Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.comHace exactamente 65 años, en diciembre de 1953, Mariscal Sucre consiguió su segundo y último título de la Primera División de Lima y Callao. Lo hizo tras haber estado en la cola del certamen al final de la primera rueda, en tremenda remontada que no pudo celebrarse en cancha: los dinamiteros se enteraron de su título por radio.

Daniel Reátegui | @danielreateguiw
Redactor

El tercer torneo de la era profesional fue disputado por diez equipos bajo un sistema de liga típico. Vale decir, a dos ruedas, luego de las cuales el equipo que lograra mayor puntaje se coronaría campeón. El atractivo del torneo radicaba en las rivalidades que surgían alrededor del clásico entre Alianza Lima y Universitario; también se consolidaba el clásico del Callao entre Sport Boys y Atlético Chalaco y crecía al paso de cada temporada la pugna entre los dos equipos de La Victoria: Alianza y Mariscal Sucre.

Un abanico de oportunidades

Luego de atravesar una crisis de resultados en la primera rueda que incluso lo llevó a perder cinco partidos, a ver salir del banquillo a dos técnicos (Ángel Fernández Roca y Alfonso Huapaya) y a ser señalado por la cátedra como firme candidato al descenso, Mariscal Sucre, apoyado en un estricto sistema defensivo, consiguió un rush impresionante que lo llevó a pelear en los puestos de avanzada. Y lo logró de la mano de Carlos Iturrizaga, joven preparador físico que nunca había sido futbolista pero recibió la confianza de asumir la dirección técnica de parte de Carlos Cárdenas, presidente, mecenas y todo del Sucre.

Ls crónicas de la época resaltan que el sistema defensivo implementado por Iturrizaga fue la llave del éxito. A partir de interiorizar las limitaciones del equipo -como, por ejemplo, carecer de atacantes de jerarquía que por sí solos pudieran resolver el problema de gol- establecieron un esquema en el cual defendían hasta con siete jugadores. Ellos se replegaban cuando el rival tenía la pelota y, a la vez, se desplegaban con velocidad cuando recuperaban la posesión del balón. Este repliegue y despliegue tan automatizado y repentino llevó a la cátedra deportiva de aquel momento a bautizar dicho esquema como el 'Abanico'.

Dinamita pura

La recta final de Sucre en 1953 lo acercó al título. (Recorte: diario La Crónica) 

Tras la primera rueda, Sucre apenas había conseguido dos victorias, tres empates y cuatro derrotas, que le reportaban apenas 7 unidades. Sin embargo, en la segunda rueda los cruzados enlazaron una racha insuperable de nueve partidos sin conocer la derrota y torcieron el destino hasta coronarse campeones de la temporada.

Así, tras la crisis de resultados de la primera rueda, los dinamiteros consiguieron seis victorias consecutivas. Derrotaron a Universitario, Tabaco, Ciclista Lima, Centro Iqueño, Atlétco Chalaco y Unión Callao, y cedieron puntos ante Sport Boys y Municipal. Sumaron así 14 puntos en una segunda rueda de ensueño; es decir, duplicaron la cantidad de puntos de la primera rueda para conseguir un total de 21 unidades, suficientes para gritar campeón en el local institucional ubicado en la avenida Manco Cápac.

Espero en el balcón

Por cuestiones de la programación de la fecha 18 y última del torneo, el sábado 19 de diciembre se enfrentarían en el estadio Nacional, como preliminaristas, Sporting Tabaco y Centro Iqueño; y, de fondo, Atlético Chalaco y Universitario. Sucre recién jugaría al día siguiente el clásico de La Victoria frente a Alianza Lima. Los dinamiteros llegaban líderes con 21 unidades, seguido de Universitario, Tabaco e Iqueño con 19; los tres con chance de darle caza al puntero y forzar un partido extra, siempre que Sucre cayera ante Alianza.

Tabaco e Iqueño empataron y se quedaron con los crespos hechos. (Recorte: diario La Crónica) 

En el preliminar del sábado 19, Tabaco e Iqueño se "mataron" entre ellos. Adelantó para los de Monzón Luis Rivera a los 43’ con fuerte remate de izquierda -previa asistencia de José da Giau- con el que venció a Rafael Asca.  Sin embargo los albos salieron dormidos en la segunda mitad, lo cual fue aprovechado por el cuadro celeste para que a los 58’, un centro de Leonidas Mendoza al corazón del área permitiera que Eugenio Zapata decretara el empate con golpe de cabeza. Luego de ello, el partido se abrió y ambos equipos atacaron sin cuartel, lo que volvió figuras a los goleros Fernando Cárpena y Asca sin que se rompiera el 1-1.

Eliminados de toda opción al título cigarreros y albos, únicamente quedaba la ‘U’ para alargar la definición del torneo. Para ello debía vencer a Atético Chalaco que, si bien no tenia chance para el título, iba a dejar la piel para culminar el torneo en la mejor posición posible.

