Un ‘Baixinho’ con sabor tropical

Aunque registra 27 participaciones en Copa Libertadores, son contadas las ocasiones en que Universitario se midió cara a cara ante elencos brasileños. El simple hecho de recordar a sus rivales provenientes del país de la samba, significa reabrir diversos archivos amarillentos por el paso de los años. Así, en lo que a encuentros escenificados en la capital se refiere, los cremas rivalizaron en ocho oportunidades ante elencos garotos, y los números indican que en solo dos oportunidades salieron airosos.
El primer triunfo fue en 1979, ante Guaraní de Campinas y, el otro, ante Sport Recife, en 1988. Esta vez, nos detendremos en el episodio de hace 22 años, como aperitivo perfecto para lo que será el encuentro de Octavos de Final ante Sao Paulo. La crónica que verá en las próximas líneas difiere mucho con la realidad actual del plantel merengue y de su sparring, pero tiene detalles simbólicos que guardan una estrecha relación.
Urgencias de por medio
Enmarcado en el Grupo 5 de la Libertadores, Universitario, en sus dos primeras presentaciones, había cedido dos empates (el primero de ellos ante Alianza Lima) que, en cierta medida, disminuían sus posibilidades para tentar una clasificación a la siguiente fase de la Copa, considerando que más adelante debía viajar a Brasil para devolverle la visita a sus contrincantes de serie: Sport Recife y Guaraní, elencos que -como nunca antes ocurrió en Brasil- militaban en una categoría inferior, pero fueron beneficiados con la clasificación al certamen continental por una insólita disputa de intereses que privó del Campeonato Brasileño de 1987 a los trece clubes más grandes de ese país, quienes organizaron un torneo paralelo, pero que, finalmente, se negaron a disputar las finales ante estos dos elencos, los cuales, luego de un sinnúmero de controversias, fueron declarados por la propia FIFA como campeón y subcampeón, respectivamente.
Luego de la igualdad ante Guaraní de Campinas, los dirigidos por Juan Carlos Oblitas sembraron una ola de indiferencia respecto a su verdadero nivel en el contexto internacional. Se decía -como ahora- que el elenco crema tenía una buena estructura en sus dos primeras líneas, pero que su principal déficit pasaba por el frente de ataque, comandado en ese entonces por el pícaro y dribleador Eduardo Rey Muñoz junto a Andrés ‘Balán’ Gonzales, quienes podrían generar en un partido diversas ocasiones de peligro, pero que casi nunca la embocaban en pórtico contrario. El ‘Ciego’ Oblitas, en ese aspecto, ensayaba argumentos referidos a que, comúnmente, era difícil hacer goles cuando en un compromiso predominaba la excesiva marca.
La ‘U’, pues, en ese momento contaba con dos puntos en su haber, y requería con carácter de urgencia obtener un triunfo para mantenerse de pie en el torneo. Para esta ocasión, su rival de turno sería Sport Recife, que había caído en casa ante Guaraní -en el debut-, del que existían escasas referencias en cuanto a su plantel (apenas se conocía a Henrique Valmir de Conceicao ‘China’, quien militó en el Gremio campeón de la Libertadores 1983), y que más llamó la atención en su arribo a la capital por contar con un entrenador muy joven. Su nombre: José Carlos Amaral.
Necesidad de ganar
El choque copero, pactado en principio para el martes 19 de julio, fue adelantado a petición de la dirigencia crema. Así, de manera extravagante, se programó un triplete en el estadio Nacional para el lunes 18, día en que, a modo de antesala, se disputaron dos encuentros por el Regional Metropolitano: en el preliminar, San Agustín dio cuenta de Guardia Republicana por 3-1 y, en el de semifondo, AELU y CNI igualaron a uno.
Así, pues, alrededor de las 20 horas, y con 27,312 aficionados instalados en el coloso de José Díaz, se dio inicio a este trascendental cotejo. Con arbitraje del venezolano Daniel Ehraty, la ‘U’ alineó en aquella ocasión con César Chávez Riva; Leo Rojas, Pedro Requena, José Del Solar y José Antonio Trece; José Carranza, Luis Reyna, Fidel Suárez y Jesús Torrealva; Eduardo Rey Muñoz y Juvenal Briceño; este último sustituyó al habitual titular ‘Balán’ Gonzales. Por su parte, Sport Recife saltó al gramado con Flavio Barros; Betao, Wagner Basilio, Marco Antonio y Wagner Tadeu; Dinho, Ribamar, Zico y Augusto; Robertinho y Neco.
