Análisis de la Confederaciones: Vodka de ocho no hermanos
La Copa Confederaciones echa a rodar el balón para probar la capacidad tanto de anfitrionaje como futbolística de Rusia a un año del Mundial. Estas son las perspectivas y las realidades comparadas de los ocho participantes.
La Copa que instituyó el rey Fahd bin Abdulaziz en 1992, antes de que tomara su actual denominación de Confederaciones, llega a su décima edición. El balón se echa a rodar en San Petersburgo el sábado 17 de junio, y con un reto clarísimo para el anfitrión: así como Brasil hace cuatro años, Rusia espera a partir de un exitoso torneo premundialista borrar las acusaciones de corrupción, retrasos y problemas que rodean la organización de la Copa del Mundo, sumadas a las protestas sociales y amenazas de posibles atentados.
Como se notará en los análisis individuales de cada participante, esta vez existe menos disparidad entre las selecciones; esto incluye a la propia Nueva Zelanda, que podrá no ser favorita pero no está en la posición de Tahití, sometida a goleadas de escándalo en la última Confederaciones sin que se esfuercen sus rivales.
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Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com
Fotos: Getty Images, AFP, RT
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