Nuevo formato de Copa Libertadores y Copa Sudamericana: Calendario copado

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Jair Villanueva | @Jair_Villanueva Editor |
Octubre empezó con un anuncio importante de la Conmebol vía sus redes sociales. En Bogotá, los presidentes de las asociaciones que componen la confederación sudamericana definieron las estructuras nuevas de la Copa Libertadores y la Copa Sudamericana a partir de sus ediciones del 2017.
Entre los cambios trascendentales se encuentra la ampliación de los cupos en la Copa Libertadores: ahora la pasarán a formar 44 equipos, seis más que en su última edición. Estos cupos serán repartidos entre el último campeón de la Sudamericana, dos clubes brasileños, y los otros tres entre Argentina, Colombia y Chile. Por otro lado, la Sudamericana pasará a tener 54 equipos, siete más que en la última edición; de ellos, diez serán trasladados tras su eliminación en la Copa Libertadores (los ocho mejores terceros de la fase de grupos y los dos mejores de la fase preclasificatoria).
LO MUY POSITIVO. La Copa Libertadores 2017 se jugará entre finales de enero o inicios de febrero hasta finales de noviembre o inicios de diciembre; es decir, un temporada entera en el fútbol sudamericano. Ello permitirá que la planificación de los equipos no se desfase en el enredo de disputar un torneo de seis meses al que muchas veces le deben dar más importancia que a sus competiciones locales. Así, pues, obliga a formar planteles que puedan rendir en paralelo y abrir la competencia a sus reservas. El largoplacismo se impone, para bien, en este formato.
LO POSITIVO. El torneo premiará la regularidad. No bastará una buena racha, o un buen momento, para llevarse la Libertadores. Los equipos tendrán que contar con planteles amplios y los fichajes de seis meses pensados solo para el torneo tendrán que cesar. Así, pues, se verá proyectos parecidos a los del Atlético Nacional consolidarse, y no solo equipos que con dos o tres muy buenos resultados pueden llegar lejos tanto en la Sudamericana como en la Libertadores.
LO INCIERTO. La incertidumbre en ambos torneos queda en la participación de México. Al ser anuales tanto la Sudamericana como la Libertadores, los clubes aztecas tendrán que priorizar entre la Liga de Campeones de la Concacaf y los torneos de Conmebol. Es casi seguro que, por lo ocurrido en algunas Copas América, tengan que abandonar los torneos sudamericanos o enviar equipos reservistas, lo cual le quitaría atractivo al torneo en un mercado tan poderoso -sobre todo en términos televisivos- como el mexicano.
LO NEGATIVO. Los equipos sudamericanos han basado sus políticas deportivas y económicas en las transferencias al mercado europeo. Si bien la intención de la Conmebol es reforzar el mercado sudamericano y recortar las brechas económicas, ello difícilmente cambie en pleno 2017. Puede, por ende, ser una apuesta que tome riesgos muy altos y le cueste a equipos que basan su crecimiento en la exportación, como son casi todos en Sudamérica.
Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com