El equipo crema salió a imponer condiciones desde el arranque y así a los 8’ ya ganaba 1-0 con gol del argentino Ezequiel Reynoso, quien -en su último partido con la crema- aprovechó una descoordinación entre el golero Leonidas Córdova y el back Santiago Armándola. Sin embargo, a los 27’ un centro de Froilán Reyes superó al zaguero Pedro Valdivieso, quien trastabilló; eso fue aprovechado por Gualberto Bianco, quien con toque sutil venció al gigante Dimas Zegarra.

El tropiezo de Universitario ante Chalaco aseguró a Sucre como campeón de la temporada. Sin embargo, el cuadro cruzado debía cerrar con honores. (Recorte: diario La Crónica) 

Para la segunda mitad, Chalaco salió como una tromba y avasalló a la ‘U’, en cuyo mediocampo tuvo una deslucida actuación el joven René Gutiérrez; la 'Lora' constantemente perdió ubicación, y dejó un hueco en el que los atacantes chalacos estuvieron de plácemes. Sin embargo, la gran actuación de Dimas Zegarra impidió que el desenlace del partido fuera rápido, y solo a los 80’ Reyes, previa asistencia de Bianco, remató fuerte y cruzado para vencer al espigado golero y dar el triunfo a los porteños. Ya sobre los 89’ y ante un Universitario desbordado, el argentino Luis López marcó el tercero, que liquidó el partido y de carambola le otorgó el título de la temporada a Sucre, cuyos 21 puntos habían sido inalcanzables para todos sus escoltas.

On the radio

Culminado el doblete en el Nacional, los reporteros de la época acudieron al local institucional del cuadro de las bandas cruzadas en el pecho para entrevistar al entrenador Iturrizaga y a los jugadores del plantel. El novel DT no retaceó mérito alguno a sus dirigidos, a quiens calificó de “jóvenes y disciplinados”. Añadió un poco de modestia: “No tenemos estrellas en el cuadro, pero son elementos entusiastas, eficacísimos y de gran porvenir”.

Al jolgorio desatado luego de conseguir el primer título desde 1944 también se sumaron algunos dirigentes como el jubiloso Carlos Cárdenas y Antonio Cavero Mariátegui, quienes aseguraron que los jugadores recibirían de premio dos mil soles oro de la época por el título y mil soles adicionales si vencían a Alianza Lima horas más tarde.  

Título sin lustre

Alianza Lima no tuvo licencias con Sucre, que pese a ser campeón fue derrotado. (Recorte: diario La Crónica) 

El clásico de La Victoria, excusa perfecta para sacarle el brillo al título conseguido apenas horas antes, no fue afrontado por Sucre con el nervio con el que se juegan esta clase de partidos. Entró dormido a la cancha, tal vez porque los jugadores perdieron la concentración la (¿larga?) noche anterior luego de conocer que ya eran campeones, o tal vez por la visita de los cronistas deportivos que alteraron la tranquilidad en el local de la avenida Manco Cápac.

Tan dormidos saltaron a la cancha del Nacional los dinamiteros que, apenas a los 4’, los íntimos ya se habían adelantado en el score. Óscar Gómez Sánchez ejecutó de modo magnífico un tiro ibre que encontró solo al gran goleador Juan Emilio ‘Feo’ Salinas, quien con golpe de cabeza venció a Luis Suárez.

La temprana apertura del marcador hizo pensar a los aficionados que sería una jornada inolvidable de buen fútbol y goles. Se creía que Alianza no iba a dejar que su rival de patio celebrara a costa de sus colores y que Sucre buscaría sacarle brillo al título.

Al margen del final poco glorioso, Sucre celebró la consagración: el ser campeón en 1953. (Recorte: diario La Crónica) 

Sin embargo, todo quedó en intenciones, pues el ímpetu de los íntimos se aplacó con el gol del ‘Feo’. Además, los dinamiteros se aplicaron en defensa, su gran virtud durante todo el torneo, por lo que el partido luego del gol de los blanquiazules se tornó soso y sin emociones. Destacó Suárez en el pórtico cruzado, así como el zaguero Fernando Sono, quien tuvo que multiplicarse para detener al ‘Aretino’ Félix Castillo.

El título conseguido por Sucre en 1953 toma relevancia no solo por haber sido el segundo y último campeonato conseguido por los dinamiteros en la Primera División de Lima y Callao, sino porque además lo obtuvieron sobre la base de una estrategia la que predominaba, antes que las grandes figuras, el colectivo apoyado en un esquema defensivo novedoso y hasta refundacional para el fútbol peruano de la época. Y sobre todo, porque consumaron la que quizá sea la mayor remontada de un campeón en la historia del fútbol peruano, tremendo hito que habría merecido celebrarse en cancha y no escuchando la radio o con una derrota en un clásico al día siguiente.

Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com
Recortes: diario La Crónica


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