Santo Medardo
Bajo, regordete, con gorrita y short infaltables, Medardo Arce dio el gran salto a las portadas de los diarios deportivos en los primeros meses de 2001, cuando el, por entonces, modestísimo Juan Aurich de Chiclayo alcanzó el liderato del Apertura. Su popularidad creció y Arce no desaprovechó las entrevistas para alardear sobre sus estudios y prácticas en el estado de Sao Paulo, que Aurich visitará esta noche para enfrentar a Santos.
Arce llegó a la cúspide de su fama cuando se le ocurrió ingresar a los records estadísticos del fútbol peruano, haciendo debutar en Primera División a un joven de apenas trece años de edad (Fernando ‘Pizarrito’ García). La burbuja ‘medardista’, sin embargo, fue disolviéndose con el correr de las fechas, conforme el ‘Ciclón’ perdía protagonismo; más pronto que tarde, Arce quedó como una de las tantas anécdotas que aderezan la historia de nuestro balompié.
Apareció Aparicio
Pocos saben que Arce gozó de una anterior oportunidad al mando de Juan Aurich: fue una breve y accidentada experiencia de menos de veinticuatro horas. Era fines de 1997 y el ‘Ciclón’ había clasificado a la Finalísima, aspirando al retorno a Primera División tras seis años de ausencia, lapso maquillado por la esperpéntica fusión Aurich/Cañaña (que sobrevivió entre 1994 y 1996). Esta vez, el verdadero Aurich enfrentaría, en el hexagonal final en Lima, a CNI, Deportivo UPAO de Trujillo, Cultural Hidro de La Oroya, Universitario de Puno y Los Chankas de Andahuaylas.
El ‘Ciclón’ debutaba el domingo 30 de noviembre ante un rival histórico: CNI. Un día antes, la delegación norteña partió de Chiclayo y llegó a Lima, donde concentraría en el estadio de Matute, cuyas instalaciones fueron generosamente prestadas por la dirigencia de Alianza Lima (eran otros tiempos, sin duda), pues los blanquiazules ya habían salido campeones y sus jugadores se encontraban de vacaciones.
Toda la campaña había sido dirigida por Luis Sanjinez, ex jugador aurichista de los años setenta; el técnico, según se especulaba, había tenido en días previos una discusión con el presidente de la institución, Bernardo Checa. Al llegar a La Victoria, Sanjinez se dio con una sorpresa: ya no era más el entrenador de Juan Aurich. Las prácticas de aquel sábado fueron dirigidas por el cubano Jesús Sotolongo, mientras la prensa anunciaba el nombre de su desconocido sucesor, quien iba a dirigir el choque contra CNI: Aparicio Medardo Arce Burga.
Serrucho contra serrucho
El nombre de Medardo Arce, efectivamente, era desconocido para el entorno futbolístico. Los periódicos resumían su currículum en haber sido asistente del ‘Tano’ Sabino Bártoli en Atlético Torino y en los tantas veces aludidos estudios en Brasil (omitían, no obstante, su paso en Primera con ADT de Tarma, al cual dirigió en el Regional Centro de 1986). La sorpresa no fue solo de Sanjinez, sino de todo su plantel y de los propios hinchas chiclayanos que habían viajado a la capital.
Al día siguiente, el domingo 30, Aurich arribó al estadio Nacional a la una y media de la tarde. En el camarín número 5, esperaba a la delegación Luis Sanjinez. Checa se acercó, conversaron un rato, hicieron las paces y, algunos minutos después, el plantel fue informado que Sanjinez retomaba sus funciones y volvía a ser el técnico. Armó la estrategia y ordenó el equipo: Aurich se dio un festín con CNI y lo goleó 7-0 con tantos de Daniel Valderrama, Johnny Mujica, Luis La Rosa, Alejandro Pósito, Adrián Torres, el arquero Iván Chávez (de penal) y Carlos ‘Bambi’ Guerrero. Tras la goleada, los jugadores corearon los nombres de Checa y Sanjinez en sus festejos; dos semanas después, Aurich se consagró campeón de la Copa Perú y volvió a Primera. ¿Y Medardo? Quedó inscrito como asistente y tuvo que esperar cuatro años para vivir los instantes más gloriosos de su carrera.
Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com
Recortes: diario La Industria de Chiclayo
escrito por KAZUKI ITO , March 22, 2012
escrito por rolando , March 22, 2012
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