Como era de esperarse, el cotejo se inició con un amplio dominio de los merengues, quienes llegaron con notoria persistencia al pórtico de Flavio, pero, como de costumbre, erraron en el puntillazo final. La primera chance que tuvieron fue a los 8’, vía el ‘Chucho’ Torrealva y, posteriormente, a través de Briceño, a los 28’ y 31’; todos fueron sendos remates que pasaron demasiado elevados. Su rival, como una premonición a lo que ocurriría más adelante, empezó a llenar de faltas al partido, principalmente por el lado de los laterales Betao y Wagner Tadeo, quienes fueron un concierto de patadas, sobre todo cuando se proyectaba ‘Cochoy’ Rey Muñoz, el arma más letal en la oncena de Oblitas. Todas estas infracciones contaron con el aval del árbitro Ehraty, juez que careció de personalidad en el trámite del partido y que, al término de la misma, salió mal parado.
Un pericote que hizo levantar de sus asientos al público
Pese a las continuas trabas, la superioridad de la ‘U’ era inminente: solo le faltaba materializar en gol sus incursiones en territorio ajeno; algo que ocurrió en el momento menos esperado. Cuando se jugaban los 47’+ y muchos espectadores se desprendían de sus asientos para el entretiempo de rigor, llegó la única emoción de la noche: un tiro de esquina efectuado por Fidel Suárez fue rechazado con escasa fortaleza por Flavio, quien dejó el balón picando para el perfil perfecto de Rey Muñoz. Este, de un potente zurdazo, incrustó el esférico en las redes visitantes y puso adelante en el tanteador a sus colores.
Con la ventaja a su favor, Universitario salió a la etapa complementaria con otra idea, básicamente la de conservar el resultado. Empero, en muchas ocasiones apeló al contragolpe, pero con un desenlace infructífero. Conforme transcurrían los minutos, y en vista de que el vértigo cada vez se apoderaba más de las acciones, Oblitas ordenó una variantes -a las claras- defensiva: mandó a Javier Chirinos por Juvenal Briceño, algo que la crítica del momento no justificó y, por el contrario, la sindicó como un error que pudo costar muy caro si no hubiese sido por la eficiente labor de Del Solar, Rojas y Chávez Riva, quienes respondieron a la altura de las circunstancias cuando el elenco de Pernambuco apretó el gatillo y avizoró a través de Zico y Robertinho.
Sobre el final del compromiso, se sucedieron dos escenas que exacerbaron los ánimos brasileños: en una de las últimas acciones de peligro, China aprovechó una confusión en el bloque posterior local y la mandó a guardar, pero el referí anulo la conquista por fuera de juego. Acto seguido, y con 90’ exactos, el venezolano Daniel Ehraty dio por concluido el cotejo, situación que enfureció al zaguero Wagner Basilio, quien se mostró indignado por el hecho de no haber considerado los minutos de prórroga y le propinó al hombre de negro un puñetazo en el rostro que por poco lo hace caer al borde de la pista atlética frente a Occidente.
Con el triunfo, la ‘U’ pasó a liderar el Grupo 5 y, semanas más tarde, tras derrotar a Alianza Lima y conseguir sendos empates en su incursión brasileña, clasificó a la Segunda Ronda, instancia en la que quedó eliminada a manos del América de Cali. Sin embargo, que duda cabe, su choque ante Sport Recife, en casa, fue el que mayor recordación dejó de aquella campaña. Han transcurrido cerca de 22 años para que un nuevo equipo brasileño se cruce en el destino copero de los cremas. Su próximo rival, Sao Paulo, no se asemeja en nada al ignoto plantel de José Carlos Amaral. Empero, la ‘U’, pese a la migración de jugadores, mantiene el mismo dilema del ’88: el de la carencia de gol. Si de coincidencias se trata, quien sabe si, en la noche del Monumental, un petiso regateador, habilidoso, y muy querido por la hinchada, se disfraza de Rey Muñoz y regala -como en antaño- una alegría en el momento menos esperado.
Composición fotográfica: Gian Saldarriaga / DeChalaca.com
Recortes: diarios La Crónica, Ojo y El Comercio

Estás en lo cierto. Efectivamente, el rival al que haces referencia fue el último brasileño que se enfrentó a la 'U' en Copa Libertadores. Ya está subsanado el error. Saludos.