Municipal dio un nuevo gran golpe. Con contundencia y autoridad, le ganó 0-2 al líder Cristal en el Gallardo a solo 48 horas de haber conseguido otro triunfo clave en Moyobamba. La franja -roja, esta vez sobre azul ante la nueva franja celeste de los del Rímac- celebra seis puntos de oro gracias a los tantos de Velasco y Moreno, hombres de área como los que extrañó el cuadro cervecero.
    Roberto Castro | @rcastrolizarbe
    Director General

En el alambrado, Maximiliano Velasco está gritándolo a todo pulmón. Un minuto antes, todo para él había sido frustración. Goleador, '9' de área y raza, la 'Chancha' de Municipal había cometido un pecado mortal para los de su estirpe: cabecear afuera cuando estaba solo, libre delante del arco de Penny. Pero los de su estirpe, también, reúnen una característica común: siempre tienen una nueva oportunidad. Y esa, salvo que estén en una jornada fatal, la embocan. Así sea mucho más difícil, como el misilazo que 'Maxi' sacó para fusilar desde 25 metros el pórtico rimense.

En tercer cuarto de cancha, Diego Ifrán está confundido. Es un futbolista con capacidad de generar sus propias ocasiones, sí; no es el típico delantero que espera que la pelota le llegue o los demás le hagan todo el trabajo sucio. Pero eso de estar parado recuperando pelota metros detrás de quien nominalmente es su volante de marca, entiéndase Ballón, está un poco raro. El fútbol total que pregona el Cristal de Mariano Soso tiene estos bemoles: la obsesión por hacer que todos los futbolistas vayan en procura de la posesión del balón acaba confundiendo roles e impidiendo, a veces, que las tareas naturales se cumplan a cabalidad.

En la entrada del área grande, Sergio Moreno está embalado. El panameño, '9 de Área', como reza no su ID de Twitter, sino su propio nombre de usuario, no tiene chances frecuentes de ser titular en Municipal pero sí de convertirse en un ingresante que haga daño ante defensas cansadas. Con serenidad y aplomo, no se desespera a la carrera; espera que Penny salga y le estira la pelota lo suficiente para quedar con ángulo de disparo. La definición se decora con la impotente barrida doble de Céspedes y Cazulo, que raspan grama como esos defensas de Supercampeones que se tiran en simultáneo por las puras cuando Oliver o Steve pasan delante de ellos. Como el tiro del canalero.

En el borde del centro del campo, Santiago Silva está confundido. Tiene tres goles en las últimas tres fechas, siempre viniendo del banco, pero ahora el margen que el reloj le concede es muy estrecho: corren 83 minutos y va a carecer de chances. Con el 0-2 abajo, todo es muy complicado: como siempre cuando Cristal está con el partido en contra y solo en los minutos finales acepta, casi cual niño caprichoso que hasta el último se empecina en demostrar que tiene razón, que el centro aéreo al corazón del área es una variante de juego reglamentariamente válida. El uruguayo causa peligro, posiblemente el más claro de todo el partido, pero ya no hay tiempo para evitar que Zela o Salazar lo despejen todo.

Así, a partir de los diferentes martes por la tarde que tuvo cada uno de los hombres de área de este Cristal - Municipal, puede entenderse el segundo triunfo edil en el Gallardo en lo que va del año. Porque mientras uno aprovechó los recursos más aparentes que tuvo para liquidar un partido trabado y cerrado, el otro se empecinó en ponerse una camisa de fuerza para no emplearlos. Lo demás vino por cuenta del resto físico, que en ambos era discreto porque solo 48 horas antes habían tenido que jugar por la fecha anterior. Y en partidos de ese tipo -no hay que ser un científico para saberlo-, el resquicio que el buen olfato goleador es capaz de aprovechar resulta un arma de poder inigualable.

>>>Clic aquí para leer más: La obstinación de Cristal por jugar con sus seleccionados le costó

A Cristal el resultado no le pega, pero sí lo invita a reflexionar mucho sobre lo que no hizo bien dirigencialmente con la obstinación de jugar el partido con seleccionados y, sobre todo, desde el banco con la ubicación de sus hombres -a lo ya expuesto sobre el ataque se sumaron Lobatón de cuasi enganche y, sobre todo, Cazulo de back, temas ya conocidos-. Para Municipal, en cambio, es una catapulta: el sueño de acumular de golpe seis puntos que muy posiblemente no hayan estado en el cálculo del delirio más profundo de Marcelo Grioni. Póngale una franja (roja) a esos partidos en el fixture y guarde ese plumón a los ocho que quedan: el sistema se va al penúltimo receso del año con la idea reinante de que a finales de noviembre, habrá que volver a pintar del mismo color las semifinales y echar otros pronósticos al basurero.

Las Fotos

Los goles

Fotos: Raúl Chávarry / DeChalaca.com


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Comentarios ( 2)add
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escrito por eduardo , September 28, 2016
¡Echa Muni! Siempre simpaticé con el Muni... Después de mi amada 'U'.
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escrito por Aguilag , September 28, 2016
Qué lindo triunfo sobre el Sporting Tabaco... ¡Bien Muni!
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