Dortmund - Bayern: Robbense las maldiciones
El capo: Se Robbeó el corazón de todos
Con talento pero al caballazo, con muchas ganas pero sin precisión, con la mufa bañándolo en cuerpo entero. En síntesis, Arjen Robben estaba salado. Y el inicio del partido no fue bueno para él, pues si bien tuvo la posibilidad de inquietar por su sector, la falta de claridad al momento de definir lo ponía en el ojo de la tormenta. Fallando y fallando goles, la gente, al menos en Twitter, pedía su cambio con obligatoriedad; sin embargo, de sus pies nació el gol de Mandzukic y al borde del final volvió a aparecer para, tras una jugada individual, poner el pie izquierdo y definir ante la salida de Weidenfeller. ¿Quién lo soportará ahora? Finalmente un post-data: Weidenfeller, Neuer y Gündogan también destacaron sobremanera, pero el héroe es el héroe.
La clave: Emoción final
La alta dosis de emoción hizo de la final un verdadero espectáculo. Los primeros minutos fueron de presión aurinegra, adelantando líneas y generando oportunidades que no llegaron a los pies de Lewandowski y sí a las manos de Neuer, quien hasta ese momento fue figura. La reacción muniqués se hizo esperar, aunque Weidenfeller no quiso quedar atrás en el reconocimiento. El experimentado arquero usó hasta el rostro para ahogarle el gol al Bayern. Robben lo lamentó. El mismo trámite se presentó en el complemento, solo que con goles: primero el de Mandzukic a los 60', tras acción que inició Robben, y poco después la paridad en los pies de Gündogan desde el lanzamiento de los doce pasos a los 68'. El desenlace, asimismo, dejó a un Subotic caído del cielo para ejecutar una salvada inimaginable y a un Weidenfeller evitando un soberbio zurdazo de Schweinsteiger. No obstante, quien se llevó todas las miradas fue Arjen Robben, para sacarse la saladera personal y darle el título al Bayern.
La calamidad: Dante y su divina comedia
Dante debería ser convocado a la selección de Brasil. ¿Será necesario que haga brutalidades como la que sufrió Reus? Sobre los 67', el espigado zaguero decidió mal al aplicarle un planchazo al estómago de Reus, provocando un penal que a la postre significó el 1-1 parcial. Otro que se salió de sus casillas fue el, aparentemente correcto, Lewandowski, quien pisó el tobillo de Alaba, quien se encontraba tendido, en un momento de frustración.
La joyita: Un inicio bonito
Todos se quedaron con la postal del gol de Robben a las 89', pero antes que el holandés se mandará con la acción individual -se sacó del camino a Bender y Subotic-, hubo un taco previo de Ribery que hizo sensacional el gol. Un ingrediente más para el tanto que le dio el título de la Champions al cuadro de Munich.
El tapadón: Uno de muchos
¿Tapadones? Todos, pero la postal se quedará con el mano a mano que perdió Robben a los 42' cuando, tras un pase en profundidad, se decidió por el remate a quemarropa, que Weidenfeller, con la cara, logró evitar. Ortodoxa atajada que sirvió en su momento.
El duelo: Fiebre amarilla
En Dortmun, Bender y Gündogan cerraron los circuitos del tridente medular, haciendo que Robben, Ribery y Müller apresurarán el último pase con un remate exigido. Por su parte, en los duelos uno a uno, Hummels pudo más que Mandzukic. Lo mismo ocurrió en el choque entre 'Kuba' Blaszczykowski y Alaba, con el defensor austriaco muy sereno en las divididas.
La cancha: Viaje a Londres
Las imágenes de la señal internacional ofrecieron una previa sensacional. Posteriormente, ad portas del pitazo de Nicola Rizzoli, 86,298 espectadores fue la cifra que dejó un Wembley con acento alemán y pintado de rojo y amarillo. Inicialmente, más de los últimos.
Kazuki Ito: Nicola, ni rabo
El objetivo del italiano Nicola Rizzoli fue no hacerse notar. Lo consiguió. El árbitro italiano y la terna que lo acompañó (porque los líneas que están detrás del arco no pintan nada) tuvieron un desempeñó más que aceptable; valgan verdades, con la sana colaboración de los 22 en el campo de juego, quienes se dedicaron a jugar y no a pegar. Para aprender.
Fotos: AP, AFP
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escrito por paul , May 26, 2013