Minuto 95: El primero de la Nazionale
El primer Mundial desarrollado en el Viejo Continente fue el de Italia de 1934. En una época contaminada por los indicios de la guerra, el fútbol no estuvo ajeno a caprichos políticos. Para muchos, el protagonismo de la anfitriona en la máxima justa no fue solo buen juego y goles, sino un deseo especial de su máximo líder Benito Mussolini.
Fue, pues, un campeonato al que no le faltaron particularidades desde el inicio, pues el vigente campeón Uruguay no quiso formar parte del certamen y, además, no existió la fase de grupos, aplicándose eliminación directa desde el inicio.
En cuartos de final, Italia superó a España en dos encuentros en los que el árbitro permitió un juego exageradamente violento por parte de la escuadra azzurra y desde ahí la imparcialidad de las ternas arbitrales estuvo y se mantiene en duda.
A la final llegaron los dos equipos más fuertes. La anfitriona se tuvo que enfrentar en un durísimo partido con una Checoslovaquia que había eliminado a Alemania en semifinales.
En Roma, y frente a 55 mil aficionados, se daba la sorpresa. A 20 minutos del final ganaban los checos por 1-0. Una catástrofe para los hinchas de la nazionale pero peor aún para el régimen. El encuentro era dirigido por el sueco Ivan Eklind y la polémica sobre sus decisiones no se hicieron esperar desde el inicio del encuentro.
Sin embargo, Raimundo Orsi empató para los italianos obligando la prórroga. Y así fue como se llegó al Minuto 95, ya en pleno tiempo suplementario: el delantero Angelo Schiavio, jugador del Bologna -equipo del que el duce era hincha- logró el gol del triunfo y el primer campeonato Mundial para Italia. Tras aquel partido, Schiavio nunca más jugó la selección azzurra, pero quedó enmarcado en la historia como el hombre que, con su tanto, le otorgó la primera de las cuatro estrellas a la nazionale.
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