Minuto 38: Chalaca desde atrás
El último gol anotado de chalaca en un Mundial lleva la firma de un brasileño, pero no de algún goleador o jugador de fino toque. Lo hizo más bien un hombre de destrucción: Edmilson, ante Costa Rica en 2002.
Durante años se le ha negado esa posibilidad. Como volante de contención ha quedado prisionero de la última línea, jugando muchas veces sin pelota. A veces, como un albur del destino, la ha tenido entre sus pies y ahí mismo se ha visto obligado a dar un pase o rechazar. Ese ha sido su karma, el trabajo que le ha tocado desarrollar sin opción a reclamos. Edmilson sabe que el gol es un privilegio reservado para astros como Ronaldo, Rivaldo o Ronaldinho; una negación casi imperativa en un seleccionado como el de Brasil, cotidiano huésped en las finales de las Copas del Mundo.
A los 26 años aprendió el libreto de memoria y hoy, con la clasificación en el bolsillo, piensa por primera vez que quizá, al menos una vez en la vida, convenga salirse un poco de la rutina. Es el 13 de junio de 2002 y el escenario es el Estadio Mundialista de Suwon, en Corea del Sur. Brasil enfrenta a Costa Rica en el último partido del Grupo C. Al equipo centroamericano le basta un empate para asegurarse el pase a octavos, pero su tarea se pone a pies de plomo apenas a los 10 minutos, cuando Luis Marín, ante el acoso de Ronaldo, introduce el balón en su propio arco, y solo 3’ luego el propio ‘Fenómeno’, de rebote, pone el 2-0.
Los ticos apuestan por al juego ofensivo.Scolari lo sabe y Edmilson tiene que volver a su lugar. El descuento parece casi inminente. Brasil, dominado por momentos, olfatea una jugada desdeel mediocampo. Edmilson es el artífice, ha visto un espacio entre la zaga. Cede el balón para Rivaldo y éste, en maniobra eficaz, toca para Júnior que busca la cabeza de Ronaldo en un centro mordido. Mientras corre, siente de a pocos la necesidad de resolver una jugada. El balón vuela por las cabezas de tres defensores y Edmilson la ve caer lentamente hacia su botín izquierdo. Pocas veces ha tenido la oportunidad de rematar y sabe que esta chance es única. La quiere resolver de lujo, echando el cuerpo hacia atrás, recostándose en el aire.
Solo cuando el balón infla las redes, cae en la cuenta de que acaba de anotar mediante una chalaca. Acostumbrado siempre a celebrar a distancia, es ahora él a quien abrazan en conjunto, quizá presagiando que este será, hasta el día de hoy, el último gol anotado en los mundiales mediante la jugada que en esta página web reivindicamos como la más hermosa del fútbol.
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El otro minuto 38: el gol de Joe Gaetjens (Estados Unidos) a Inglaterra en 1950
Foto: globoesporte.globo.com; Video: Youtube / Usuario: SiteBelosGols
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