Aberdeen 1982-1983: Los primeros 'red devils'
Cuando en 1978 un joven Alex Ferguson llegó a Aberdeen, nadie imaginó cuán prolija se volvería la estantería del club. Como aperitivo, Ferguson llevó a los rojos a su segundo título de Premier League escocesa, en 1979-1980.
Para 1982, el técnico había logrado amalgamar una excelente formación, compuesta en su mayoría por jugadores Sub-21. Destacaban el portero Jim Leighton, el volante Gordon Strachan –ambos posteriores leyendas del fútbol escocés–, los centrales Alex McLeish y Willie Miller, el medio Neale Cooper y el atacante de 19 años Eric Black. Con todos ellos, Ferguson logró ganar la Copa de Escocia de ese año a costas del popularísimo Rangers, al que venció en la final jugada en el Hampden Park por 1-0, con gol de Black en suplementario.
Esta inesperada victoria ofreció al Aberdeen la opción de jugar en la hoy extinta Recopa de Europa. El equipo de los dons (o “señores”) inició su participación abusando del Sion FC de Suiza, al que vapuleó 7-0. La vuelta sería un viaje turístico en plan de admirar los majestuosos alpes suizos: ante sólo 2,400 espectadores, el Aberdeen volvió a golear a los helvéticos por un claro 1-4. Nacía el historial europeo de un zorro.
Muralla de granito
Aberdeen es una ciudad conocida por su producción de granito, y ciertamente el equipo no podía carecer de este elemento. La clasificación a las rondas subsiguientes se logró gracias al bloque construído por Ferguson en torno a los pilares defensivos McLeish y Miller. En los posteriores cinco cotejos eliminatorios, los rojos no recibieron un solo gol en puerta. Un 1-0 en casa al Dinamo Tirana y 0-0 en su visita a la capital albanesa -primero-, y triunfos 2-0 y 0-1 sobre el Lech Poznan -después- granjearon la clasificación a cuartos de final.
Al borde del ataque cardíaco recibieron los hinchas escoceses la noticia de su próximo rival. Era nada menos que el poderoso -y favorito para el título Bayern Munich de Jean Marie Pfaff, Paul Breitner, Klaus Augenthaler, Karl Heinz Rummenigge, Norbert Nachtwieh y otros. Tratándose de fuerzas dispares, la estrategia de Ferguson fue la que equiparó a los escoceses con los bávaros: gracias a un cerrojo perfecto, el Aberdeen mantuvo el cero en el Olímpico de Munich.
Corazón valiente
En el Pittodrie de Aberdeen la historia tenía que ser diametralmente opuesta. Se tenía que ganar para continuar, no obstante lo cual el Bayern fue el que abrió el marcador a los 10’ de juego gracias a Augenthaler. Con el cuchillo entre los dientes el Aberdeen empató a los 38’ con un gol rocambolesco de Simpson, pero nuevamente el Bayern tomaría ventaja. El corazón rojo salió a brote y bastaron dos minutos fatales (76’ y 77’) para que McLeish y Hewitt -suplente que empezaba a tomar aires de héroe con sus goles- dieran vuelta a la historia.
La semifinal fue más sencilla de lo previsto. Aberdeen debió enfrentar al Waterschei de Bélgica, al que goleó 5-1 en casa para asegurar de antemano el pase a la final. En la vuelta, el equipo de Ferguson sufrió la única derrota de su campaña: cayó 1-0 de visita en el Genk Stadion.
Nobles que expugnaron la casa blanca
La tan esperada final se llevó a cabo en Gotemburgo ante más de 17,000 espectadores. El rival fue otro poderoso: el Real Madrid, que tenía entre sus filas a Juanito, Santillana, 'Uli' Stielike, Ricardo Gallego y José Antonio Camacho. De más está decir quién era el favorito.
A los 4', bajo una torrencial lluvia, algo más que el fango ensuciaría las inmaculadas mallas madridistas: el joven Black aprovechó un rebote en el área y cobró. Inmediatamente los merengues responderían y conseguirían empatar la cuenta con gol de penal de Juanito. Cuando los 90’ habían sido ya consumados y se jugaban 112’ de partido -con hasta dos clarísimas ocaciones de los dons para desempatar el partido-, apareció el providencial Hewitt para anotar de cabeza tras un veloz contragolpe
Títulos al rojo vivo
Seis meses después, Ferguson y sus pupilos obtendrían un nuevo título. En partidos de ida y vuelta contra el Hamburgo ganaron la Supercopa de Europa al Hamburgo (campeón de la Copa de Campeones) utilizando siempre la estrategia firmada por el técnico: 0-0 en el puerto alemán para vencer 2-0 en casa y celebrar de nuevo.
Con Ferguson, las coronas para el club continuaron. A los mencionados campeonatos se les unieron las Copas de Escocia de 1983 y 1984 y las Premier League de 1983-1984 y 1984-1985. Luego, el estratega dejó el club para continuar como técnico de su selección en el mundial de México, experiencia tras la cual tomó, para siempre, las riendas del Manchester United.
Hoy, el Aberdeen sigue en la Premier League escocesa, aunque jamás pudo volver a gritar campeón. A la vez, Alex, hoy Sir Alex, está a la espera de obtener su novena copa internacional. Quién sabe si algún día se anime a volver a ser profeta de red devils en su propia tierra.
Composición fotográfica: Gian Saldarriaga / DeChalaca.com
Fotos: virginmedia.co.uk, cityground.blogspot.com
escrito por alan , May 26, 2009
escrito por jorge , May 27, 2009
sir alex debe ser uno de los mas exitosos