Melgar - Vallejo: Chapa tu colectivo
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Juan Reynoso es un técnico que, ante todo, busca obsesivamente ser quien controle la situación en cualquier contexto. Por eso, lo que se vio este domingo en la UNSA fue en muy buena medida responsabilidad suya: un partido de etapas marcadas en el que los recursos individuales de ambos equipos terminaron cediéndole el protagonismo al trabajo colectivo, al trámite intenso funcional a un libreto como el de Melgar que fue mejor interpretado que cualquier propuesta de Franco Navarro. Y por eso ganó el local.
Se habla de individualidades porque así nomás, en estos tiempos, no se ve un partido con cuatro goleadores en el campo. Por el lado del 'Dominó', Cuesta y Zúñiga, este último en su primera aparición en la temporada. Por el lado poeta, Tejada y Pando, nadie menos que los máximos anotadores de las temporadas 2011 y 2012 en el país. Con tal repertorio, no sorprendió que los primeros instantes intercalaran ocasiones en uno y otro arco; y que si Zúñiga logró empujarla adentro con derecha, fue solo porque tuvo algo más que fortuna que Pando disparando sin ángulo al vértice superior izquierdo de Butrón, que Tejada colgando al meta rojinegro y viendo el balón irse por centímetros o que el propio Cuesta, su compañero de ataque, definiendo y forzando a Ciucci a un espectacular despeje de chalaca.
Esos destellos son intolerables para el fútbol que propone Reynoso, en el cual es el colectivo el que debe articular las ideas y también protagonizarlas. Por eso, los Quina pasaron a juntarse más por izquierda y Vásquez hizo mejor los relevos con Rivas, y así Melgar, más que enredar a Vallejo, tuvo la pelota suficiente tiempo como para que las ideas poetas se agotaran y no tuvieran cómo romper líneas. La apuesta de Navarro de poner a Rostaing, que es lateral, como volante ofensivo por derecha, no dio fuego; y si el exseleccionado Sub-18 al menos se esforzó, pues lo del colombiano Millán por izquierda terminó de dejar que desear en línea con lo visto en partidos anteriores.
Quizá Navarro demoró mucho en darse cuenta de que su problema estaba, pues, en segunda línea. Soltó a Quinteros a esa posición cuando echó al campo a Hinostroza; pasaron solo 5 minutos para que el 'Patito' pisara el área y reventara el arco para establecer el empate. Pero pasó mucho menos para que una individualidad definiera el partido, pero en contra de sus intereses: una guadalupada. Una mano de esas que 'Cuto' comete desde los tiempos en que Alex Rossi lo cargaba para sacarlo afuera del campo. Y el que le pegó fue el menos protagonista de todos: Hohberg, un chico del que se habla muy bien y no solo por el apellido de abolengo futbolero que porta. 'Ale' le pegó muy bien, como si fuera un experimentado, y volvió a erupcionar el volcán. Una pieza más del equipo había sellado el triunfo del fútbol colectivo.
Fotos: prensa FBC Melgar
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