Minuto 51: Cuacuántos goles
SANTIAGO, 27 DE FEBRERO DE 1955. En el Nacional de Ñuñoa se inaugura el XXIII Sudamericano de la historia, y como es habitual se enfrentan el anfitrión y el equipo a priori más débil de la competición. Pero la delegación ecuatoriana, dirigida por José María Jiménez, ha llegado esta vez a la capital chilena con un discurso distinto: no quiere ser más el patito feo del torneo y para eso está dispuesta a demostrar sus progresos en el juego, según ha señalado a la prensa que cubre el certamen. Y los primeros minutos ratifican ese supuesto, aunque Chile concede algo de ventaja: su gran figura, Enrique Hormazábal, es objeto de una de las innovaciones tácticas que caracterizaban al DT Luis Tirado, quien ha resuelto no colocarlo como delantero neto sino, siempre haciéndolo ir por la punta derecha, retrocederlo unos metros para ensayar cómo puede funcionar enlazado directamente con la volante.
Sin embargo, la impaciencia vence a todo Chile y Tirado resuelve adelantar a Hormazábal alrededor de la media hora de juego: lo pone de insider. Cobra los beneficios de inmediato: 'Cuá Cuá' anota dos goles y junto a otro doblete de Díaz Zambrano y un tanto de Meléndez sitúa, en el arranque del segundo tiempo, el marcador en un vale contundente: 5-0. Pero a los 51 minutos, él tiene espacio para más. Ya no requiere de jugadas colectivas, como las que han dado pie a los goles anteriores; solo le basta estar bien ubicado en el corazón del área. Recibe limpio y remata cruzado a la derecha del golero Alfredo Bonnard: gol de Chile. El sexto del cotejo y el tercero de su cuenta personal.
Luego Robledo anotaría el sétimo tanto, antes de que Villacreses colocara el exiguo descuento. Chile ganó 7-1 y mantuvo el buen pie en ese torneo, en el cual se le escapó el título en el partido final ante Argentina, aunque eso no impidió que Hormazábal culminara como segundo goleador con seis tantos, solo detrás del argentino Rodolfo Micheli e igualado con el peruano Óscar Gómez Sánchez. En total, el puntero que por entonces militaba en Santiago Wanderers sumó 42 partidos con su selección y 17 tantos, 10 de estos últimos conquistados en los tres Sudamericanos en los que participó. Un referente indiscutible de una época en la que parecía que Chile estaba cerca, muy cerca de alzarse con esa Copa América que aún le es esquiva.
Recorte: revista Estadio de Chile
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