Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.comRusia derrotó 3-1 a Egipto y prácticamente clasificó a los octavos de final. Una actuación memorable del elenco rojo que dejó a los faraones con las manos vacías.

    Jorge Frisancho | @wolfs_venom15
    Redactor

Enviado especial a San Petersburgo

En la hora previa, los rusos que viven en San Petersburgo solo se emocionaban al ver a egipcios, marroquíes y peruanos, entre otros, tomar las calles de la ciudad para elevar vítores a sus respectivos países e invocar a sus principales figuras con el corazón. Fotos, vídeos y saludos efusivos se confundían entre sonrisas y abrazos en un pueblo que empieza a conocer cómo se vive el fútbol en otras partes del mundo. De esta manera, la opulenta ciudad de los zares se vistió de gala para la segunda actuación memorable de Rusia, selección que logró ser la primera en quedar por méritos propios a puertas de los octavos de final.

El equipo dirigido por Stanislav Cherchesov fue el amplio dominador del cotejo y logró la ventaja precisa en el momento justo. Si bien en los amistosos previos Rusia parecía no encontrar los automatismos necesarios para fortalecer su juego, durante el mundial se ha presentado como un equipo muy rápido que aprovecha las desinteligencias del rival para realizar transiciones efectivas que le permiten penetrar hasta a las más férreas defensas, como la egipcia.

En el primer tiempo, Rusia contó con varias opciones de gol que fueron conjuradas por la aplicada zaga egipcia y por el golero Mohamed El Shenawi. Por su parte, Mohamed Salah apenas apareció en un par de jugadas que se perdieron en la intrascendencia. Aun así, los faraones lograron mantener el empate a cero al término de los primeros 45'.

 

En el complemento el infortunio egipcio fue el mayor aliado local: a los 47', un remate defectuoso fue desviado por Ahmed Fathy, lo cual descolocó al meta El Shenawi y provocó el primer tanto local. Posteriormente, 3 minutos bastaron para que Rusia sentenciara las acciones, pues a los 59' Manuel Fernandes dejó un balón servido para que Denis Cheryshev marcara el segundo tanto, y a los 62', Artem Dzyuba anotó el tercero tras una jugada individual vistosa. Luego de ello, Egipto llegó al área rival como pudo y a los 73' Mohamed Salah logró el descuento a través de una pena máxima que fue sancionada luego de revisar la jugada a través del VAR.

Tras el silbatazo final, la alegría local desbordó en el Krestovski de San Petersburgo y en las calles de la ciudad por el logro -quizás impensado a priori- conseguido por el elenco local. Los rusos tomaron las principales avenidas para elevar cánticos y brindar con una efusiva y extraña algarabía el logro más importante de su reciente historia, ya lejos de aquella URSS que se fue desintegrando de a pocos.

Hasta los más escépticos seguidores de su selección se pusieron la camiseta roja y se olvidaron por un momento de las críticas a su equipo para poder festejar de manera justa y desenfrenada una victoria que, prácticamente, los envía directo a los octavos de final. Este cotejo fue una evidencia más de que los amistosos son solo bancos de prueba, y que de ninguna manera pueden determinar el futuro de un seleccionado en una justa mundialista. Depende sólo de los dirigidos por Cherchesov llegar lo más lejos posible en un torneo que prepararon con mucho ahínco y esmero, mientras que, para Egipto, este campeonato sirvió para adquirir experiencia y llegar más fortalecidos a futuras participaciones mundialistas.

 

Quedará en cada lector hacer el ejercicio mental de imaginar qué habría pasado si Salah jugaba contra Uruguay o si Fathy no anotaba ese autogol de manera tan inverosímil. Mientras tanto, únase a algún amigo ruso y brinde con un vodka, que el martes 19 de junio será un día inolvidable en el país de los zares.

After Party

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El Resumen

  

Los Goles

Fotos: FIFA


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La ficha del Rusia 3 - Egipto 1

 

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