Argentina - Colombia 1993: El desaTino de un 'Pibe'
”El partido está 1-0 a favor de Colombia en 42 minutos del primer tiempo. El autor del gol: Freddy Rincón (…) Asprilaaa [sic] señoras y señores, en cinco minutos el partido está 2-0. El autor del gol: el jugador Faustino Asprila (…) El ‘Tren’ Valencia que no alcanza, Rincóoon: señoras y señores, el partido está 3-0 en 28 minutos 30 segundos (…) En estos momentos hay que evitar que Colombia haga otro gol y que Paraguay lo haga en Lima. Arranca otra vez Asprila: señoras y señores el partido está 4-0 en 30 minutos (…) Este es Asprilla, la pedía por adentro Valencia: el partido está 5-0 en 39 minutos del segundo tiempo (…) Final del encuentro aquí en el estadio Monumental de la República Argentina: el seleccionado local acaba de caer frente a Colombia por 5-0.”
Era imposible que creyera el más fanático de los colombianos -o cualquier aficionado del fútbol en el mundo- antes de que se jugara ese partido, el 5 de setiembre de 1993, que el resultado final pudiera ser ese. Sufrieron, en la cancha, los argentinos Goycochea, Saldaña, Borelli, Ruggeri, Altamirano, Zapata, Redondo (luego Acosta desde los 69’), Simeone, Leonardo Rodríguez (luego Claudio García desde los 54’), Medina Bello y Batistuta. El técnico, Alfio Basile, también lo hizo al igual que todo su país. Los que lo gozaron fueron Oscar Córdoba, Herrera, Perea, Alexis Mendoza, Wilson Pérez, Leonel Alvarez, Gabriel Gómez, Carlos Valderrama, Freddy Rincón, Faustino Asprilla y Adolfo Valencia; ninguno de ellos fue cambiado por el entrenador Francisco Maturana. Once nombres grabados en letras doradas, para siempre, en la memoria del pueblo colombiano.
El más pesimista de los argentinos jamás habría imaginado que su selección, por entonces bicampeona de América y subcampeona del mundo, podía caer de un modo tan humillante en cancha propia como nunca antes había sucedido en la historia. Ni siquiera frente a los más poderosos rivales, por las Eliminatorias a un Mundial. A ese partido, Colombia llegó con ocho puntos y Argentina, con siete; se esperaba el triunfo local, que lo colocaba directamente en Estados Unidos 1994 y a los colombianos, en el repechaje frente a Australia. Al final, como se oye en la narración, Argentina terminó rogando que Paraguay no derrotara a los peruanos para poder jugar esos partidos de ida y vuelta frente a los de Oceanía, en otro resultado que también habría podido cambiar la historia. Pero habría sido más lógico que Batistuta, goleador en la Copa América de Chile 1991 y segundo artillero de Ecuador 1993, les marcara uno o dos goles a los cafeteros y que el agua pelotera siguiera su cauce de siempre. ¿Cómo así pudo cambiar específicamente la historia del 0-5 más célebre del fútbol sudamericano?
Sin bandeja, paisa
En el camerino colombiano, tras aquel 0-5 había una sola cara que no cuadraba con todas las demás, más que justificadamente jubilosas. Era la de Hernán Darío Gómez y fue advertida por Maturana; cuando el técnico le preguntó a su asistente a qué se debía, el ‘Bolillo’ le respondió: “Nos jodimos, Pacho; ahora tenemos que ser campeones del mundo”. Muy sabio, Gómez; no se equivocó, pues en Colombia se desató una euforia desconocida que improbablemente vuelva a repetirse. En Bogotá, Cali o Barranquilla, se encontraba a la gente confiada en que su selección se consagraría en Estados Unidos.
De no haberse dado semejante resultado, la selección cafetera no entraba al mapa de los favoritos. No habría habido esa esperanza que se quebró tan tristemente en Norteamérica con cada gol de los rumanos. Esa tristeza no fue tan grande como la que tuvo el universo fútbol al enterarse que Andrés Escobar fue asesinado por haber marcado ese maldito autogol ante el local. Sin el 0-5, quizá hoy Andrés estaría en Argentina como miembro del cuerpo técnico de su país.
Los jugadores, quizá, no hubieran tenido el destino cómodo que tuvieron. Solo los puertos a los que llegaron fueron simpáticos, pues sus historias no estuvieron a la altura. El ‘Tren’ Valencia se descarriló en el Atlético de Madrid; Freddy Rincón llegó al Real Madrid, donde lo mandaron a su apellido, con orejas de burro por sus malas actuaciones; Faustino Asprilla no fue ni la quinta parte de lo que alcanzó a ser Solano en el Newcastle United; y el ‘Pibe’ Valderrama, bueno, él es intocable siempre. A la mayoría de esos colombianos le fue mal adonde llegó. La excepción más notable fue Óscar Cordoba, campeón de todo con Boca Juniors, pero quizá nunca habría sido xeneize si su selección no hubiera hecho ese inolvidable partido.
