Prevenir antes que lamentar

Este fin de semana debió comenzar una nueva temporada de la Liga Española, acaso la más seguida internacionalmente por estos lares. Pero no lo hizo debido a un tema que en el Perú también es bastante cercano: deudas a futbolistas, que han llevado a una huelga, la quinta de la historia del fútbol ibérico (antes las hubo en 1979, 1981, 1982 y 1984).
¿Qué ocurrió? Pues que la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) convocó a una huelga de dos jornadas luego de que se concluyera que los clubes españoles de Primera División deben a casi 200 futbolistas un total agregado de 50 millones de euros, y que el Fondo de Emergencia dispuesto por la Liga de Fütbol Profesional (LFP) no resulta suficiente para cubrir aquella cantidad. Entonces, no hay inicio de torneo hasta que haya acuerdo. Ojo: se trata de deudas que en principio sí se van a honrar, pues existe un fondo de garantía. El impase, entonces, se produce porque se previene que ese fondo pueda no ser suficiente.
Lo anterior denota un factor de cultura detrás de la decisión: tomar las medidas no de manera correctiva, sino preventiva. Es, metafóricamente, el viejo ejemplo de dónde estacionar un patrullero en una esquina en la que todos los choferes meten sus carros en contra: después de la curva, para que el patrullero esté oculto y se pueda poner papeleta a los que doblen, o más bien antes de la curva, para desincentivar a los potenciales infractores a voltear.
En el fútbol peruano, acaso en la sociedad peruana, el problema es que el patrullero se estaciona después de la curva. Y por eso los clubes pierden puntos en mesa. Por desorden; porque no hay autoridades que impongan su peso e impidan que a un equipo deudor se le cierre el pase para saltar al campo. Porque no hay respeto a las normas establecidas y porque un sector del periodismo solo se limita a bramar que las deudas no deben quitar puntos sin proponer esquemas alternativos para castigar a los deudores. En los últimos días se ha podido leer auténticas sandeces del calibre de, por ejemplo, que los futbolistas no son inocentes al firmar contratos pues saben con qué tipo de dirigentes se están metiendo. ¡Dónde estamos! Pues lamentablemente, en un país en el cual el nivel cultural promedio de los jugadores no da para decir que son conscientes de qué firman y por ende de ser timados. Es absurdo echarles la culpa a los jugadores de las estafas que se les hacen, porque cuando a alguien se le dice que se le va a pagar y no se hace, se lo estafa.
En España, pues, no se trata de que la AFE tenga la sartén por el mango; simplemente se actúa antes de tiempo y con la lluvia se mojan todos, incluso los equipos grandes que sí tienen a sus jugadores al día pero que no pueden comenzar el campeonato. En el Perú hay quienes creen que ser "chichas" es un atributo necesario para subsistir; pues bueno, habría que caer en la cuenta de que en el Perú cada vez son menos los clubes que tienen deudas gracias a que la reglamentación se endureció, y que los que frecuentemente andan en ese tipo de problemas son, a diferencia de lo que ocurre en España, solo los clubes grandes: Universitario, Boys o Alianza Lima, que son los que tienen desastres institucionales en su interna.
Mientras el establishment del fútbol siga blindando a estos clubes y no se atreva a sancionarlos va a seguir presentándose ese tipo de problemas. Ojo, no se trata de defenestrarlos; simplemente darles el castigo que merecen. Por ejemplo, una medida preventiva útil sería impedirles fichar jugadores mientras no saneen las deudas que arrastran. O como nadie puede interferir en los contratos que un club privado efectúa, sí se puede impedir que inscriban a esos jugadores para disputar el torneo. Saldrán los abogados del diablo, seguramente entonces, a decir que cómo es posible que a un club grande se le restrinjan los contratos pues es el tipo de equipos que siempre debe disputar títulos y para ello necesita contratar. ¡Basta de vender humo! Los clubes tienen que ajustarse a su realidad, y hoy por capacidad de manejo de dinero los equipos grandes de la metrópoli son los que están más rezagados, eso es una verdad ineleudible.
En cualquier caso, este ejemplo ilustra que aún en la Liga más mediática del mundo existe la capacidad de concertar o, al menos, manifestar desacuerdos a tiempo. En el Perú se deja que la burbuja reviente para actuar, y ya puso en vitrina esta semana DeChalaca.com temas derivados de los partidos, como los minutos acumulados para la Bolsa o las tarjetas mostradas, que bien podrían causar problemas en la tabla por no haber sido estudiados a tiempo. Nada cuesta intentar resolver los problemas antes de que se presenten.
Foto: Reuters

¿Y en qué quedó la división premier?
En nada. Fue humo de la FPF para que la Agremiación se calme porque ellos lo exigieron hace tiempo pero en realidad ese pedido de Division Premier solo fue algo superficial. Los cambios verdaderos se tienen que observar en el reglamento y las resoluciones de la FPF. Uno de los cambios mas solidos era lo de que el campeon de la Copa Peru solo subia a la segunda pero nunca se concretó.