Libertad - Universitario: Sentenciados con Libertad
El resultado, lo de siempre: Universitario debutó ante Libertad cayendo por un 2-1 que dejó una sensación agria al final. La inoperancia -o conformismo- crema se limitaría a aguardar la respuesta anímica de Solano, ingresado en el segundo tiempo. Libertad presionaría sobre el final y, a los cabezazos, sellaría su triunfo.
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Fue uno de esos partidos en los que perder no pasa por la cabeza de ningún técnico cuando ve al equipo rival parado de determinada manera. Libertad era de esos cuadros que parecen predestinados para ser atacados de contragolpe debido a su poca presión, escasos ataques, carencia de una individualidad sobresaliente y posesión de una defensa que hacía agua por ratos. Pero, en fin, Universitario desaprovechó el primer tiempo y dejó el complemento para tratar de empatarlo con el ingreso de Solano. La cabeza salvadora de 'Ñol' generó una pequeña sonrisa en el rostro de Reynoso; pero los minutos finales se desató un dolor de cabeza para el ex capitán de la selección.
Poco fútbol
Los dos equipos se paraban como tratando de esperar lo que empezaba a hacer el rival mientras pasaban los minutos. Universitario empezó con lo pensado: tratar de presionar arriba con un buen número de hombres y, eso sí, sacando la pelota fuera de su cancha precavidamente. En tanto, Libertad solo rotaba la pelota con un buen manejo de pelota, pero sin llegar a ser agresivo. La posesión de balón era del conjunto guaraní, pero pasaron largos y extensos minutos para que llegara la primera situación clara del partido para alguno de los dos conjuntos.
Empiezan los cabezazos
Cuando se pensaba que el horroroso primer tiempo estaba siendo sentenciado por el árbitro Beligoy, llegaría el primer golpe del cuadro gumarelo. Una pelota parada servida por el defensa Román terminaría desviándose en la cabeza de Manuel Maciel -no tuvo ni que saltar ante la mala ubicación de Galliquio-, el mejor jugador que tuvo Libertad, para así batir el arco de Fernández. Una vez más la defensa crema terminó por sucumbir mediante un simple acto de desconcentración.
La manija de Reynoso
Se esperaba ver a Solano al cien por ciento desde el arranque, pero Reynoso decidió sorprender con una de sus tácticas ultraconservadoras, de esas que caracterizaron al 'Bolo' de la Copa del año pasado. En la defensa, el 'Negro' Galván y Galliquio parecían dar talla, aunque el paso de los años afecta rendimientos. La volante fue lo más criticable: no hubo nadie que pisara la pelota y diera un pase en callejón para Perillo, que yacía como el único punta solitario -ya que Alva, cual es su costumbre, se recostó para atrás a fin de cumplir labores de marca-.
La Libertad de Torrente
En cambio, el cuadro dirigido por Torrente dispuso de la experiencia y la rapidez de Manuel Maciel en ataque. Ayudándose con 'Cachito' Ramírez y el 'Chino' Ximénez, generó los más peligrosos momentos de ataque que tuvo el cuadro gumarelo. Si a eso se suma la experiencia de una defensa con Sarabia como estandarte, se da por entendido el juego de Libertad y por qué acabó siendo más sólido.
Cuando no estás Solano
Con el marcador abajo, Reynoso decidió meter a Ñol y sacar a un desubicado Antonio Gonzales para así tratar de inundar el área guaraní con centros para Alva y Perillo. Esa era la idea, a pesar de que no resultara estrictamente como tal en lo que restó del partido. Pero estando en cancha, el 'Maestrito' se hizo notar y resultó visible el auge en la actitud crema. Cuando todos pensaban que aparecería efectuando un remate de pelota quieta, Solano dijo presente cabeceándola para así batir al guardameta Centurión aunque fuera de carambola. Se empezaba a sentir que el buen debut era posible.
Ilusión podrida
Pero, como se dijo al inicio, el cuadro crema apostó por el empate en los minutos finales, mientras que el Libertad, presionado por su gente, empezaba a hacer aflorar la garra guaraní que la encontraría en la banca. El profesor Torrente planeó llenar el arco de Fernández mediante el ingreso masivo de delanteros. Entraría Juan Samudio por un cansado Ximénez, pero en el minuto 84 se obtendría la recompensa de la mano de un defensa: una media palomita de Adalberto Román dejaría por sentenciado por qué los clubes peruanos son, sin tapujos, pésimos defendiendo en el juego aéreo. Y lo que pasó luego fue lo mismo de siempre.
Fotos: EFE
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galliquio esta impresentable con la pelota en los pies...toñito no tiene velocidad no tiene potencia no tiene toque no se q hace en la O jugando en primera division..ese paragua zamudio es una bala pura potencia y maciel tb...el biotipo es lo q marca el futbol actual hasta q no lo entendamos asi nos ira mal...jugadores con potencia fisica fuertes, no mas tocadores habilidosos..por dios!!