Incluso hoy día, 18 años después, se sigue viendo el resultado de aquel "vale" en Buenos Aires. Cualquier jugador colombiano es figura en el campeonato argentino. Los gauchos, que hasta antes de ese partido no mostraban respeto por el fútbol de nadie sino solo por el propio, ahora endiosan a los cafeteros y les dan cabida (quizás exagerada) en su medio.
El barrilete se quedaba en su planeta
De no haber existido nunca el 0-5, jamás se habría podido comprobar que el barrilete cósmico no vino de ningún otro planeta. Diego Armando Maradona, aunque a muchos aún nos duela haberlo descubierto, es un ser humano. Un mortal como usted o como yo. A él lo llamaron para apagar el incendio que se generó a partir de aquella goleada. Se instaló la desconfianza en un plantel que había reinado en América -sin él- y en el mundo entero -con él-. Le respondió a su gente; fue el líder en ese repechaje frente a aquella Australia que todavía no era lo que es ahora.
Empezó a esbozar un retorno magnífico con el empate en Sidney y el triunfo ajustado en Buenos Aires, pero eso debió ser un indicio de que ya no estaba para la gran competencia. Sin el 0-5, Maradona no hubiera tenido que regresar de un retiro que debió ser el definitivo; no habría fabricado ilusiones de papel en la repesca y no habría escrito las líneas más penosas de su historia en Estados Unidos 1994. Allí empezó bien, hasta con un gol a los griegos, pero se fue por las patas de los caballos por meter la suya hasta el fondo con esa efedrina maligna.
Sin ese 0-5, ese buen equipo argentino no se habría vuelto maradonadependiente como sucedió. Habría seguido siendo un equipo. No se habría asesinado a gritos ni abucheos a los que llevaron las ‘10’ albiceleste inmediatamente después (pregúntenle a Marcelo Gallardo si el numerito no pesaba su valor en toneladas) y quizá Argentina podría haber hecho al menos un Mundial más decente que los que hizo desde entonces hasta aquí. Vive a la sombra del recuerdo de uno de los más grandes jugadores de la historia y continúa así esperando al heredero, a un 'Messías'.
Todo gira en torno de Diego Armando; si se hubiera quedado en el retiro, sería comentarista y no técnico de fútbol. No habria estado al frente de la selección de su país en Sudáfrica. Ese lugar debió ocuparlo un director técnico con mayor capacidad; quizá Alfio Basile a quien reemplazó en el puesto y que, lo que son las cosas, fue el último entrenador que le dio indicaciones con la albiceleste sobre el pecho.
La única verdad es la realidad
Lo cierto es que el 0-5 se dio. Colombia se agrandó sin ser grande y Argentina se achicó sin ser chico. Cambiaron las mentalidades de ambas naciones después de ese partido, pero el brillo de las estrellas no combina con los colores de Colombia. La arrogancia argentina se está evaporando y dudan de sus capacidades, que son superiores a los resultados obtenidos desde entonces.
El crecimiento de Colombia está bien, pero debe sostenerlo en el tiempo. Argentina debe entender que el fútbol no se juega con uno solo y diez a su alrededor para acompañarlo. Ambas selecciones pueden conseguir logros mucho más altos, pero siguen afectados por un partido jugado hace ya mucho. Que lo superen: de otro modo habrá que reconocer que mejor habría sido que toda la belleza de ese partido inolvidable del 'Pibe' Valderrama, el 'Tino' Asprilla y demás no hubiera existido jamás.
Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com
Fotos: revista El Gráfico; futbolred.com; statictvazteca.com
escrito por carlo , July 06, 2011
escrito por Memo , July 06, 2011
escrito por danfer , July 08, 2011
escrito por Raul , July 08, 2011
escrito por Julio Cesar , July 08, 2011
escrito por lolo de caujul , July 11, 2011
escrito por Julio Cesar , June 22, 2013
- No lo echo pero haganles otro gol a esos HijosDP.
La otra anecdota es del pibe Valderrama que en los 80's cuando jugaba con las medias abajo y no habia tanta regla estricta con las medias un periodista le pregunto:- Porque juega Ud. con las medias abajo ? ; y el pibe respondio : - Porque soy un jugador de clase media baja. Gracias por su atencion.