Foto: Pedro Monteverde / DeChalaca.comCristal cayó 0-3 frente a Sao Paulo en su debut de Libertadores. El vigente campeón del fútbol peruano fue desdibujado, preso de sus errores defensivos, por un conjunto de Hernán Crespo que, con mucho oficio de sus dos volantes centrales, facturó fácilmente ante los puntos débiles celestes.
    Eduardo Tirado | @EduardoTL
    Redactor

El sueño del debut copero se convirtió en una pesadilla. Caer goleado en casa es lo que menos se espera cuando la expectativa rebosa por ver la primera participación internacional del equipo que fue claro campeón del torneo peruano en la última temporada. Se supone que es el que pondrá la valla más alta, después de todo, pero la presentación del elenco celeste aterrizó en la realidad que todavía, como fútbol peruano, el sistema está lejos de competir de igual a igual con el resto del continente.

El arranque de Sporting Cristal ante São Paulo no fue malo, puesto que el 4-3-3 de Roberto Mosquera se mostraba sólido en el primer cuarto de hora. De hecho, sorprendía que en el inicio el cuadro cervecero tuviera cierto control del tránsito del balón en el medio. Para ello, Roberto Mosquera había colocado a Gerald Távara como volante ancla, mientras que Horacio Calcaterra y Christofer Gonzales se dividían el resto del trabajo del mediocampo. Sin embargo, la labor sacrificada del piurano requería un apoyo constante en la presión, además de una certeza en el juego corto que, si bien se plasmó en el comienzo, se fue diluyendo por parte del resto del equipo con el paso de los minutos.

Este desmejoramiento del juego estuvo concentrado en puntos álgidos. En ofensiva, fue sintomático lo de Washington Corozo, quien acostumbra mostrar un buen rendimiento a nivel local y esta vez estuvo mucho más errático que nunca. El extremo por izquierda de Cristal comenzó su declive cuando, en un intento de rechazo en defensa, envió el balón hacia la medialuna del área. Ahí mismo aguardaba Luan, quien no desaprovechó el regalo y enfundó un derechazo mordido por la marca de 'Canchita' Gonzales, pero que no fue suficiente para impedir el gol a los 17'.

Luan grita su tanto junto a Léo Pinheiro. El volante acabó siendo el mejor del campo en el Nacional. (Foto: AFP)

Todos se miraron sorprendidos dentro del campo en la oncena celeste: no solo por el error que acababan de cometer, sino porque apenas era el primer remate al arco con destino de gol por parte de los tricolores y estos ya habían facturado. En tanto, Corozo entró en un trance del cual no iba a salir más. Desde pifias en lanzamientos de tiros de esquina, pasando por imprecisiones para terminar las jugadas en ataque y hasta duelos que perdía constantemente con Dani Alves, quien fungía de lateral volante por derecha en el 3-4-1-2 de São Paulo. Justamente, al verse superado casi siempre por el ex Barcelona, dejaba que este encajara centros al área celeste, lo cual llegó a significar un peligro perenne. Como en aquella oportunidad en la que el ‘10’ pudo colocar un centro que terminó en un cabezazo de Luciano, lo que exigió una buena atajada de Alejandro Duarte y casi se convirtió en el segundo tanto visitante.

Conforme la dupla de volantes Luan - Martín Benítez se fue asentando mejor en la mitad, el cuadro paulista comenzó a hacerse protagonistas del juego. Y si el primer tiempo ya había culminado con mayor posesión y oportunidades de peligro de parte del equipo de Hernán Crespo, el complemento tuvo a un elenco tricolor más empeñado en ejercer esa presión sostenida en la salida de Cristal, estrategia que ya le había dado frutos en el primer gol. Bastaba que cada uno cubriera o anticipara a Calcaterra o Gonzales para que se demoliera el juego celeste y los locales se volvieran predecibles. De hecho, esto no fue para nada difícil, ya que la imprecisión fue lo que más caracterizó a ambos volantes cerveceros. En medio de esta inconsistencia, aparecía Távara como un revulsivo que, pese a jugar en una posesión más abocada a la marca, se sumaba al ataque como podía ante la inoperancia de sus socios. Como reflejo de ello, en una oportunidad surgió centellante con un zurdazo desde afuera que obligó a volar a Tiago Volpi por primera vez en el partido.

Mientras Corozo seguía desperdiciando jugadas de ataque y era neutralizado una y otra vez en su duelo contra su coterráneo Robert Arboleda, otro error en salida se asomó en Cristal. Esta vez fue Johan Madrid quien cedió un pase forzado a Gonzales, pero este fue anticipado por Benítez con facilidad. El natural de Misiones tuvo vía libre y se acercó hasta el área para pegarle un derechazo que chocó en el travesaño derecho e ingresó furibundo. Ni la esmerada barrida de Calcaterra pudo impedirlo, ya que también estaba mal ubicado y llegó tarde a la cobertura. El segundo gol parecía ser demasiado castigo para Cristal, pero en realidad eran pocos los méritos de los de Mosquera, quienes no corregían ni tampoco obtenían variantes desde el banquillo que los ayudara a reacomodarse. En cambio, Crespo sí había hecho ingresar tanto a William como a Éder minutos antes del segundo gol, y ello le había dado resultado.

