Minuto 53: Eternamente serás Amado
MEDELLÍN, COLOMBIA, 16 DE JULIO DE 2001. Partido de minnows o comparsas en el Atanasio Girardot. Una Copa América deslucida por la ausencia a última hora de Argentina y con equipos carentes de sus principales figuras tenía como invitado que se metió por la ventana a Honduras, que hace frente a Bolivia. Y el cuadro catracho la pasa mal: aunque sobre el inicio se pierde un gol tras disparo de Lagos que Marco Sandy saca en la línea, el resto del primer tiempo arrecian los ataques altiplánicos sobre el pórtico del golero Noel Valladadres.
Cuando comienza el segundo tiempo, la lluvia comienza a caer sobre el césped del Girardot y eso parece tomar mejor parados a los hondureños. A los 53 minutos, llega el punto de quiebre: centro de córner desde la derecha que Limberg Gutiérrez, retrocedido en su campo en función defensiva, despeja a la apurada con cabezazo hacia abajo. El balón sale del área y allí lo recibe cómodamente el capitán hondureño, Amado Guevara. El volante que juega con la '20' la para, la pisa, la afirma contra la gramilla. Mide el arco y coloca con disparo a media altura, esquinado, el esférico, que llega a ser rozado por el guardameta Carlos Arias, quien no consigue desviarlo. Batacazo: Honduras gana 1-0 y sorprende a Sudamérica.
Desde ese momento, el fútbol catracho y Guevara no dejarían de causar conmociones en la Copa América. El volante generó la expulsión de Marco Sandy con un amague y luego, sobre el final del cotejo, selló con un nuevo tanto el triunfo hondureño sobre Bolivia por 2-0. Tres días después, un nuevo tanto suyo decretó un histórico triunfo de los centroamericanos por 1-0 sobre Uruguay que los clasificó a cuartos de final. Y en esa instancia, llegó el inolvidable triunfo 2-0 sobre Brasil que sacudió al mundo futbolístico, para pasar a unas semifinales que acabaron dándole a Honduras un meritorio tercer lugar en el podio luego de una nueva victoria -por penales- sobre Uruguay. Y todo eso con el 'Lobo' Guevara, el 'Eterno Capitán' del equipo que dirigía Ramón Madariaga, como principalísima figura, en el inicio de una asombrosa carrera que hoy lo sitúa, aun vigente, como el futbolista con más partidos disputados con la selección catracha: 138, con 27 goles anotados, además de un Mundial jugado en Sudáfrica 2010.
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