión de Universitario de ser local contra su mayor rival, pues así intentó hacerlo en la fecha 4 del Torneo Apertura de 2002, aunque al final no recibió la autorización para su uso y debió cambiar la sede al Nacional. Sin embargo, ese mismo año la ‘U’ tuvo otra oportunidad al forzar dos partidos para definir al campeón del primer semestre.
Las postales
Cuando se jugó el primero de los dos choques extra, solo habían pasado tres días desde que se disputó la última jornada del Apertura. Por entonces, el ambiente en el fútbol peruano se debatía entre las acusaciones contra Alianza, pues los íntimos se negaron a pasar el control antidoping ordenado por la FPF para su encuentro con Alianza Atlético en la fecha 22.
Pese a que en tienda crema se barajó con la posibilidad de no presentarse al compromiso mientras no se resolviera la situación blanquiazul, al final el partido se llevó a cabo ante 25,226 espectadores, una cifra mucho menor de la que se esperaba -según se especuló- por la incertidumbre generada en las horas previas por el mismo cuadro local.
En Universitario no hubo mayor novedad respecto al once titular que solía alinear el argentino Ángel Cappa, destacando solo la ausencia de Mario ‘Machito’ Gómez por enfermedad; para Franco Navarro, en cambio, surgió la necesidad de recurrir a dos jugadores novatos en Alianza como Wilmer Aguirre y Jefferson Farfán para cubrir el ataque, pues Roberto Farfán y Roberto Holsen -los usuales titulares- quedaron descartados por suspensión y lesión, respectivamente.
Tras sonar el pitazo inicial del juez Martín Cabrera, la ‘U’ contó con las mejores opciones en ataque del primer tiempo, destacando la presencia del ‘Nuno’ Roberto Molina para armar situaciones, aunque en esa etapa también se hizo notar la mala puntería de Martín Vilallonga al definir. Así, la mejor ocasión resultó siendo del once de La Victoria, que con un cabezazo de Ernesto Arakaki remeció el travesaño del arco defendido por Oscar Ibáñez.
El gol recién se hizo presente en el complemento y llegó justo por medio de Vilallonga, quien con un golpe de cabeza a los 57’ se sacó de encima los yerros de antes tras ganar en el salto a José Soto para vencer al golero Gustavo Roverano. Cinco minutos después él mismo tuvo la opción de ampliar la cuenta mediante un penal tras falta de Marco Ciurlizza sobre Paolo Maldonado, pero su disparo lo mandó al horizontal.
En adelante el juego se trasladó sobre campo crema, volviendo en figura a Ibáñez con cada intervención suya para alejar el peligro ante remates de la ‘Foquita’ Farfán y Henry Quinteros. Con el 1-0 instalado, el choque llegó a su fin, aunque no así la historia de aquel clásico, pues la violencia de su estreno se volvió a repetir en las calles colindantes al recinto merengue.
El saldo de los hechos llevó a que la vuelta planeada para jugar el 30 de junio se suspendiera un día antes por falta de garantías, retrasando la definición hasta el 7 de julio, aunque ya no en Matute, sino en el Mansiche de Trujillo; mientras que para el Monumental el castigo se extendió durante otros seis años, pues no fue sino hasta 2008 que Alianza Lima se volvió a presentar en Ate.
Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com
Recortes: diario El Bocón
