Foto: TyC SportsBoca resolvió con un sencillo 2-0 en 'La Bombonera' la llave ante un Athlético Paranaense desdibujado. Entre la despedida de Nández, el primer gol de Salvio, los claroscuros de Ábila y los aplausos de De Rossi desde la tribuna y Tévez en el banco, el cuadro xeneize es candidato de fuerza a ganar la Libertadores.
    Roberto Castro | @rcastrolizarbe
    Director General

El Capo: Pide galones

Los primeros toques propios que Gustavo Alfaro le ha dado a este Boca Juniors han sido las inclusiones de algunos hombres de cantera. Y entre ellos destaca el pampeano Nicolás Capaldo, llegado a La Candela xeneize desde el Deportivo MacAllister -el equipo de los hermanos Carlos y Patricio-. Con apenas 1 partido en la Superliga, recibió la confianza del DT para plantarse como titular en la volante central junto a Iván Marcone en los dos partidos de octavos y respondió con solvencia y madurez; esta vez, incluso, fue al frente en dos ocasiones y estuvo a punto de meter su nombre entre los anotadores con un disparo que el golero Santos contuvo a dos puños. Nadie espera que su rendimiento postergue a Daniele de Rossi al banco, pero sí queda claro que el italiano tendrá un aprendiz de lujo como recambio.

La Pizarra: Perfiles definidos

El Boca de Alfaro apuesta por el 4-trapecio-2 aun cuando las características de sus hombres no sean inherentes al sistema. A Ramón Ábila, por ejemplo, le cuesta mucho más que a Mauro Zárate contar con un acompañante en el área, aun cuando ambos irían mejor en esquemas que los tuvieren como puntas únicos. En el centro del campo, Capaldo replica lo que seguramente se buscará con De Rossi como tubo de escape de la contención que ofrece Marcone, mientras que a los lados empieza a asentarse por izquierda Alexis MacAllister. Nahitán Nández dejará, sin duda, su lugar a Eduardo Salvio, quien ingresó bien en su reemplazo y marcó un buen gol a pie cambiado.

En tanto, Tiago Nunes propuso un 4-2-3-1 con convergencia al 4-3-3 según las descolgadas de Nikao y Rony por derecha e izquierda, respectivamente -el segundo fue el más lúcido en ese sentido-. Pero entre algunas imprecisiones de Marcelo Cirino y lo ocupado que estuvieron Wellington y Bruno Guimaraes en primera línea, Marco Ruben quedó desabastecido. Se intentó mejorar el traslado de balón con Bruno Nazário y mejorar el ataque con Vitinho, pero la eliminatoria ya estaba muy cuesta arriba para Athlético Paranaense.

La Joyita: Saque largo si quiere ganar

Ábila mejoró con el correr del encuentro. Acá domina el balón observado por Léo Pereira. (Foto: diario Perfil) 

Después de un primer tiempo errático, a Ramón Ábila se le presentó una inmejorable chance de lavarse la cara. Corrían 56' y el arco de Boca acababa de salvarse de una chance de gol para la visita. Esteban Andrada sacó desde el fondo de manera larga, tan extensa que la pelota le cayó limpia y encaminada al área a 'Wanchope'. El mérito principal del ex Huracán fue medir la trayectoria del esférico y ganarle en el cruce, vía el bote, a Márcio Azevédo, quien quedó mal parado. De volea, con furia, Ábila la mandó a guardar al primer palo de Santos para despertar el grito profundo de 'La Bombonera'.

El Jugadón: Confianza, que le dicen

El gol le cambió la faz a 'Wanchope' Ábila, a quien en adelante comenzaron a salirle las cosas. Y pocos minutos después, regaló una acción de fantasía para delicia de la tribuna: cerca del borde del área, elevó la pelota a modo de bicicleta y se hizo un autopase sensacional para quedar a tiro de gol. Su remate fue atajado de modo felino por antos, quien le quitó la etiqueta al que pudo resultar un auténtico golazo.

El Extraviado: Poco enmarcable

En el área opuesta, Marco Ruben anduvo muy anodino. No fue su culpa solamente: la realidad es que estuvo muy mal abastecido y alguien de sus características requiere pases medianamente limpios para destacar. Pero lo concreto es que el delantero con pasado en Rosario Central y River Plate estuvo alejadísimo de ese rol de cuco que había desempeñado en los enfrentamientos de primera fase ante Boca.

El Homenaje: Ahí ta y se va

Nández jugó su último partido con Boca y se fue ovacionado por todo el estadio. (Foto: diario Olé) 

Nahitán Nández jugó su último partido con camiseta xeneize tras dos años en el club. Vendido al Cagliari italiano, tuvo el gesto de disputar estos dos partidos de octavos de final mientras Boca lograba inscribir a De Rossi, y la verdad resultó fundamental como tiempista y protagonista de un generoso ida y vuelta. Después de estar cerca de marcharse con un tanto -el balón se perdió por encima del arco de Santos-, se retiró del campo ovacionado, viendo desplegarse hasta una banderola de agradecimiento y dejándole su lugar a Eduardo Salvio, quien decoró la fiesta con su gol de última hora.

La del VAR: Valía prevenir

Apenas a los 5 minutos de juego, un desborde de Márcio Azevedo fue repelido con una violentísima falta por parte de Marcelo Weigandt, el otro canterano que ha recibido de parte de Alfaro la chance de empezar como titular -en su caso como lateral derecho-. El exseleccionado argentino Sub-20 le puso la pierna al carrilero rubronegro casi a la altura de la rodilla, y Julio Bascuñán apenas le mostró amarilla cuando la roja se hacía imperiosa -y sin recurrir a la tecnología para validarlo-. Grueso error del juez, que podría haber variado el trámite del encuentro casi desde el inicio.

Kazuki Ito: En el último día de Julio...

...Bascuñán le hizo poco honor al mes que lleva su nombre. El chileno no solo erró con la jugada en la que no mostró roja a Weigandt: también se le pasó un cruce de Carlos Izquierdoz que podría haber ameritado la segunda amarilla para el zaguero xeneize, así como una falta clara -en sus narices- a Nikao en el borde del área. La superioridad de Boca relega a segundo plano decisiones que no habrían modificado demasiado el trámite, pero no por eso dejaron de perjudicar a Athlético Paranaense.

Los Goles

Fotos: diarios Olé y Perfil


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La ficha del Boca 2 - Athlético Paranaense 0

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