Corozo y una noche fatal. Aquí rueda por el suelo delante de Tiago Volpi tras no poder definir. (Foto: Pedro Monteverde / DeChalaca.com) 

El mazazo recibido hirió en cierta forma el orgullo celeste, puesto que minutos después Calcaterra asistió extrañamente bien a Corozo y lo dejó mano a mano para que 'Manchita' descontara. No obstante, estaba claro que no era su noche, ya que el ecuatoriano resolvió suave y directo a las manos de Volpi, y así desperdició la jugada más clara que tendría Cristal en el duelo. Otra vez el ex técnico de Defensa y Justicia miró al banco y ensayó cambios ante la amenaza recibida por parte de los celestes. Fue así como reforzó la volante con Igor Gomes y Rodrigo Nestor para evitar que su línea de fondo fuera transgredida nuevamente, lo cual de hecho funcionó y no volvió a suceder más, dado que la recta final fue toda de la visita.

Por su parte, la respuesta de Mosquera fue hacer ingresar a Alejandro Hohberg; pero no por Corozo, que era lo esperable, sino por Távara, quien era de los mejor estaba rindiendo. Asimismo, retiró a Irven Ávila, otro de los más esforzados, para hacer ingresar a Jesús Pretell. De esta manera, el DT cervecero buscaba mantener el dibujo táctico, pero lo que no había cambiado eran aquellos picos bajos que necesitaba remover para darle otra inyección al equipo y corregir. En medio de ese reacomodo engañoso que intentaba hacer el cuadro celeste, llegó el gol que liquidó el encuentro. Nuevamente Madrid apareció en la foto, pues en una jugada confusa con Pretell se durmieron ambos en la marca al salir desde su lado del campo. Quien sí estaba muy despierto era Reinaldo, lateral volante por izquierda, quien se escapó velozmente por su sector ante la persecución en vano del ‘6’ celeste y sacó un centro rasante para que Éder entrara galopeando al área y atropellara el balón con zurda ante la sorpresa de Omar Merlo. Otro disparo en carambola, palo y adentro, y se decretó la goleada en el Nacional.

Los cambios, que quizá debieron ejecutarse más temprano, llegaron después del último gol, cuando la historia ya estaba liquidada. Mosquera envió a Christopher Olivares por un irreconocible Corozo y a Jhilmar Lora por un Madrid que no venía siendo habitual titular en la Liga1, pero que esta vez empezó, seguramente por el argumento de la experiencia. Nada más de interés pasó en la recta final, salvo la anecdótica expulsión del vehemente Léo Pinheiro por doble amarilla. Sao Paulo por fin dejó de presionar con intensidad y tan solo dejó correr los minutos ante un cuadro rimense que temía recibir el cuarto y ver extendida a menos su diferencia de goles, ya más con la mente puesta en el resto de los rivales a enfrentar en su grupo.

Ávila cabecea estérilmente ante Bruno Alves. El huanuqueño lo intentó por su lado, pero no fue suficiente. (Foto: Pedro Monteverde / DeChalaca.com) 

Hablando de diferencias, la jerarquía impuesta por São Paulo fue indiscutible. Y hay que decirlo, le bastó para vencer con tranquilidad y sin exigirse demasiado, sin desmerecer la poca resistencia que pudo oponer Cristal. Es fácil, por supuesto, cuando hay una distancia abismal entre individualidades y presupuesto que te permite tener a jugadores de la talla de Éder -exseleccionado italiano- o João Miranda en banca. Mientras, en la otra vereda, el plantel queda muy justo para competir a nivel local y hasta puede bastar para campeonar, pero internacionalmente sigue estando en debe, por lo que en este tipo de torneos quedan desnudadas todas las falencias habidas y por haber. Sobre todo, aquellos errores que se cometen por temor a no respetar el manual de juego, pero que, ante un rival con fuste y de una exigencia superior, significan equivocaciones mortales que cuestan partidos.

Fue así, finalmente, como São Paulo tomó el volante en el Nacional y, con sus dos centrocampistas como abanderados, condujo su camino hacia el triunfo. Cristal, por supuesto, colaboró con sus yerros y allanó el camino al empecinarse con un guion que terminó traicionándolo y convirtiéndose en su principal enemigo, después de todo.

Los Goles

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Las Fotos

Fotos: Prensa Conmebol; Pedro Monteverde / DeChalaca.com


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La ficha del Cristal 0 - Sao Paulo 3

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