Minuto 41: Sentirse Ivo

CÓRDOBA, ARGENTINA, 3 DE JULIO DE 1987. La noche fría del Chateau Carreras no ha ahuyentado a los 15 mil espectadores que se han dado cita a sus tribunas. La promesa está hecha: siempre es bueno ver a Brasil, no solo por espectáculo, sino porque posiblemente se cruce más adelante con Argentina en una Copa que como siempre, en el presupuesto, los tiene a ambos como protagonistas estelares. Al frente está Chile, que si bien ha derrotado -como el 'Scratch'- a Venezuela, se supone será relegado por los dirigidos por Carlos Alberto Silva. Así parecen creerlo hasta los mismos jugadores mapochinos, que responden a las consultas periodísticas del partido con discurso conservador. En contraste, el DT Orlando Aravena, al parecer hastiado de tanta pregunta de la prensa sobre algo que suena obvio, responde con una aparente ironía antes de partir al estadio: "Le vamos a ganar 4-0 a Brasil", dice. Punto.
En la cancha, el primer tiempo se desenvuelve dentro de lo normal: acoso verdeamarelho al arco del 'Cóndor' Roberto Rojas, quien responde con eficiencia y se va convirtiendo en figura. Hasta que a los 41 minutos, una jugada cambia el curso de la historia. Edu Marangon traba fuera del área al inquieto Ivo Basay, y el árbitro uruguayo Juan Cardellino sanciona el tiro libre. Se para frente a la pelota el especialista: el 'Koke' Jorge Contreras. El centro es curvo, al segundo palo, como dicta la teoría; pero casi como si no hubieran leído los libros de texto, el zaguero Julio César por dentro y el lateral Nelsinho por fuera no coordinan para cerrar la posición. Basay, el hombre de la cabellera larga que viste la '7' y que por entonces militaba en el Everton de Viña del Mar, se eleva como una luz y pone la frente recta para batir a Carlos Gallo. Gol de Chile, como diría secamente Pedro Carcuro; gol de Chile que gana 1-0.
Y luego ganaría 2-0, y 3-0, y 4-0, porque por obra de Basay una vez más y Juan Carlos Letelier otras dos, Chile cumplió, sin querer queriendo o queriendo sin querer, el pronóstico de su técnico Aravena. El Chateau Carreras no salía de su asombro y Sudamérica tampoco: Brasil eliminado y con vexame de por medio. La selección roja avanzaría hasta la final contra Uruguay, y Basay, el héroe de la jornada, acabaría fichado por el Stade de Reims francés, en el que jugaría tres temporadas antes de brillar en el fútbol mexicano con el Necaxa. Con 'La Roja' de su selección jugó 24 partidos y marcó 6 goles, y aunque fue opacado por ese otro gran goleador contemporáneo suyo que fue Iván Zamorano -quien curiosamente lo reemplazó en los minutos finales de la goleada contra Brasil-, nadie podrá quitarle el cartel de haberle dado al hincha chileno una de las alegrías más enorgullecedoras de su historia.
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