Minuto 40: José es más grande que Pelé
BUENOS AIRES, 4 DE ABRIL DE 1959. Sin ser formalmente una final, absolutamente todos los ingredientes definen como tal al último partido del Sudamericano 1959. Argentina, con un punto más en la tabla, recibe al Brasil de Pelé, Garrincha y Didí. Ochenta y cinco mil personas abarrotan el 'Monumental' de River Plate para un partido en el que la albiceleste tiene la espina en el ojo por cobrarse la revancha del fracaso del año anterior en el Mundial de Suecia, que más bien sonrió a sus grandes rivales sudamericanos. Y desde que el chileno Carlos Robles da el pitazo inicial, se enfrascan en una lucha intensa, pero de pocas precisiones futbolísticas. Los pases certeros pierden espacio ante los quites, y las figuras, como 'O Rei', aparecen opacadas por marcas personales al milímetro.
Al minuto 40, sin embargo, alguien quiere distinguirse con nombre propio. Su nombre es Juan José Pizzuti, juega de delantero de área y es el capitán argentino. Él merodea el área mientras por derecha escapa Eugenio Callá, aquel puntero que años luego acabó jugando en el Perú por Universitario y Municipal. Entrega a Raúl Belén, quien no pierde tiempo y construye una pared que deja en ficha a Djalma Santos y lanza el centro al área. Van al cabezazo Bellini y Rubén Sosa, pero la pelota sobra a ambos; sin embargo, Pizzuti espera, mide y se arroja en espectacular palomita que bate todo esfuerzo de Gilmar, quien llega a manotearla de manera estéril. "¡Ar-gen-tina!, ¡Ar-gen-tina!", baja de las tribunas. Es el 1-0.
En el complemento, Argentina extremó cuidados en un aspecto: no dejar libre a Pelé. Se les escapó una vez y anotó el empate, pero no fue suficiente para Brasil. El partido quedó 1-1 y con el punto de ventaja que los locales llevaban, campeonaron y se cobraron la revancha esperada. Y como héroe quedó Pizzuti, quien con la albiceleste solo jugó 12 partidos y marcó 4 tantos, pero luego alcanzó nombradía mundial con otra camiseta de los mismos colores: la de Racing, equipo del que no solo fue goleador, sino con el cual en 1967 fue campeón de la Copa Libertadores y de la Copa Intercontinental como entrenador, con el llamado "equipo de José". Que no jugaba como los brasileños, pero sí celebraba tanto como ellos.
Recorte: revista Estadio de Chile
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