Minuto 13: Dos banderas, un Robert

“Aquí no hay ningún yugoslavo, el único es Tito”, decían los serbios, croatas, montegrinos, macedonios y demás miebros del estado totalitario cada vez que les preguntaban por la situación de su país. Quizá lo único que los unía era el fútbol, deporte maravilloso capaz de resolver las rencillas más antiguas. Así, sintiéndose croata, pero representando a Yugoslavia, Robert Prosinecki arribó a Italia 1990. Los balcánicos cayeron junto a Alemania, Colombia y Emiratos Árabes Unidos en el grupo. En la victoria final ante los asiáticos, Prosinecki anotó el 4-1 definitivo a los 93’. Poco más podría hacer en ese Mundial.
Ocho años después, en tierras francesas. El volante y muchos otros compañeros suyos por fin podían ponerse los colores del país que amaban para saltar a la cancha en un Mundial. Ese sentimiento floreció en Croacia que tuvo una actuación inesperada. Pasó sin muchos apuros ante Jamaica -rival ante el cual Prosinecki también marcó-, Japón y solo perdieron ante Argentina. Siguieron haciendo historia ante Rumania y Alemania para acabar en semifinales donde Francia, el anfitrión y futuro campeón, los terminó eliminando.
El tercer puesto sabía a mucho para Croacia y a poquísimo para Holanda y eso fue notorio en el terreno de juego. A los 13’, Robert Jarni encaró de izquierda a derecha y encontró a Prosinecki en el lado contrario del área. Este recibió y volteó en el primer toque dejando desconcertado a Arthur Numan. Solo ante Van der Sar no tuvo que hacer mucho para vencerlo. Pese a que ‘Bolo ‘Zenden empató poco después, el empuje croata fue suficiente para que Davor Suker consiguiera el segundo y la victoria final para los croatas. Con Yugoslavia, Prosinecki se quedó en cuartos ante Argentina, a pesar de anotar uno de los penales en la fatídica definición desde los doce pasos.
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El otro minuto 14: el gol de Nikita Simonyan (Unión Soviética) a Inglaterra en 1958
Foto: Reuters
