Gustavo se dio un gustazo
En la altura, Vasallo dejó el perfil bajo.
El 17 de marzo de 1999, Gustavo Vasallo estaba sentado en la banca de Sporting Cristal cuando escuchó un llamado. Ya había pasado un año desde su debut en Primera División, ante Melgar, en aquel recordado 7-1 en el que también marcara su primer gol profesional. Después había alineado a cuentagotas, en minutos finales de partidos, más con el objetivo de matar el tiempo que a los arqueros. Y en la Copa su figura aún no aparecía. Hasta que escuchó esa voz. El entrenador Franco Navarro le dijo “entras”, reemplazó a Julinho y jugó unos cuantos minutos en aquel empate a dos ante Universitario. Eran sus primeros minutos de Copa Libertadores.
Pasaron muchas cosas: Un préstamo a Juan Aurich, una travesía de cuatro años por Europa, un alentador retorno en Sport Boys, un primer gol en Copa Libertadores (con Cristal, triunfo ante Bolívar en Lima, año 2006), una aventura intrascendente por Universitario. Pero a la vez pasaba poco. Vasallo no se convertía en protagonista excluyente, en el héroe de alguna jornada épica. Hasta hoy, que escuchó la misma voz.
Una voz que esta vez lo felicitaba. El destino operó para que la tarde más importante de su carrera la disfrutara bajo la guía del hombre que le otorgó el debut copero, cuando ambos, Navarro y Vasallo, eran casi neonatos en sus respectivos oficios (entrenador y jugador). Hoy, ya más consolidados y lejos de la capital, quieren labrar un futuro que, esta vez, sí tenga perfil alto.
escrito por arturo , August 27, 2008