Minuto 57: Máximo sacrificio
COCHABAMBA, BOLIVIA, 31 DE MARZO DE 1963. El fútbol boliviano asiste en el estadio Félix Capriles, representado por 25 mil personas en tribunas y once en la cancha, a la cita más importante de su historia. Le toca definir el Sudamericano que ha organizado ante Brasil, bicampeón mundial vigente, que si bien no cuenta con los mismos jugadores que le granjearon aquellas vueltas olímpicas, sí es dirigido por Aymoré Moreira, el DT que alzó la Jules Rimet en Chile. Debe ganar para depender de sí mismo, pues Paraguay puede alcanzarlo y juega en paralelo ante Argentina en La Paz. Y los equipos se juegan ese último partido del heptagonal como una auténtica final: Flávio adelanta a Brasil, empata Ugarte para Bolivia, vuelve a marcar Flávio, iguala de vuelta Camacho. Al volver de vestuarios Ausberto García pone el tercero para el local de tiro libre, y llega la hora de establecer auténticas diferencias.
El reloj marca los 57 minutos: momento de jugárselo todo. Un servicio encuentra en el área brasileña a Máximo Alcócer, extremo conocido como 'Tutula'. Era un eximio cabeceador, pero esa vez el esférico le queda justo para el remate. El ariete mira al portero Silas, lo mide y la cruza: remate al ángulo. Gol boliviano, el cuarto de la tarde. El único de los cinco que ese día marca Bolivia del que, infortunadamente, no queda registro fílmico disponible, pero que le significó a Alcócer acabar aquel Sudamericano como el goleador del campeón.
Y si bien la escena más repetida que se puede encontrar de aquella histórica jornada es el disparo de Víctor Agustín Ugarte desde el punto de penal para sellar el quinto tanto altiplánico, tampoco quedan imágenes de lo que ocurrió antes de eso: la cruenta patada del zaguero Procópio sobre Alcócer que le provocó doble ruptura de tibia y peroné. Fue un auténtico sacrificio: el penal le valió a Bolivia asegurar la victoria, pero se llevó consigo la carrera de 'Tutula', quien salió reemplazado de inmediato por Renán López y luego nunca pudo recuperarse de las secuelas de la falta, por lo que acabó retirándose poco después del fútbol. Quizá su afición nunca terminó de dimensionar del todo tal gesto de entrega, y tras trabajar en el Lloyd Aéreo Boliviano, Alcócer terminó viviendo las últimas décadas de su vida retirado en Carolina del Norte, en Estados Unidos, donde falleció en mayo de 2014. Pero siempre guardó en su corazón a su patria Bolivia, que gritó viva a partir de su dolor.
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