Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.comA propósito del último Cristal versus San Martín, ¿es válido colocar una cláusula que impida a los jugadores prestados jugar ante su club de origen?

    Jorge Frisancho | @wolfs_venom15
    Redactor

El último partido entre Sporting Cristal y la Universidad San Martín de Porres generó la polémica respecto de la política de cesión a préstamo de jugadores debido a la famosa 'Cláusula del Miedo' -tal como se la conoce en España y en otras partes del mundo- que impide a los jugadores cedidos disputar los partidos contra sus clubes de origen. Esto se debió a que, además de los tres futbolistas suspendidos que tenía el cuadro albo -Diego Penny, Saúl Salas y el argentino Marcelo Olivera-, cinco más no podían jugar contra el equipo rimense debido a que pertenecen a dicho club: Brandon Palacios, Jefferson Portales, Yamir Oliva, Renato Espinoza y Walter Zevallos.

Este evento ha generado la indignación, por así decirlo, de un sector del medio futbolístico, el cual considera injusto que el club prestatario de los jugadores -en este caso, San Martín- se vea mermado en plena competencia.  Además, se sostiene que los futbolistas en mención tendrán mayor motivación al enfrentar al club dueño de su pase, pues buscarán demostrar que sí poseen la suficiente capacidad para jugar allí. Si bien en DeChalaca existen opiniones divididas -a favor y en contra- respecto de este tema, en el presente artículo se expondrán las razones por las cuales se pude considerar válido colocar esta cláusula a favor del club prestamista de los futbolistas.

En primer lugar, en el fútbol se practica el libre mercado. Esto es, si bien se dictaminan reglamentos que regulan ciertos aspectos respecto de los fichajes de jugadores tales como, por ejemplo, el fair play financiero, ninguna autoridad local -llámese la FPF- ni internacional -como la FIFA- fija las condiciones en las cuales se firman los contratos, con lo que dejan que las cláusulas mediante las cuales se concretan las contrataciones o préstamos de jugadores se fijen a discreción y negociación de cada una de las partes involucradas. En este sentido, Sporting Cristal -o el club que sea- está en todo su derecho de fijar las condiciones por las cuales cede a sus jugadores y, por otro lado, San Martín tiene la potestad de aceptarlas o rechazarlas, según le convenga. En libre mercado, el equipo santo puede buscar otro club que le pueda prestar jugadores bajo los términos más convenientes para sus intereses. De hecho, nadie obligó a San Martín a solicitarle cinco jugadores a un mismo club, pues conocía de antemano los riesgos que ello conllevaba.

Portales y Salas fueron dos de las bajas de la San Martín ante Cristal. (Foto: Pedro Monteverde / DeChalaca.com) 

Por su parte, y en línea con lo mencionado en el párrafo anterior, los clubes son libres de conformar sus planteles de acuerdo con los gustos futbolísticos del entrenador de turno y del presupuesto que manejan. Por ello, aquellos equipos con economías más ajustadas optan por solicitar el préstamo de jugadores a los clubes que trabajan más con sus canteras, pues así evitan comprar las cartas-pase y pueden ahorrar en salarios -esto último depende de la negociación-. Así, en lo que en economía se denomina trade-off, en aras del ahorro monetario que implica fichar futbolistas los clubes prestatarios están dispuestos a aceptar las cláusulas que impongan los equipos dueños de los pases; incluso cuando el costo por gastar menos equivalga a limitaciones tales como, por ejemplo, las que afrontó San Martín ante Cristal.

Es importante precisar que esta práctica es común en el fútbol a nivel mundial: a fines de abril, Rayo Vallecano se vio imposibilitado de usar a Raúl de Tomás –su mejor delantero- ante Real Madrid debido a que su pase pertenece al club merengue. Por más que el equipo de Luis Advíncula solicitó el permiso para que su goleador juegue dicho partido, el elenco merengue se negó a ello, por lo que fue una baja que, finalmente y de manera paradójica, no afectó a los rayista, que salieron airosos por la mínima diferencia. Así como Real Madrid, los equipos grandes de Europa, tales como FC Barcelona o Juventus -con mejores canteras, es decir, juveniles que ya están listos para jugar en la Primera División, pero que no tienen espacio- suelen ceder a sus “joyas” a equipos de menor nivel para que se fogueen y adquieran experiencia, fijando siempre la cláusula que les impide enfrentarlos en eventuales partidos que puedan suscitarse por la liga local o en eventos internacionales; incluso, en otros casos se estipula un monto que debe pagarse a manera de multa para permitir que ese jugador los enfrente.

Sin perjuicio de lo expuesto en el presente artículo, es importante mencionar que la FIFA ha empezado a preocuparse por el número de jugadores cedidos por club y se ha propuesto iniciar una regulación sobre las políticas de préstamos. Sin embargo, su preocupación no gira alrededor de las cláusulas que se fijan en los contratos, sino en el número máximo de jugadores que los clubes podrían prestar.

El cabezazo de Holsen a Cristal en 2001 desató la llamada 'Cláusula del Miedo' en el Perú. (Foto: diario El Comercio, suplemento Deporte Total) 

En el Perú, esta práctica empezó a darse a partir de la ingrata experiencia del propio Sporting Cristal en 2001: el club rimense decidió prestar a Roberto Holsen a Alianza Lima, sin ningún tipo de restricción. En el partido de definición por el título del Apertura de dicho año, el popular ‘Chispita’ anotó el gol triunfal para los íntimos, con lo cual perjudicó directamente al club dueño de su pase. Luego de ello, Cristal -y, posteriormente, el resto de equipos- suele colocar la ‘Cláusula del Miedo’ para evitar que sucedan hechos como el referido. Otro evento anecdótico sucedió en 2006, cuando en el Torneo Clausura Johan Fano jugó por Coronel Bolognesi contra Alianza Lima en Matute, aun cuando el ‘Gavilán’ pertenecía al cuadro íntimo. En dicha ocasión, el elenco escarlata pagó la multa fijada en el contrato de préstamo, por lo que no incurrió en falta alguna con su contraparte.

En síntesis, criticar en estos momentos las políticas de cesión que se negocian a inicios de año y que competen exclusivamente al club prestatario y al club prestamista -en el que se culpa a este último del “debilitamiento” del rival por las cláusulas fijadas- es innecesario, pues cada equipo debe velar por sus propios intereses y, como en cualquier tipo de contrato, las partes establecen las condiciones que mejor le convengan y, a partir de ellas, llegan a un acuerdo que las satisface en la mayor medida posible.

Por tanto, en el caso puntual que motivó el presente artículo, ni Sporting Cristal es el villano de la historia, ni San Martín es la víctima de un contrato abusivo. El club de Santa Anita era consciente respecto de qué jugadores no iban a estar disponibles cada vez que le tocara enfrentarse al conjunto celeste. Y, por último, no se debería hacer mucho drama por futbolistas que, a lo mucho, dejarán de jugar dos fechas de un total de 34 jornadas -además de los partidos de la Copa Bicentenario-, por lo que, definitivamente, van a tener oportunidades de jugar en la medida en que demuestren que son mejores que los jugadores propios del club prestatario.

Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com
Foto: Pedro Monteverde / DeChalaca.com


Comentarios ( 1)add
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escrito por Víctor ayala , May 17, 2019
Cuando es cristal y se rige a las leyes o acuerdos entre clubes sobre préstamos saltan los hinchas periodistas de la u y alianza tratando de desprestigiar Alos celestes,pero cuando la u o alianza se hacen de la vista gorda ,ya cansa el hinchaje de estos malos periodistas que por ética deben ser neutrales,ya aburren sus piteos.
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