Minuto 77: Tongazo y Tognolazo

BUENOS AIRES, ARGENTINA, 12 DE JULIO DE 1916. La primera Copa América tiene como potencial gran amenaza para un título de los locales a los bravos uruguayos, que al igual que Argentina han goleado a Chile en su primera presentación. Sin embargo, los albicelestes han igualado con Brasil, un equipo aún relativamente débil para la época y que viste camiseta blanca. Por eso, el estadio de Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires, ubicado en los bosques de Palermo, rebosa con 12 mil espectadores que auguran que el 'Scratch' le pueda arrebatar un punto o algo más a los charrúas, y por eso los alientan de principio a fin.
La ilusión es importante cuando Arthur Friedenreich, aquel espigado delantero que se robaba las leyendas de su país antes de la existencia de Pelé, pone en ventaja a Brasil. Pero ocurre algo en el entretiempo: el zaguero Orlando Pereira denuncia estar sentido, y aunque los cambios a priori no están autorizados en el fútbol, sí es convencional que si los capitanes se ponen de acuerdo se permita ejecutarlos. Pero Jorge Germán Pacheco, líder de los charrúas, se niega a aceptar la sustitución, y por eso Brasil comienza el complemento con un jugador menos. En esas condiciones, Uruguay empata con un gol de Isabelino Gradín en el que la prensa brasileña reporta pospartido que el moreno uruguayo bajó el balón con la mano, de modo ilegal, sin que el árbitro chileno Carlos Fanta -también entrenador de su selección- lo sancionara. Y a los 77, se consumó el escándalo: José Tognola, delantero del Reformers de su país, recibe en aparente offside y remata a fusilar al golero Casemiro, quien despeja al medio; pero la zaga tenía un hueco, y nadie lo había cubierto. Llega entonces otra vez Tognola, quien con suave tiro define y decreta el 2-1 con que Uruguay voltea el partido.
Sin duda, que la mayoría de los testimonios periodísticos de aquella voltereta uruguaya sean brasileños imprime un sesgo al relato de lo que ocurrió en el primer choque entre dos de los más grandes equipos del continente en una Copa América. Pero queda claro, en cualquier caso, que aquel desde el inicio fue un partido caliente, lleno de rivalidades y acusaciones mutuas. Y que a Uruguay le permitió a la postre, con ese gol de Tognola -quien solo jugó 4 partidos por su selección y nunca volvió a anotar con ella-, saborear su primer título, pues en el partido definitivo empató sin goles con Argentina y celebró en la casa de su rival como primer campeón del torneo hace casi ya un siglo.
Foto: Conmebol
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