Foto: blogfoot.dna.frEn 1978, Francia protagonizó uno de los hechos más curiosos de la historia de los mundiales al emplear una camiseta verdiblanca prestada ante Hungría para salvaguardar la similitud de uniformes. Uno de sus goles lo anotó un jugador con problemas idiomáticos: Marc Berdoll.

 

DeChalaca ha contado alguna vez la historia futbolística del Sarre, ese país esporádico producto de la II Guerra Mundial que se formó en el intersticio entre Alemania y Francia y que luego, anexado a territorio teutón desde 1957, perdió la posibilidad de tener una selección nacional propia. Se quedó, entonces, con el FC Saarbrücken como más fidedigno representante de su fútbol; este club participó de la primera temporada de la Bundesliga en 1963/64, pero acabó último y descendió. Solo regresó una vez, tras ganar el Grupo Sur de la 2.Bundesliga en 1975/76. Y para su temporada de retorno, decidió reforzar su ataque con un internacional francés: Marc Berdoll, quien venía avalado por 97 goles en ocho temporadas y un reciente ascenso con el Angers SCO de la Ligue 2.

Sin embargo, el fichaje de Berdoll resultó un fiasco, y no porque el jugador tuviera malas condiciones sino por una barrera difícil de prever: el idioma. En su segundo partido, ante el Borussia Dortmund, anotó su primer gol con camiseta del Saarbrücken, pero pese a eso el DT yugoslavo Slobodan Cendic le echó en cara la derrota por no haber seguido sus indicaciones, las cuales Berdoll simplemente no entendía porque no hablaba alemán. Luego Cendic dejó el cargo y asumió Manfred Krafft, pero fue más de lo mismo: Berdoll no comprendía a sus compañeros y acabó siendo relegado al banco de suplentes. En 19 partidos jugados entre Bundesliga y DFB Pokal, nunca más anotó y su cartel goleador quedó por los suelos, por lo que a finales de temporada debió empacar maletas y volver a Francia, donde lo esperaba el Olympique de Marsella.

 

 

De regreso en casa, Berdoll se resarció y volvió por sus fueros. Hizo 26 goles y acabó como máximo goleador del Marsella en la temporada. Aseguró así un lugar en la convocatoria para el Mundial Argentina 1978, pero no fue considerado como titular ya que entre Bernard Lacombe, Dominique Rochetau y Didier Six lo relegaron al banco. Sin embargo, luego de las dos primeras derrotas ante Italia y Argentina y consumada la eliminación gala, el técnico Michel Hidalgo resolvió presentar un equipo alterno ante Hungría.

Lo que resultó más alterno que todo, no obstante, fue el uniforme. Como es conocido, en aquel partido del 10 de junio de 1978 en Mar del Plata, ambos equipos se presentaron, por errónea indicación de la FIFA, con su camiseta alterna, de color blanco. Ya que la divisa principal de Francia era azul y la de Hungría roja, alguno debía cambiarla para evitar problemas con la televisación en blanco y negro, pero no ambos; ninguno había llevado a la ciudad su camiseta original, por lo que solo quedó opción de pedir prestado un juego de uniformes al modesto club Kimberley de la liga local marplatense, que vestía una chompa similar a la del Betis español, a rayas verticales verdiblancas.

Fue con esa camiseta postiza que a los 37 minutos, Marc Berdoll recibió un pase cruzado de Gerard Janvion desde la derecha. Contó con la complicidad del capitán húngaro Zoltan Kereki, que quién sabe qué quiso hacer al girar sobre su eje como un trompo sin poder despejar. La pelota lo sobró y Berdoll quedó solo a tiro de gol, pero él no quería nada fácil en la vida: prefirió amagar, ir hacia la derecha y eludir a dos zagueros rivales más. Cuando se quedó casi sin ángulo, decidió puntear la pelota esquinada, por el único resquicio que quedaba entre los tres defensores magiares y el golero Sandor Gudjar. Le salió un gol fulbitesco y bastante vistoso, como queriendo sugerir que el idioma que él mejor dominaba era el del gol.

Leer más...

El otro minuto 37: el gol de Guillermo Stábile (Argentina) a Uruguay en 1930

Foto: blogfoot.dna.fr; Video: Youtube / Usuario: Nummy Nor

Comentarios ( 0)add
Escribir comentario
quote
bold
italicize
underline
strike
url
image
quote
quote

busy